La oratoria es un arte en el que la forma y el contenido tienen la misma importancia. Lo que dices es importante, pero igual de importante es cómo lo dices.
Puede hablar sobre la voz, las expresiones faciales y los gestos durante mucho tiempo, pero los oradores, como cualquier maestro, tienen sus propios trucos para ayudar a que un discurso sea interesante, animado y emocionante.
Haz una pausa: No empieces a hablar hasta que la habitación esté en silencio. Trate de no hablar en absoluto cuando lo interrumpan y cállese si lo están gritando. Un orador gritando sobre una audiencia parece patético.
Pero lo más importante, comience su discurso con una pausa. Procure que el silencio reine en el salón. Para hacer esto, enfoca tus ojos en uno de los oyentes, mentalmente di la primera frase y comienza a hablar solo después de que el silencio reine en la habitación.
Esta técnica oratoria te permite causar una buena primera impresión y, además, inspira respeto. Dejas en claro que mereces la atención de la audiencia y das tiempo a tus oyentes para concentrarse.
El discurso: Cómo iniciar un discurso es un tema para una gran conversación aparte. Pero ahora que hiciste callar a la audiencia con la primera estrategia, plantea preguntas, esto ayuda a mantener la atención de la audiencia. Presta especial atención al comienzo, porque marca la percepción de todo el discurso.
Citas textuales: Esta es una herramienta controvertida de la oratoria, y si duda de la exactitud de la cita, de la idoneidad de la cita, es mejor rechazarla. No sobrecites, incluso si estás enamorado de la fuente: la cita debe ser breve.
Retener la atención es más difícil que conseguirla. Por lo tanto, recomiendo que los estudiantes no lean a primera vista su discurso, sino que hablen libremente. Los oyentes se cansan rápidamente y pierden el hilo cuando se les leen en voz alta pasajes extensos. Por eso recomiendo no hacerlo.
Pero si necesitas hablar durante mucho tiempo, asegúrate de utilizar técnicas de oratoria que te permitan mantener la atención:
Pausas: Toma descansos para los momentos importantes. Deje que los oyentes se tomen un momento para pensar en lo que han escuchado. Sin pausas, su discurso corre el riesgo de volverse demasiado fluido y tedioso.
Preguntas: Las preguntas retóricas crean la ilusión del diálogo, así que utilícelas para animar su presentación. Pero también puede dirigirse a la audiencia con la esperanza de una respuesta. No olvide usted mismo saber la respuesta a la pregunta planteada.
El final: Los oyentes recuerdan mejor lo que sucedió al final, por lo que puede salvar incluso una actuación fallida si puede llegar a un final feliz.
No termines tu monólogo con una nota menor, deja que el final sea inspirador. Para hacer esto, puede usar una cita, una historia corta, una broma o poner sus propias emociones en el final: esperanza, alegría, confianza en el futuro.
Antes de escribir el texto del discurso, debes establecer claramente el objetivo y determinar la idea principal de tu monólogo. Formularlo muy brevemente, aforísticamente: todo lo que escribas debe explicar o revelar la idea principal.
Es difícil estudiar todas las herramientas de la oratorden teoría, pero es posible. Para convertirse en un orador brillante, se necesita práctica y aprender de los errores.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Empresas
Empresas
Empresas
Comentarios