A menudo oímos hablar de la denominación vino artesano, pero no siempre se conoce su verdadero significado. Los vinos artesanales son aquellos que nacen fuertemente inspirados en el territorio de origen, el ciclo de elaboración es siempre auténtico y respetuoso de las tradiciones locales y campesinas, así como de la naturaleza.
Los vinos orgánicos y biodinámicos suelen caer en esta gran categoría, aquellos producidos sin una intervención masiva del hombre o mediante el uso constante y arraigado de herbicidas y conservantes químicos.
Sostenibilidad y protección de las tradiciones agronómicas: estas son dos de las palabras clave fundamentales cuando se trata del proceso de elaboración del vino artesanal. El objetivo es crear vinos genuinos, elaborados como lo fueron antaño, vinos sencillos, pero también llenos de agradables y atrevidas sorpresas.
Los vinos artesanales son el resultado de una elección muy bien orientada. Es gracias al empeño y la pasión de los pequeños bodegueros que podemos llegar a estos productos genuinos y auténticos, elaborados tal y como eran antaño.
Filosofía artesana: La vuelta a las tradiciones del pasado, renunciando al control total del hombre. Por tanto, apoyándose más en los ciclos y ritmos de la naturaleza, son pasos imprescindibles para inspirarse en una auténtica filosofía artesanal, que den como resultado la producción de vino tinto y blanco de calidad.
Los vinos artesanales son el resultado de una minuciosa selección de uvas
Producción: Los vinos artesanales nunca se elaboran en grandes cantidades, al contrario, las producciones son bastante limitadas. Fundamental es el vínculo con el territorio, una identidad bien reconocible. Al degustar un vino artesanal, nuestros sentidos se estimulan mucho y es fácil encontrarnos inmersos en lo que se definen como los sabores del pasado.
Nota importante: Para clasificar y juzgar un vino artesanal no es necesario seguir las reglas de la enología moderna. Los vinos artesanales pueden desprender sabores que confunden. A veces pueden parecer poco armoniosos, pero en realidad los que aparecen como defectos muchas veces no son más que pequeñas expresiones campesinas, locales, del territorio.
Algunos de estos vinos podrían, de hecho, estar destinados a verdaderos conocedores, pero incluso aquellos con gran curiosidad y ganas de experimentar podrían lanzarse gratamente a una cata.
No existe un modelo preestablecido para llegar a un buen vino artesano. Esto se debe a que muchas características se combinan para determinar el carácter del vino: territorio, viñedo, condiciones climáticas. Por supuesto, las excepciones e imprevistos que difieren de un año a otro.
La regla fundamental es, en efecto, la atención y el cuidado minucioso del enólogo, todo parte de ahí, de la escucha silenciosa y amorosa de la naturaleza.
El vino artesanal, o natural, se obtiene a partir de uvas orgánicas .por fermentación espontánea del mosto. Generalmente no hay necesidad de agregar sustancias particulares, las técnicas invasivas están excluidas.
El vino artesanal puede satisfacer hasta la cata más exigente
Al no existir una legislación unívoca que regule el correcto procedimiento para la elaboración de vinos artesanales, algunas asociaciones de bodegueros se reconocen y regulan a través de un régimen disciplinario interno. De esta manera, es posible proteger y difundir espontáneamente las características de un territorio específico.
Los vinos artesanos son por tanto muy diferentes entre sí, pero podemos enumerar algunas características comunes del proceso de elaboración:
1- La vendimia totalmente manual y el uso de viñas autóctonas
2- El reconocimiento de una filosofía biológica y, en ocasiones, biodinámica.
3- En la fermentación utiliza levaduras autóctonas (ya presentes en las uvas). No hay controles de temperatura artificiales, forzado excesivo y estabilización química o física.
4- Las sustancias aromatizantes no están permitidas dentro de las barricas de madera. En lo que respecta al azúcar, no se añade más, sino que solo se utiliza la que ya está presente de forma natural en las uvas (endógena).
Ciertamente, optar por dedicarse a la producción de vino artesanal significa ante todo abrazar una filosofía, un estilo de vida natural, para difundir y proteger los valores de un territorio específico.
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