Cuando un estudiante presenta alguna condición que afecta su aprendizaje, decimos que tiene una necesidad educativa especial (NEE). Reconocer estas necesidades de manera temprana permite tanto a instituciones como maestros ofrecer las adaptaciones oportunas para que estos estudiantes no se queden atrás.
Las necesidades educativas especiales son aquellas condiciones (cognitivas, sensoriales, motoras, emocionales o sociales) que dificultan que algunos estudiantes aprendan de la misma manera que el resto de sus compañeros, por lo que requieren de apoyos o adaptaciones extras para garantizar su participación plena en el aprendizaje, y puedan desarrollarse de acuerdo con sus capacidades y alcanzar su máximo potencial.
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Las NEE tienen distintas características que las definen y que nos permiten comprender cómo apoyar de mejor forma a los estudiantes que las padecen.
Uno de los rasgos más comunes de los estudiantes con NEE es que no pueden aprender de la misma manera ni al mismo ritmo que el resto de sus compañeros. Esto no significa de ninguna manera que no puedan aprender, sino que necesitan más tiempo o diferentes métodos para entender la información.
Los estudiantes con NEE requieren que su proceso de enseñanza sea modificado o adaptado para que puedan aprender de forma eficiente y efectiva. Estas adaptaciones pueden ser muy variadas y el enfoque va a depender del tipo de condición que tenga el alumno (de esto hablaremos más adelante).
Muchos pasan por alto esta característica. Resulta que los estudiantes con NEE no solo necesitan ayuda para aprender en lo académico, sino también para desarrollar habilidades sociales y emocionales. Un niño con autismo, por ejemplo, puede necesitar que le enseñen de manera explícita cómo hacer amigos o cómo participar en una conversación.
Una de las características más relevantes sobre las NEE es que, cuanto antes se detecten y se les dé apoyo, más fácil será para el estudiante mejorar. La intervención temprana es fundamental para ayudar a los estudiantes a superar las barreras que enfrentan. Por ejemplo, si un niño tiene problemas para hablar y se le da terapia del lenguaje desde pequeño, es más probable que pueda comunicarse apropiadamente cuando sea adulto.
Además del apoyo dentro del aula, los estudiantes con NEE también necesitan un ambiente inclusivo y comprensivo que les permita sentirse aceptados. Con lo cual, el resto de los estudiantes y los maestros deben estar dispuestos a moldear sus actitudes y comportamientos para ser más comprensivos con este tipo de alumno.
El apoyo que necesita un estudiante con NEE debe provenir tanto de los profesionales involucrados como de la familia. Maestros, psicólogos, terapeutas y otros especialistas trabajan juntos para ayudar al niño, pero también es importante que la familia esté presente en todo momento, entendiendo la situación y dando apoyo en casa.
Algunas NEE, como la discapacidad física o la ceguera, son fáciles de notar porque afectan la movilidad o la visión del niño. Sin embargo, otras no se ven a simple vista y pueden pasar desapercibidas. Por ejemplo, Un niño con TDAH puede ser etiquetado como "inquieto" o "desobediente" cuando en realidad se le dificulta controlar su impulsividad.
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Las necesidades educativas especiales se pueden clasificar de acuerdo a su duración o tipo de dificultad.
Este tipo de clasificación se basa en el tiempo que dura la dificultad de aprendizaje. Algunas NEE son pasajeras, mientras que otras son permanentes y acompañarán al estudiante durante toda su vida.
Esta clasificación se basa en qué tipo de problema afecta el aprendizaje del estudiante. Cada persona es diferente y las necesidades pueden venir de distintas áreas, como del pensamiento, de los sentidos, del movimiento, de las emociones o, inclusive, del entorno en el que vive.
La importancia de reconocer y atender a los estudiantes con NEE es bastante clara: garantiza que los más vulnerables puedan desarrollar sus capacidades de manera plena. Así, se evita que, quienes poseen características particulares, queden excluidos del proceso educativo y tengan consecuencias a largo plazo en su integración y participación en la sociedad.
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