Desde pequeños nos han hecho creer que para ser "listos" tenemos que destacar en un montón de cosas que no siempre tienen sentido para todos. Que si sacar buenas notas en matemáticas, que si ser un crack en literatura, que si aprender a tocar el piano y hablar tres idiomas… ¡una locura! Pero, ¿sabes qué? Nadie te dice que no necesitas ser un genio en todas estas áreas para ser inteligente. El problema es que nos venden una idea de inteligencia tan limitada que terminamos sintiéndonos "malos" o "tontos" cuando no destacamos en lo que los demás esperan.
Y aquí es donde entra la teoría de las inteligencias múltiples. Porque, spoiler alert: hay muchas maneras de ser inteligente. Y no, no todos tenemos que ser buenos en lo mismo.
Vayamos al grano: ¿qué son las inteligencias múltiples y por qué deberías prestar atención? Este concepto lo introdujo Howard Gardner, un psicólogo que, básicamente, dijo: "Oye, ¿y si no todos tenemos que ser unos Einstein en matemáticas o literatura para ser inteligentes?" Su idea es simple pero revolucionaria: hay diferentes tipos de inteligencia y cada persona tiene una combinación única de ellas.
Así que, si siempre has pensado que "no eres bueno para estudiar", probablemente solo estabas mirando en el lugar equivocado. Gardner identificó 8 tipos de inteligencia, cada una con su propio encanto.
Aquí va la parte divertida. Vamos a hablar de los 8 tipos de inteligencia que Gardner propuso y a ver en cuáles te reconoces:
Inteligencia Lingüística: ¿Eres de los que siempre saben qué decir y cómo decirlo? Entonces tienes la inteligencia de los poetas, los escritores y, por qué no, de los que saben siempre qué responder en una discusión.
Inteligencia Lógico-Matemática: Si disfrutas resolviendo problemas, entendiendo patrones o si eres de esos que pueden hacer cálculos mentales sin pestañear, esta es la tuya. Vamos, los futuros matemáticos, ingenieros y científicos.
Inteligencia Espacial: ¿Tienes un don para los mapas, los diseños, o simplemente nunca te pierdes? Tu mente ve en imágenes, y eso es genial para arquitectos, artistas y pilotos.
Inteligencia Musical: Si puedes recordar una melodía con solo escucharla una vez o te encuentras tarareando canciones todo el día, quizás tienes la inteligencia de los músicos.
Inteligencia Corporal-Kinestésica: Aquí entran los que "piensan con el cuerpo". Deportistas, bailarines, artesanos, todos los que necesitan el movimiento para expresarse y entender el mundo.
Inteligencia Interpersonal: ¿Sabes cómo tratar a las personas? ¿Eres de los que siempre entienden cómo se siente alguien? Esta es la inteligencia de los psicólogos, los líderes y cualquier persona que sepa conectar con los demás.
Inteligencia Intrapersonal: Si tienes un alto conocimiento de ti mismo, de tus emociones y de cómo manejarlas, esta es tu inteligencia. Podrías ser un gran coach o consejero.
Inteligencia Naturalista: Los amantes de la naturaleza, los biólogos, y hasta los que tienen un talento especial para cuidar plantas o animales están en esta categoría.
Y aquí es donde todo empieza a tener sentido. Si te das cuenta, cada uno de estos tipos de inteligencia explica por qué todos tenemos habilidades tan diferentes. No se trata de ser mejor o peor, sino de reconocer que cada uno de nosotros tiene su propia forma de brillar. Puede que tú seas un crack escribiendo, mientras que tu mejor amigo es una máquina en los deportes. ¿Y sabes qué? ¡Eso está perfecto!
Imagina a ese amigo que siempre sabe arreglar cualquier cachivache en casa, pero no se aclara con un libro de poesía. O a ti mismo, que tal vez eres un desastre con los números pero tienes un talento brutal para dibujar. Las inteligencias múltiples explican estas diferencias y nos liberan de la absurda idea de que tenemos que ser buenos en todo.
Cuando entiendes que todos tenemos inteligencias diferentes, cambian muchas cosas. Primero, empiezas a ser más amable contigo mismo. Dejas de darte caña por no ser "bueno en todo" y empiezas a reconocer tus propios talentos, esos que siempre has tenido ahí pero que no te atreviste a valorar. Segundo, también cambias la forma en que miras a los demás. Empiezas a ver más allá de las etiquetas de "listo" o "torpe" y ves el talento único que cada persona tiene. Y créeme, eso hace la vida mucho más interesante.
Por eso, es importante entender: deja de compararte. No tiene sentido medir tus talentos con la vara de otros. Quizás seas increíble con las palabras pero pésimo en orientación. ¿Y qué? Nadie es bueno en todo, y eso es justamente lo que nos hace humanos y nos mantiene curiosos. El truco está en descubrir tus fortalezas y potenciarlas al máximo. Porque ser "inteligente" no es tener todos los talentos del mundo; es saber qué hacer con los que tienes.
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