Como su propio nombre lo indica, el geotargeting utiliza datos de localización para segmentar audiencias en función de su posición geográfica.
El geotargeting es una estrategia de la mercadotecnia digital que permite a las empresas dirigir sus mensajes publicitarios y contenidos a usuarios específicos según su ubicación geográfica. De esta manera, es posible ofrecer promociones, anuncios y productos de interés para cada área, aumentando así la probabilidad de captar la atención del público objetivo y mejorar la eficacia de las campañas publicitarias.
El geotargeting se basa en la ubicación del usuario, como país, ciudad, región, barrio, distrito y también:
Código postal: Para segmentar audiencias dentro de áreas más pequeñas.
Coordenadas GPS: Las cuales ofrecen una precisión exacta de la ubicación del usuario.
Proximidad a puntos de interés: Para segmentar audiencias cercanas a lugares concretos como tiendas, eventos o monumentos.
Zonas horarias: Las cuales ayudan a adaptar los mensajes según la hora local del usuario.
Entornos geofísicos: Como áreas urbanas, suburbanas o rurales.
Mejora la experiencia del usuario.
Posibilita la segmentación de audiencias.
Mejora la pertinencia de los anuncios para el público objetivo.
Potencia la efectividad de las campañas de marketing local.
Dirige los recursos publicitarios hacia las áreas con mayor potencial de conversión.
Permite evaluar el éxito de las campañas en distintas regiones y ajustar estrategias en consecuencia.
Posibilita la adaptación de ofertas y promociones según las preferencias regionales.
El geotargeting es sobretodo utilizado en el mundo se las redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter, etc.) porque estas plataformas recopilan una gran cantidad de datos sobre la ubicación de los usuarios a través de varias fuentes, tales como la información concedida en los perfiles de usuario, el uso de geotags en publicaciones, el seguimiento de la ubicación a través de dispositivos móviles y la dirección IP.
Estos datos precisos sobre la ubicación permiten a los anunciantes y a los creadores de contenido customizar sus mensajes de manera muy específica. Por ejemplo, una empresa local puede destinar sus anuncios únicamente a personas que se encuentren dentro de un radio geográfico determinado de su negocio. Del mismo modo, un evento puede anunciarse solo a aquellos usuarios que se encuentren en una ubicación particular en un momento dado.
Antes de la era digital y de las redes sociales, el marketing tradicional encaraba numerosas complicaciones para segmentar mensajes según la ubicación geográfica.
Los medios tradicionales como la televisión, la radio y los periódicos tenían un alcance geográfico generalizado y no permitían una segmentación precisa. Por tanto, los anunciantes experimentaban múltiples obstáculos para transmitir sus mensajes únicamente a audiencias específicas en ubicaciones geográficas determinadas.
También, además de ser poco flexible en términos de segmentación geográfica, la publicidad en medios tradicionales solía ser costosa. Esto significaba que las empresas tenían que invertir grandes sumas de dinero para alcanzar a grupos locales concretos, algo que podía ser inaccesible para empresas más pequeñas.
Esto era así porque simplemente no existían herramientas (al menos como las que tenemos ahora) para rastrear la ubicación de los usuarios, razón por la cual los anunciantes contaban con menos información para personalizar sus mensajes adecuadamente.
Actualmente es mucho más fácil segmentar audiencias y destinar mensajes concretos gracias a las avanzadas herramientas digitales y al vasto conjunto de datos que proporcionan las redes sociales.
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