La protección del medio ambiente es uno de los problemas más importantes de la humanidad, ya que de su solución dependen la vida, la salud y el bienestar de las personas. El transporte en sus distintos ámbitos es una de las principales fuentes de contaminación.
El transporte es una de las causas que más contaminan el aire. Los problemas ambientales asociados con el impacto ambiental de las diferentes instalaciones de transporte están determinados por la cantidad de emisiones tóxicas de los motores y también por la contaminación de las masas de agua. La generación de residuos sólidos y la contaminación acústica contribuyen a los efectos negativos. Al mismo tiempo, es el transporte motorizado el que está en primer lugar como contaminador del medio ambiente y como consumidor de energía. El efecto negativo de las instalaciones de transporte ferroviario es un orden de magnitud inferior. La contaminación del transporte aéreo, marítimo y fluvial es aún menor.
Al quemar una gran cantidad de productos derivados del petróleo, los automóviles dañan tanto el medio ambiente (principalmente la atmósfera) como la salud humana. El aire se queda sin oxígeno, saturado con sustancias nocivas de los gases de escape, aumenta la cantidad de polvo suspendido en la atmósfera y depositado en la superficie de varios sustratos.
Las aguas residuales de las empresas de transporte por carretera suelen estar saturadas de productos del petróleo y sólidos en suspensión, y la escorrentía superficial de la carretera contiene además metales pesados (plomo, cadmio, etc.) y cloruros.
Los vehículos son también factores intensivos en la eliminación de seres vertebrados e invertebrados y también son peligrosos para los seres humanos, causando muchas muertes y graves daños.
Los ecosistemas naturales son dañados por un método químico de eliminación de la nieve y el hielo de las superficies de las carreteras con la ayuda de reactivos - compuestos de cloruro (por contacto directo y a través del suelo).
Los efectos peligrosos de estas sales se manifiestan en el proceso de corrosión del metal que forma parte de los automóviles, la destrucción de la maquinaria vial y los elementos estructurales de las señales de tráfico y las vallas de las carreteras.
El impacto geoecológico local del transporte se manifiesta en la acumulación intensiva de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos o plomo en las proximidades de fuentes de contaminación (a lo largo de carreteras, calles principales, túneles, en intersecciones). Parte de los contaminantes se transporta desde el lugar de emisión, causando impactos geoecológicos regionales. El dióxido de carbono y otros gases con efecto invernadero, que se extienden por la atmósfera, causan impactos geoambientales globales adversos en los humanos.
Los principales residuos de los vehículos son baterías (plomo), elementos de la decoración interior (plástico), neumáticos, fragmentos de carrocería (acero).
La mayor fuente de contaminación atmosférica son los gases de escape emitidos por las locomotoras diesel que contienen monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, diversos tipos de hidrocarburos, dióxido de azufre, hollín.
Además, se descargan hasta 200 m³ de aguas residuales que contienen microorganismos patógenos en los automóviles de pasajeros por kilómetro de vía por año, y también se descargan hasta 12 toneladas de residuos secos.
En el proceso de lavado del material rodante de los vehículos ferroviarios, los detergentes tensioactivos sintéticos, diversos productos derivados del petróleo, fenoles, cromo hexavalente, ácidos, álcalis, diversos compuestos orgánicos y sustancias en suspensión inorgánicas, son arrojados a las masas de agua junto con las aguas residuales.
La contaminación acústica de los trenes en movimiento causa efectos negativos en la salud y, en general, afecta la calidad de vida de la población.
El transporte aéreo satura la atmósfera con monóxido de carbono, hidrocarburos, óxidos de nitrógeno, hollín, aldehídos. Los motores de los aviones y los transportes de cohetes tienen un impacto negativo en la troposfera, la estratosfera y el espacio exterior. Las emisiones que contribuyen a la destrucción de la capa de ozono del planeta representan alrededor del 5% de las sustancias tóxicas que entran en la atmósfera procedentes de todo el sector del transporte.
La flota marina está contaminando seriamente la atmósfera y la hidrosfera. El transporte marítimo satura la atmósfera con freones, que destruyen la capa de ozono de la atmósfera terrestre, y el combustible emite óxidos de azufre, nitrógeno y monóxido de carbono durante la combustión. Se sabe que el 40% de los impactos negativos del transporte de agua son causados por la contaminación atmosférica. El 60% de ellos se dividen entre la contaminación acústica, las vibraciones inducidas por la biosfera, los desechos sólidos y los procesos de corrosión de los objetos de transporte, el derrame de petróleo en caso de accidentes de barcos y otros. La mortalidad de los peces jóvenes y de muchos otros organismos acuáticos está asociada a las olas que se producen durante el funcionamiento de los barcos.
Conoce nuestro Máster en Calidad, Seguridad Alimentaria, Dietética y Nutrición
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Ciencias
Ciencias
Ciencias
Comentarios 1
muy inteligente me encanto y es para una tarea