La aplicación del enfoque combinado a la gestión de vertidos en España supuso la revisión de todas las autorizaciones de vertido otorgadas hasta ese momento, lo que implicó un enorme incremento del volumen de trabajo en cada uno de los Organismos de cuenca. Es por ello por lo que desde el Ministerio se creó el “Plan de choque tolerancia cero de vertidos”.
La tarea principal del Plan de Choque, por tanto, se centró en la revisión de las autorizaciones de vertido para su adaptación a la normativa vigente. Con este objetivo se estableció una estrategia orientada a conseguir un efecto beneficioso y rápido sobre el medio receptor; para ello las autorizaciones fueron agrupadas en función de su tipo, asignando un orden de prioridades en base a la peligrosidad y su volumen asociado. De esta manera, se concluyó que los primeros vertidos sobre los que había que actuar eran:
El Plan tolerancia cero sobre vertidos ha sido diseñado para dar a solución a dos tipos de problemas relacionados con las autorizaciones de vertido:
Autorizaciones de vertido provisionales (aproximadamente un 50% del total), otorgadas al amparo del derogado RD 484/95, en las que no se establecen valores límite de emisión, ya que en general este tipo de autorizaciones, tan solo identifican el vertido y fijan un volumen anual y los factores necesarios para el cálculo del canon.
Restantes autorizaciones de vertido: presentan valores límite de emisión, pero en muchas de estas autorizaciones se han detectado una serie de defectos con carácter generalizado, que hacen que estos valores límite sean inadecuados.
Teniendo en cuenta esta problemática la Dirección General del Agua ha puesto en marcha una Estrategia para la regularización de los vertidos de aguas residuales conocida también como Plan Tolerancia Cero.
Este Plan incluye la puesta a disposición de las Confederaciones Hidrográficas de los medios humanos, materiales y técnicos para acelerar la revisión de las autorizaciones de vertido de manera ordenada, asignando prioridades en función de la peligrosidad del vertido y del volumen del mismo, de tal manera que la actuación a emprender sea lo más eficiente posible y consiga un efecto beneficioso rápido sobre el medio receptor.
De este modo, la primera fase de las actuaciones, de máxima prioridad, se ha centrado en:
Esta estrategia presenta dos tipos de medidas adoptadas para aportar soluciones a la problemática anteriormente descrita:
El problema actual con las autorizaciones de vertido es debido fundamentalmente, a su incorrecta aplicación. Por tanto, las nuevas modificaciones de la legislación que se produjeron mediante el Real Decreto 606/2003, de 23 de mayo, por el que se modifica el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, no pretenden ser la solución de los problemas, sino solo meras herramientas de apoyo al trabajo de ordenación y puesta al día de las autorizaciones de vertido.
Lo más importante son:
Entre las medidas de tipo técnico desarrolladas destaca la elaboración de un Manual para la Gestión de Vertidos, cuya primera parte está centrada en el procedimiento tanto administrativo como técnico para otorgar autorizaciones de vertido. Otra de las herramientas que será fundamental en el futuro para la gestión de vertidos es el estudio de presiones e impactos realizado en aplicación del Anexo II de la Directiva 2000/60/CE (Directiva marco de aguas), mediante el cual se ha recopilado toda la información relativa a los vertidos y a otras presiones sobre el medio acuático y se ha analizado el riesgo de cada masa de agua de incumplir sus objetivos ambientales. Por tanto, en aquellas masas con riego alto de incumplimiento de sus objetivos ambientales, debido a fuentes puntuales de contaminación, habrá que acometer urgentemente labores de revisión del condicionado de las autorizaciones de vertido que afecten a esa masa de agua, de modo que se elimine el riesgo de incumplimiento a más tardar en diciembre de 2015.
Para garantizar que los vertidos suponen el menor impacto posible sobre las masas de agua, la Autorización de vertido establece las condiciones en que éstos deben realizarse concretando las siguientes cuestiones:
Los Organismos de Cuenca llevan a cabo labores de inspección de todos los vertidos, de modo que en caso de detectar un vertido que carece de autorización o que incumple las condiciones de su autorización, se inicia un proceso sancionador.
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