El troyano es uno de los tipos de malware más comunes en la actualidad.
En informática, un troyano o caballo de Troya es un malware que a primera instancia aparenta ser un programa totalmente lícito y confiable, pero que detrás se oculta un código maligno. Por tanto, un troyano es un software que simula ser inofensivo para lograr infiltrarse a un sistema informático, como una computadora o un dispositivo móvil.
Un troyano puede realizar distintas acciones, dependiendo de su objetivo final. Algunos troyanos están diseñados para robar información confidencial, como contraseñas o datos bancarios, mientras que otros se utilizan para controlar remotamente la computadora infectada.
Encubierto: El troyano se camufla en archivos inocuos o legítimos para evitar ser detectado por los antivirus y otros sistemas de seguridad.
Destructivo: Puede dañar la configuración del dispositivo, eliminar archivos, robar información y tomar el control del equipo.
Polimórfico: El código del troyano puede cambiar para evitar la detección de los antivirus.
Persuasivo: Se presenta como un programa legítimo o inofensivo para que el usuario lo ejecute voluntariamente.
Versátil: Además, el troyano puede ejecutar diferentes tipos de acciones según su objetivo, como capturar contraseñas, enviar correos spam, espiar al usuario, entre otros.
La forma más común de infectarse con un troyano es mediante técnicas de ingeniería social, como correos electrónicos fraudulentos, descargas de software provenientes de sitios web no oficiales o mensajes de chat. A continuación, se presentan algunas técnicas de infiltración que utilizan los troyanos:
Exploits: Los troyanos aprovechan vulnerabilidades en sistemas operativos, programas y dispositivos para ingresar al dispositivo.
Archivos adjuntos: El troyano se oculta en un archivo adjunto en un correo electrónico, un mensaje de chat o una descarga de internet.
Descargas automáticas: El troyano se descarga automáticamente cuando el usuario visita un sitio web comprometido o malicioso.
Software pirata: Los troyanos se esconden en software pirata que los usuarios descargan e instalan.
Dispositivos externos: El troyano se instala en el dispositivo cuando se conecta un dispositivo externo infectado, como una memoria USB o un disco duro.
Los dispositivos infectados por un troyano pueden presentar los siguientes síntomas:
Alteraciones en la velocidad del sistema operativo.
Cambio en la página de inicio del navegador; sugiere descarga de programas.
Aparición de ventanas emergentes.
Sistema operativo que no arranca.
Pérdida de archivos importantes.
Supongamos que un usuario recibe un correo electrónico de un banco que le solicita actualizar su información personal. El correo parece legítimo y el usuario ingresa su información en el enlace proporcionado.
Sin embargo, el enlace no dirige a un sitio web oficial del banco, sino a una página falsa que ejecuta un troyano. El troyano se instala en el dispositivo del usuario sin que este lo perciba y comienza a recopilar información personal y financiera del usuario.
A partir de ese momento, el troyano monitorea todas las acciones del usuario, capturando información y enviándola al atacante. El usuario no se da cuenta de que su dispositivo está infectado hasta que los daños sean irreparables.
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