El propósito principal del juego es el desarrollo del hombre, su orientación en el comportamiento creativo y experimental. El juego enseña, ayuda a recuperar la fuerza, da un buen impulso emocional, vitalidad, etc. Todas las funciones del juego están estrechamente interconectadas. Se definen por el objetivo principal: el entretenimiento más el desarrollo de las cualidades y habilidades básicas inherentes a la persona.
El juego es para el niño un campo en el que puede realizarse como persona. El proceso en sí mismo es importante, no el resultado del juego, ya que es el espacio para la autorealización del niño. El juego permite familiarizar al niño con una amplia gama de diferentes áreas de la práctica humana y formar un proyecto que contribuya con la superación de las dificultades específicas de la vida. No sólo se aplica dentro de un patio de recreo específico, sino que también se incluye en el contexto de la experiencia humana, lo que permite que el niño aprenda y domine el entorno cultural y social.
El juego es una actividad de comunicación llevada a cabo de acuerdo unas reglas. Introduce al niño en las relaciones humanas. Forma una relación que se desarrolla entre los jugadores. La experiencia que el niño recibe en el juego, se generaliza y luego se implementa en la interacción real.
El juego ofrece un posible pronóstico, es más diagnóstico que cualquier otra actividad, porque en sí mismo hay un campo de autoexpresión del niño. Esta función es especialmente importante porque es difícil aplicar los métodos de encuesta y las pruebas en el trabajo con el niño. Es más adecuado para ellos crear situaciones experimentales de juego. En un juego, el niño se expresa, así que, observándolo, se pueden ver sus rasgos de personalidad y de comportamiento.
El juego actúa como un medio de autopsicoterapia del niño. En un juego el niño puede volver a las experiencias traumáticas de su vida o a las circunstancias en las que no tuvo éxito, y en un ambiente seguro volver a reproducir lo que le dolió, disgustó o asustó.
Los propios niños utilizan los juegos como un medio para aliviar el miedo y la tensión emocional. Por ejemplo, diversas rimas, bromas, historias de terror, por un lado, actúan como portadores de las tradiciones culturales de la sociedad, mientras que, por otro lado, son un poderoso medio para manifestar estrés emocional y físico. Evaluando el significado terapéutico del juego de los niños, D.B. Elkonin escribió: "El efecto de la terapia de juego está determinado por la práctica de nuevas relaciones sociales, que un niño recibe en un juego de rol... Las relaciones en las que el juego pone al niño tanto con un adulto como con un compañero, la relación de libertad y cooperación en lugar de coerción y agresión, conducen finalmente a un efecto terapéutico".
Algunos autores los unen, enfatizando las posibilidades correctivas y terapéuticas de los métodos de juego, mientras que otros los comparten, considerando la función terapéutica del juego como una oportunidad para lograr cambios profundos en la personalidad de un niño, y la función de corrección como una transformación de los tipos de comportamiento y las habilidades de interacción. Además de enseñar a los niños habilidades comunicativas en el juego, es posible formar una actitud positiva del niño hacia sí mismo.
Las oportunidades de entretenimiento en el juego atraen al niño a participar en él. El juego es un espacio cultural sutilmente organizado en el que el niño pasa del entretenimiento al desarrollo. El juego como entretenimiento puede promover la buena salud, ayudar a establecer relaciones positivas entre las personas, brinda satisfacción general con la vida, alivia el estrés mental.
Para el preescolar y el estudiante de primaria, el juego crea oportunidades para una respuesta emocional a las dificultades. Para los adolescentes, el juego es un espacio para construir relaciones. La percepción del juego como una posibilidad psicológica es característica de los estudiantes mayores.
La presencia de una cantidad considerable de funciones supone la necesidad objetiva de incluir juegos y elementos de actividad lúdica en los procesos educativos y extracurriculares. Hoy en día, hay incluso toda una dirección completa en la ciencia pedagógica: la pedagogía del juego, que considera que el juego es el método principal de educación y crianza de los niños.
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