El procesamiento de la leche en productos lácteos se llevó a cabo principalmente para aumentar su vida útil. Así aparecieron la crema agria y la mantequilla, el queso y el requesón. Las tecnologías para la obtención de estos productos son muy diversas y variables
De una gran familia de productos lácteos, se distinguen los productos de leche agria, aquellos que se producen al fermentar la leche con varias bacterias.
Los productos lácteos son productos elaborados con leche de vaca o de cabra. Son una excelente fuente de proteínas, aminoácidos esenciales y calcio. La leche es una fuente vital de nutrición para cualquier organismo. A través de la leche materna, una persona desde el nacimiento gana fuerza y crece.
Las pautas nutricionales actuales clasifican la leche y los productos lácteos (yogur, kéfir, queso y requesón) como fuentes de proteína completa. Esto quiere decir que contienen todo el conjunto de aminoácidos esenciales: así se denominan aquellos aminoácidos que no se sintetizan en el cuerpo humano y deben ser aportados con los alimentos. Además, la leche es rica en calcio, vitaminas y otros micro y macronutrientes. Los productos lácteos también son una fuente de bacterias saludables.
La proteína es esencial para construir las propias células del cuerpo, para que funcione el sistema inmunitario y para transportar sustancias; por ejemplo, la hemoglobina transporta oxígeno.
Las proteínas también cumplen funciones reguladoras, es decir, permiten que el organismo se adapte a los cambios internos y externos. Por ejemplo, la hormona proteica insulina ayuda a transportar la glucosa de la sangre a las células. Los músculos también se componen de proteínas.
El calcio se utiliza para la síntesis ósea. Puede que no sea obvio para todos, pero los huesos de nuestro cuerpo son estructuras vivas. Incluso en la edad adulta, se destruyen constantemente y vuelven a crecer.
Además, el calcio participa en la coagulación de la sangre y la cicatrización de heridas. También ayuda a mantener la presión arterial normal y controlar la contracción muscular, incluido el corazón.
Las vitaminas son moléculas importantes necesarias para una vida sana. Ayudan a que las enzimas funcionen, catalizadores biológicos, pero no se sintetizan en el cuerpo en cantidades suficientes, por lo que deben suministrarse con alimentos.
Para muchas personas, beber leche es la forma más fácil de obtener la proteína, el calcio y la vitamina D que necesitan para mantener el corazón, los músculos y los huesos sanos y funcionando correctamente.
La cantidad óptima de productos lácteos para niños de 2 a 3 años es de dos porciones por día, de 4 a 8 años: dos porciones y media. Se recomienda que los niños mayores de 9 años y los adultos coman unas tres raciones al día.
La cantidad de productos lácteos para niños menores de 2 años está determinada por qué otros alimentos tienen en su dieta, la forma en que comen y su estado de salud general. Si tiene dudas sobre la correcta selección de la dieta del niño, consulte a un pediatra.
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