En el último siglo, a las causas naturales de la contaminación del agua se han unido las antropogénicas, que están destruyendo rápidamente las fuentes de agua. Por ello, la privación de un recurso natural valioso tiene consecuencias para toda la vida en la tierra. Además, varios lugares del mundo informan de que el suministro de agua potable es insuficiente e inadecuado.
En condiciones naturales, sin intervención humana, los ríos y lagos más limpios contienen contaminantes. Los compuestos orgánicos, los sólidos en suspensión hasta el tamaño de una micra, están presentes en mayor o menor medida en todas las masas de agua, en función del caudal.
Los contaminantes naturales del agua ingresan continuamente y son sometidos a procesos de autolimpieza fisicoquímica y biológica. Dicha capacidad regula el estado cualitativo del agua y mantiene el equilibrio entre la entrada y la salida de impurezas.
Para mantener el régimen sanitario de las masas de agua es necesario:
Estos desastres naturales provocan la contaminación de las masas de agua todos los años. Las lluvias excesivas provocan flujos de lodo y deslizamientos de tierra hacia las aguas cercanas. Además, los depósitos masivos de arena, arcilla y piedra triturada obstruyen los manantiales.
Las avalanchas de nieve provocan el flujo de escombros. Como resultado, las avalanchas con masas de piedras, peñascos y suelo blando caen en las zonas fluviales provocando a menudo inundaciones. A causa de las inundaciones de vastas zonas, entran en el agua microorganismos patógenos, virus, sustancias químicas y peligrosas para la salud (fertilizantes, productos petrolíferos, productos químicos).
Cualquier costa se caracteriza por la erosión de la misma. Sin embargo, la erosión de las orillas es variable y se registra desde unos pocos centímetros hasta decenas de metros por año. La erosión costera está causada por la velocidad del flujo del agua y las condiciones meteorológicas. En ausencia de zonas de protección del agua, la erosión es rápida y las partículas son transportadas a las llanuras de inundación y a los canales.
Los materiales de derrumbe del suelo se sedimentan y contaminan las masas de agua. El agua dulce se vuelve turbia, interrumpiendo el suministro de agua potable a los asentamientos y dificultando el funcionamiento de las centrales eléctricas. Los sedimentos procedentes de la erosión costera llegan a los mares y océanos en los que desembocan los ríos.
Los contaminantes orgánicos del agua procedentes de la descomposición parcial de plantas o animales muertos, algas y otros organismos están presentes en todas las masas de agua. En la mortalidad natural, la autodepuración natural hace frente a los residuos orgánicos.
La muerte masiva de animales debido a factores antropogénicos provoca consecuencias catastróficas. La descomposición va acompañada de la emisión de dióxido de carbono y humos malolientes. Sobre la superficie del agua es fácil detectar los lodos, que son difíciles de drenar, ya que flotan en estado espumoso.
La materia orgánica acumulada por las bacterias anaerobias se descompone y en el agua se acumulan metano, monóxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y nitrógeno amoniacal. Los productos de degradación de las proteínas (indol, escatol) son tan tóxicos como las sustancias inorgánicas. Los niveles de oxígeno descienden drásticamente y se produce el riesgo de muerte.
Cerca de los volcanes activos, los manantiales contienen contaminantes mecánicos en el agua. Las explosiones volcánicas liberan grandes cantidades de ceniza a la atmósfera. Cuando estos lodos se asientan, contaminan los recursos hídricos. Los flujos piroclásticos formados por lava y rocas se extienden a lo largo de cientos de kilómetros. Los elementos suelen provocar tsunamis e inundaciones, contaminando aún más las masas de agua y provocando un desastre medioambiental.
Con las nubes de ceniza hay gases venenosos (dióxido de azufre, cloruro de hidrógeno) en el aire, que vuelven a las superficies naturales en forma de lluvia ácida. Los compuestos de flúor depositados en las partículas de ceniza aumentan la fluoración del agua. El consumo de estos líquidos es destructivo para la salud.
Las fuentes de agua están constantemente saturadas de excrementos de animales. Son reciclados por los microorganismos y absorbidos por las plantas para lograr un ecosistema sostenible. La simbiosis natural tiene una función de autodepuración de la masa de agua.
A causa de la falta de oxígeno, la poca profundidad, la contaminación general, las bacterias y los cultivos de plantas mueren. El fracaso de la cadena ecológica provoca la obstrucción de las fuentes. La materia orgánica en descomposición del lodo del fondo absorbe el oxígeno disuelto y sobresatura el agua con nitrógeno, nitratos y fosfatos. En estas condiciones, la Spirogyra (algas filamentosas) prolifera activamente, lo que destruye el resto de la flora (ciliados, fitoplancton). Las masas de agua, especialmente los lagos, se vuelven rápidamente pantanosas y cenagosas.
Conoce nuestra Maestría en Gestión Medioambiental
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Ciencias
Ciencias
Ciencias
Comentarios