En la actualidad, todo está dispuesto para iniciar y desarrollar un negocio, especialmente en el ámbito digital: desde las diversas formas de obtener fondos (plataformas de crowdfunding, sistemas de subvenciones, business angels, etc.) hasta la ausencia de la necesidad de alquilar una oficina, ya que se puede trabajar a distancia desde diversas partes del mundo. También la contratación se ha vuelto mucho más fácil: basta con elegir entre miles de currículos en cualquier sitio internacional de búsqueda de empleo.
No obstante, si el grupo de reclutados se convierte en un auténtico equipo y si esto funciona eficazmente es otra cuestión. Lo importante es encontrar un equipo con verdadero talento, no sólo motivado y capaz de hacer brotar ideas útiles, sino que además comparta la visión profesional del empresario. Para que no desaprovechen su potencial y ayuden a todos a avanzar hacia el mismo objetivo.
La eficacia de un equipo es su capacidad para alcanzar cuatro objetivos:
Un equipo de alto rendimiento sabe a dónde va, por qué y para qué hace su trabajo. Todo equipo de alto rendimiento tiene un objetivo o misión compartida que inspira a sus miembros. Es un concepto mucho más amplio que el de los objetivos; expresa la razón de ser de ese equipo, su finalidad social. Expresando los valores profundos de los miembros del equipo, la misión establece el impulso del trabajo, su dirección, además de garantizar la coherencia. Siempre es único, poco convencional, y contiene la singularidad del equipo. Y definitivamente no se trata de obtener un beneficio, sino que es una labor desinteresada.
Todo miembro del equipo entiende la misión y el propósito de su empresa, es decir, si ha decidido que el mundo debe librarse de la enfermedad de Parkinson, ese debe ser el objetivo de todos los empleados. No basta con ponerlo en la página web de la empresa o en un folleto, sino que hay que articularlo en todas las reuniones para que lo capten todos los miembros del equipo.
Con frecuencia, a algunas personas de alto rendimiento les gusta trabajar solas, por su cuenta. Si bien no es malo que los empleados no tengan que hacer preguntas constantemente para hacer su trabajo, esto tiene un impacto negativo en la cooperación y el ambiente de equipo.
Por ello, las preguntas frecuentes son una bendición más que una desgracia. Intenta resolver todos los problemas juntos, de esta manera creas una continuidad de conocimientos y desarrollas un enfoque unificado para resolver los problemas, uniendo al equipo. También permite desarrollar algoritmos claros para los procesos que pueden derivarse a plantillas separadas. Esto facilitará el trabajo de todo el equipo en el futuro.
La clave de una organización eficaz reside en la comunicación, tanto entre los empleados como entre éstos y la dirección. Las reuniones pequeñas con el titular de la empresa y/o los directivos serán bastante eficaces en este sentido. No olvides destacar y celebrar los éxitos del equipo, es muy motivador para la gente.
Un par de veces al mes es conveniente celebrar reuniones conjuntas con el equipo para saber qué es lo que preocupa al personal, qué es lo que están viviendo, es decir, para conocer su opinión, en una simple conversación. Asimismo, es necesario dedicar tiempo a reunirse o hablar con cada uno de los miembros del equipo en privado. De este modo, conocerás las opiniones de cada miembro, que no están dispuestas a expresar en una asamblea general. Es posible que esto desvele problemas ocultos.
Conseguir que tu equipo trabaje con eficacia es un arte, pero dominarlo es realista. Lo principal es no rendirse, intentar seguir trabajando. Por algo dijo una vez el brillante empresario Henry Ford: Reunirse es un comienzo; mantenerse juntos es un progreso; trabajar juntos es un éxito.
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