El proceso de gestión consiste en funciones de administración, unidas por los procesos de conexión de comunicación y toma de decisiones. Tomar decisiones es la base de la gestión de una organización, además, esta es una parte importante de las actividades de los gerentes. Un empleado de la organización puede llamarse gerente solo si toma decisiones administrativas o las implementa a través de otras personas.
Una decisión gerencial es una elección que un líder debe hacer para cumplir con los deberes estipulados por su posición.
Cada decisión de gestión tiene:
El propósito de la decisión de gestión es asegurar la acción hacia las tareas establecidas para la organización.
En las empresas, muchas decisiones se toman a diario en los distintos niveles de gerencia. Difieren en términos de aceptación, contenido, duración, grado de exposición, etc.
Cuando la situación es fundamentalmente nueva o se caracteriza por una mayor complejidad, tratar de usar un enfoque basado en el juicio no es práctico, ya que no se puede encontrar la solución adecuada o la opción puede estar muy lejos de ser óptima. Aquí, debe aplicarse un enfoque racional, que proporcione no una selección de soluciones que se hayan justificado en el pasado, sino un proceso analítico profundo, que consiste en identificar las relaciones causales que caracterizan esta situación.
La fuente de cualquier solución es una situación problemática que debe abordarse. Por lo tanto, una de las condiciones más importantes para tomar la decisión correcta es analizar la situación e identificar el problema: esta es la comprensión de que existe una desviación de los planes establecidos originalmente.
Las fuentes de las cuales el gerente puede aprender sobre la existencia de un problema incluyen una revisión personal y análisis de información, opinión pública, etc. La opinión de otros gerentes y subordinados también es una fuente importante para detectar un problema.
El problema puede caracterizarse como una discrepancia entre lo que realmente existe en el tema analizado en la organización y lo que es necesario o deseable tener.
Determinar el alcance del problema no significa encontrar su causa y origen. Es solo una evaluación del tamaño de los medios para su solución y el grado de su seriedad.
Llevar la evaluación del problema a su certeza cuantitativa (estructuración) requiere no solo el conocimiento y la experiencia de los gerentes, sino también talento, intuición y un enfoque creativo. La evaluación del problema termina con la formulación de las tareas principales determinando el contenido del trabajo destinado a resolverlo.
Antes de considerar posibles soluciones al problema, el gerente debe determinar los indicadores por los cuales se compararán las alternativas y se seleccionará la mejor. Estos indicadores se denominan criterios de selección. Por ejemplo, cuando decida comprar un nuevo equipo, puede enfocarse en los criterios de precio, rendimiento, costos operativos, etc. En caso de tomar una decisión y contratar a un nuevo empleado, los criterios de selección entre los candidatos pueden ser educación, experiencia laboral, edad, cualidades personales. Siempre que sea posible, los criterios de selección deben cuantificarse.
Los criterios de selección tienen el carácter de restricciones severas, que son inaceptables de cruzar. Nos permiten separar las soluciones aceptables de las inaceptables.
Es deseable que haya varias opciones. Su contenido principal es proponer una solución específica a este problema. Los especialistas participan en el desarrollo de las opciones propuestas. Es necesario que las opciones contengan diferentes enfoques para resolver el problema y se acerquen al óptimo: esta es una combinación de sus variables cualitativas y cuantitativas que mejor se adaptará a la tarea en cuestión.
Es muy importante analizar objetivamente los resultados probables de la implementación de las opciones desarrolladas. Las opciones se evalúan utilizando los criterios desarrollados. Dado que la elección se realiza, por regla general, sobre la base de varios criterios en lugar de uno, siempre es un compromiso.
Un requisito previo para elegir una opción de solución es una explicación exhaustiva de sus posibles consecuencias positivas y negativas. Aquí es necesario aplicar el análisis del sistema, es decir evaluar el impacto de la decisión sobre los indicadores clave de desempeño de la organización (por ejemplo, ganancias, rentabilidad, competitividad del producto, etc.) y también tener en cuenta su posible impacto en todos los demás elementos interrelacionados de la organización. Además, al evaluar las opciones de solución, es necesario tener en cuenta el factor de riesgo.
En los sistemas de gestión modernos, como resultado de la división del trabajo, se ha desarrollado una situación en la que algunos empleados de la organización preparan y desarrollan una solución, aceptan o aprueban a otros y cumplen con otros. En otras palabras, el líder a menudo aprueba y es responsable de una decisión que no ha desarrollado; los especialistas que prepararon y analizaron la solución no participan en su implementación, y los expertos intérpretes o ejecutantes no participan en la preparación y discusión de las decisiones que se están preparando.
Por lo tanto, es necesario tomar decisiones acordadas con los especialistas. No un líder, pero todos los miembros de la organización deben esforzarse por aumentar la efectividad de su trabajo. Los desarrolladores preparan una solución, eligen un curso para la organización, pero para que se implemente, son necesarias acciones conjuntas de todos los miembros de la organización. Por lo tanto, en los procesos de toma de decisiones grupales, la etapa de votación juega un papel muy importante. Sin embargo, en una serie de situaciones en las que esto sea imposible o irracional, el gerente se verá obligado a tomar una decisión solo, sin recurrir a discutirlo y ponerse de acuerdo con sus subordinados.
La decisión final la toma la administración de la organización, que gestiona los recursos necesarios para su implementación, y es personalmente responsable de los resultados.
Para la implementación exitosa de la solución, en primer lugar, es necesario determinar el complejo de obras y recursos, distribuirlos por ejecutores y términos, es decir, prever quién, dónde, cuándo y qué acciones deben tomarse y qué recursos se necesitan para ello. Si estamos hablando de soluciones suficientemente grandes, esto puede requerir el desarrollo de un programa para implementar la solución.
Un punto muy importante es llevar la tarea a los expertos intérpretes o ejecutantes. Esto implica que el significado de la decisión debe explicarse a todos los expertos intérpretes o ejecutantes y debe asignarse a cada uno de ellos tareas específicas y deben definirse sus derechos, responsabilidades y funciones en la ejecución de la decisión.
Incluso después de que la decisión finalmente se haya puesto en vigencia, el proceso de su adopción no puede considerarse completamente terminada, ya que aún es necesario asegurarse de que se justifique. La etapa de control, que realiza la función de retroalimentación en este proceso, sirve para este propósito. En esta etapa, se realizan mediciones y evaluaciones de las consecuencias de la decisión o comparación de los resultados reales con los que el gerente esperaba obtener.
A menudo, como resultado del control, se hace necesario ajustar una decisión adoptada previamente o tomar una nueva decisión, ya que la situación puede cambiar debido al continuo desarrollo del sistema económico.
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