El desarrollo de un producto turístico es un proceso bastante complejo, con varias etapas, que requiere un análisis exhaustivo, sistemático y que se lleva a cabo en una serie de condiciones:
Existen cuatro fases en el proceso de desarrollo y comercialización de un producto turístico para el consumidor.
La planificación del viaje es la función inicial de la agencia de viajes, que debe garantizar la creación de un producto turístico atractivo y competitivo para su posterior implantación en el mercado. Debe basarse únicamente en una evaluación preliminar de la oferta y la demanda en el mercado.
En este sentido, es necesario determinar los principales parámetros de la demanda de mercado prevista, es decir, los límites territoriales del mercado (ciudad, localidad, región, zona); la composición social de la clientela (jóvenes, personas con ingresos medios o altos, pensionistas, amas de casa, etc.); los tipos de turismo y los fines de viaje; los posibles volúmenes y temporadas de los viajes, etc.
Sobre la base de una cuidadosa investigación y previsión de la posible demanda del mercado, la empresa debe determinar el contenido de su producto turístico, que incluye:
País del viaje y tipo de turismo. Así, por ejemplo, si se prevén viajes de excursión y educativos, se seleccionan los países con las atracciones turísticas más interesantes. Si la empresa tiene la intención de ofrecer viajes de vacaciones, se deben tener en cuenta los países que poseen los recursos naturales correspondientes, es decir, el mar cálido, el sol, la playa.
Temporada y duración del viaje. Los meses de verano (mayo a septiembre) son preferibles para los viajes turísticos a países de clima templado, y los de noviembre a febrero a países de clima cálido, cuando baja el calor agotador. En el caso de las vacaciones en la región mediterránea, la franja es algo más larga, de abril a noviembre.
La duración del viaje también depende del tipo de turismo: los viajes turísticos y recreativos suelen tener una duración de 1 a 2 semanas. Los viajes de compras se limitan a 4 o 5 días. Sin embargo, en todos los casos la duración final de la estancia de los turistas viene determinada por los horarios de las compañías aéreas internacionales, la frecuencia de los vuelos y la disponibilidad de plazas.
El itinerario, es decir, la lista de ciudades o pueblos que los turistas van a visitar durante su viaje por el país, que se determina en función del objetivo del viaje. Por ejemplo, los viajes de excursión y educativos incluyen visitas a varias ciudades con los lugares más interesantes. Los viajes de ocio sólo incluyen el lugar donde los turistas pasan sus vacaciones o reciben un tratamiento en un centro turístico, y la ciudad por la que llegan y salen del país. A veces estos viajes incluyen una o varias excursiones de un día a lugares de interés cercanos.
La cantidad total de viajes en grupo o individuales en cada país que el operador turístico pretende comercializar, desglosada por temporada y mes, basándose en una evaluación de la demanda del mercado.
El paquete y la clase de servicios. En función de la evaluación de la demanda del mercado, el operador turístico debe perfilar el contenido y la clase del paquete de servicios. En este caso, se puede utilizar una cierta variedad de servicios básicos y complementarios, así como de clases de servicio, que en última instancia responderán a los deseos, los objetivos de viaje y la capacidad de pago de los diferentes grupos de ingresos de los consumidores.
Basándose en todos los datos de la evaluación anterior, la agencia de viajes debe preparar (por escrito) un conjunto de viajes específicos o series de viajes que se discutirán con el socio extranjero (la empresa anfitriona) y los proveedores de servicios.
Es aconsejable iniciar los trabajos preparatorios para la creación de un producto turístico (idealmente, pero en la práctica es difícil) por lo menos dos años antes de la primera salida de turistas a un nuevo itinerario, un nuevo programa o a un nuevo país.
A la hora de diseñar un producto turístico, es importante tener en cuenta los requisitos de los clientes potenciales, por lo que la empresa debe identificar el grupo de consumidores al que va dirigido su producto. Un operador turístico puede vender los viajes recién creados a través de los canales de venta existentes, es decir, los socios del país con los que ha trabajado anteriormente. Esta es la forma más fácil de entrar en el mercado con un nuevo producto, ya que la organización se asegura contra una serie de sorpresas desagradables en las relaciones con un nuevo socio, y la cooperación permanente ofrece la posibilidad de obtener beneficios financieros (descuentos en los precios, reducción del pago anticipado, aumento de la comisión, etc.).
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