A menudo escuchamos la pregunta de cómo ayudar a los niños que son "tímidos". Pero, ¿qué significa realmente "tímido"? La timidez a menudo se describe como una preocupación por los propios pensamientos y reacciones que conduce a la incomodidad en situaciones interpersonales.
La buena noticia es que la mayoría de los niños pueden aprender cómo lidiar con la ansiedad social, cómo conectarse con otros, cómo manejar nuevas situaciones (grupales) y cómo hablar por sí mismos. Algunos solo necesitan un poco de apoyo adicional.
1- Crear oportunidades de práctica: Trate de crear tantas oportunidades/situaciones como sea posible en las que su hijo pueda practicar sus habilidades sociales sin forzarlo u obligarlo a hacer nada. Acompaña a tu hijo, quédate ahí para él, hazle saber qué crees en él. Es importante seguir creando situaciones para él en las que pueda mostrar su coraje (por ejemplo, hacer un mandado solo, pagar algo en la caja registradora, etc.
2- Abordar los sentimientos: Reconocer y responder a los sentimientos y necesidades ayuda a los niños a conocerse mejor a sí mismos y aprender a consolarse y manejar sus propios sentimientos (por ejemplo: “Tengo la impresión de que estás triste por esto, ¿verdad?”).
3- Familiarícese con las preocupaciones de su hijo: Pregúntele a su hijo qué es lo que le teme o le preocupa. Sin embargo, a los niños a menudo les resulta difícil hablar de ello. Aquí es donde jugar juntos puede ayudar: recrear situaciones sociales con personajes. Aquí puede, por ejemplo, asumir el papel de un niño tímido y luego preguntarle a su hijo por qué cree que el personaje tiene miedo.
4- Ve preparado para nuevas situaciones: Ve a fiestas o reuniones un poco temprano. Esto le da a su hijo tiempo para calentarse y adaptarse, y la oportunidad de vincularse con niños individuales antes de que lleguen otros. Importante: ¡Nunca te vayas sin despedirte de tu hijo! ¡Esto solo puede aumentar el miedo a otra situación!
5- Preste atención a sus propios sentimientos: muchos padres temen que su hijo esté perdiendo oportunidades o se interponga en su propia ansiedad social y no lleve una vida plena. Esto despierta sus propios miedos y éstos, a su vez, pueden transmitirse al niño.
6- Vigila tu propio comportamiento en situaciones sociales: Los niños aprenden a través de la observación y la imitación. Si usted mismo es amable con los extraños, ayuda a los demás y tiene una actitud relajada hacia las interacciones sociales, esto también tendrá un efecto positivo en su hijo. Si le resulta difícil a usted mismo, cree situaciones con otras personas de confianza en las que su hijo tenga un buen modelo a seguir.
7- No caigas en la trampa de la sobreprotección: si tu hijo se niega a responder, no lo convenzas ni respondas por él. Solo espera en silencio a que piensen en su respuesta. Al darle la oportunidad de hablar por sí mismo, aumentará su confianza en sí mismo. Cuantas más oportunidades tenga para hablar por sí mismo, más fácil será para él en el futuro: ¡la práctica hace al maestro!
8- La presión engendra contrapresión: Trate de no obligar a su hijo a hacer cosas que no quiere hacer. La presión genera estrés y este a su vez ansiedad.
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