La implantación de la gestión de la calidad total o Quality Management (TQM), varia tanto de una empresa a otra por la particularidad de cada una de estas, en este artículo se comparte la metodología para su ejecución, además de que también se exponen algunas de las dificultades que suelen aparecer en este proceso para que se pueda prever y así tener una TQM eficaz.
En cada organización, la cultura, las prácticas de gestión, la creación de productos o los procesos de prestación de servicios utilizados son únicos. Es por ello que no existe un único enfoque para la aplicación de la gestión de la calidad total.
No obstante, se pueden identificar varios elementos clave de una metodología de implantación de la gestión de la calidad total:
En la aplicación de la filosofía de la gestión de la calidad total en una organización suelen surgir una serie de problemas que reducen considerablemente la eficacia del cambio.
Ausencia de implicación de la dirección. Al respecto, la dirección de la organización habla de la gestión de la calidad total, pero las acciones contradicen la filosofía de la mejora continua de la calidad. Esto conduce a un colapso de las expectativas de los empleados sobre los efectos de la TQM. Resulta muy difícil volver a intentar aplicar los principios de TQM. Para lograr el objetivo, la dirección debe informar clara y regularmente a todos sobre los beneficios de la aplicación de la TQM, ser coherente en la aplicación de los principios de la misma y no utilizarla como una moda temporal para obtener beneficios rápidos.
Insuficiente adaptación al cambio de la cultura organizativa. Cambiar la cultura organizativa es un proceso extremadamente complejo y que exige un tiempo considerable. El personal suele dudar de que los cambios en los procesos puedan suponer un cambio en la cultura del trabajo y algunos son resistentes a los cambios en sus puestos de trabajo. Así pues, si no hay suficiente motivación para cambiar las actividades laborales habituales, al cabo de un tiempo la implantación de la TQM hará que los empleados tengan una actitud negativa.
Preparación deficiente para el cambio. Con anterioridad a la introducción de la gestión de la calidad total, la dirección debe comunicar y explicar al personal su visión de los beneficios de la TQM y explicar la misión y los objetivos de la implantación. Si no se realiza esta preparación previa, el personal no tendrá confianza en los cambios que se realicen. Esto hará que el personal no se involucre en el proceso de mejora del rendimiento.
Carencia de información y datos objetivos. La aplicación de la gestión de calidad total requiere basarse en datos objetivos para tomar decisiones. A fin de implementar y apoyar la gestión de la calidad total, los datos sobre el rendimiento deben recogerse y analizarse con regularidad y de manera oportuna. Si los datos son insuficientes o irregulares, resulta difícil tomar las decisiones correctas y, en última instancia, puede llevar a rechazar una mayor implantación de la gestión de la calidad total.
Junto a lo anterior, suelen surgir otros problemas que dificultan mucho la aplicación de la gestión de la calidad total.
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