El marketing político es el proceso creativo de planificación, desarrollo y puesta en práctica de ideas, bienes y servicios en el mercado político con el fin de estimular su venta y distribución para su implementación
Los partidos deben verse a sí mismos y a sus candidatos como marcas que no necesariamente resultan de una mera suma de posiciones políticas. Esto requiere una gestión de marca profesional, como en las empresas de bienes de consumo.
Las campañas políticas deben establecerse de forma permanente como parte de la gestión de la marca.
La propuesta de valor - la promesa del usuario - como el corazón de una agenda política debe desarrollarse profesionalmente y adaptarse y conectarse en cascada para diferentes grupos objetivo y canales de comunicación.
Es obligatorio el uso de todos los canales de comunicación e interacción, así como la respuesta en tiempo real 24/7. No se trata de discusiones en parte programáticas entre offline (campaña electoral callejera) vs. online/digital, sino que se trata de abordar y conquistar grupos objetivo y grupos objetivo específicos del contexto con contenido relevante en un concepto de contenido global.
En áreas temáticas como la gestión de marcas o el marketing digital, se debe construir un know-how que no se limite a las áreas funcionales individuales de los partidos políticos. La consistencia y la eficiencia en el marketing político requieren una amplia base de conocimientos en toda la organización del partido.
Se requieren estructuras y sistemas organizativos internos que utilicen de manera eficiente las aplicaciones de TI en las áreas de gestión de datos, gestión de redes sociales y automatización de marketing.
Sobre la base de los sistemas de análisis de datos y la automatización de marketing, el contenido, las imágenes y la tonalidad deben probarse y optimizarse constantemente.
Los mensajes políticos son específicos del canal y deben prepararse para los diferentes grupos objetivo de acuerdo con la propuesta de valor en el contexto respectivo. No se trata de una repetición monótona de afirmaciones ya conocidas, sino de un abordaje perfilado del grupo objetivo con contenido informativo, consultivo y entretenido para convencerlo de su propio partido y posiciones políticas y ganarlo o mantenerlo como elector.
De la mano del marketing de contenidos, los mundos visuales llamativos siguen ganando importancia. Estos deben ser actuales, auténticos y visualmente interesantes. Esto significa que se hace referencia a imágenes internas y, por lo tanto, a percepciones individuales que se refinan a través de una visualización más prolongada. El enfoque aquí está en el efecto de "atracción".
Los campos de acción descritos anteriormente requieren una gestión sistemática del cambio dentro de los partidos, a través de sus respectivas áreas funcionales y comités.
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