La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología para crear una serie de sistemas inteligentes, programas técnicos para realizar tareas creativas y para generar nueva información mediante el aprendizaje de la interacción con la información ya existente.
No obstante, esta no es la única interpretación del término. En primer lugar, la inteligencia es un elemento psicológico del ser humano, que permite:
Con la ayuda de la inteligencia, el ser humano conoce la realidad. Por otra parte, está la psicología humana, la empatía, la actitud filosófica ante la realidad. Precisamente es el logro de la simbiosis entre psicología e inteligencia lo que puede convencer a muchos escépticos de que se trata de la inteligencia artificial. En caso contrario, no es más que un programa inteligente perfeccionado para una tarea muy especializada o un sistema a gran escala con una amplia gama de acciones.
Esa interpretación de los escépticos puede ser atribuida al efecto de la inteligencia artificial, es decir, si la inteligencia artificial hace algún progreso, habrá pruebas indiscutibles de que ese progreso no significa que la máquina tenga una mente propia.
Sin embargo, si establecemos un paralelismo entre la inteligencia artificial y el vuelo artificial, podría compararse con la forma en que los hermanos Wright empezaron a estudiar la aerodinámica deteniéndose para imitar a los pájaros. Al fin y al cabo, el objetivo del trabajo era conquistar el espacio aéreo, y no crear máquinas que imiten totalmente a las aves, que sean capaces de engañarlas o de convertirse en parte de su bandada.
La memoria instantánea de la información, así como su procesamiento en un corto período de tiempo. Generalmente una persona necesita repetir la información durante 3 o 4 días, así como refrescarla cada mes y medio para recordarla.
El procesamiento veloz de los datos cuantitativos. El hecho de dividir o multiplicar números de dos y tres cifras no es cuestión de un segundo, y una máquina es capaz de realizar cualquier operación numérica y cuantitativa en una fracción de segundo. Con la misma rapidez, la IA dibujará un gráfico utilizando una fórmula, cerrará una posición y retirará un depósito en el comercio a tiempo, diseñará un modelo del universo y se ocupará de otras tareas.
El procesamiento de la información de calidad sigue sin ser suficiente. Si bien, en China ya se está aplicando con éxito el reconocimiento facial con redes neuronales, por lo que mejorar la calidad hasta un nivel aceptable es una cuestión de tiempo.
Es posible que existan fallos. Sí, la inteligencia artificial es imperfecta, lo más probable es que nunca llegue a ser lo contrario. Las tareas sencillas las puede hacer por sí misma, pero en las complejas necesita la supervisión de un humano. El mayor temor de la humanidad es que la inteligencia artificial fracase y actúe en detrimento de la humanidad en lugar de beneficiarla.
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