En una traducción literal, fulfilment significa cumplimiento, un proceso logístico que consiste en gestionar eficientemente el ciclo completo de una orden, desde el momento en que se realiza la compra hasta que el producto llega al cliente.
En logística, el término fulfilment hace referencia al conjunto de acciones coordinadas que permiten llevar a cabo un pedido desde el momento en que se realiza hasta su entrega exitosa al cliente final. En otras palabras, es el proceso de recibir, procesar y enviar un pedido.
Recepción del pedido: Este es el primer paso del proceso, donde se recibe la solicitud de compra por parte del cliente. En esta etapa se verifica la disponibilidad de los productos solicitados y se registra la información del pedido.
Preparación del producto: Una vez que se confirma el pedido, se procede a preparar los productos seleccionados. Esto significa revisar el inventario, seleccionar los artículos correctos y asegurarse de que estén en óptimas condiciones antes de su envío.
Empaquetado del artículo: Después de preparar los productos, se empaquetan cuidadosamente para garantizar que lleguen en buen estado al destinatario. El empaquetado puede variar según el tipo de producto y su fragilidad.
Coordinación con la compañía de envíos: Una vez que los productos están listos, se coordina con la empresa de envíos para que recojan los paquetes y los transporten al destino. En esta fase hay que asegurarse de que se cumplan con los plazos y proporcionar los detalles necesarios para el envío.
Entrega al destinatario: Luego, los paquetes son entregados al destinatario en la dirección indicada en el pedido. Es importante que la entrega se realice de manera puntual y que se tomen las medidas pertinentes para garantizar que el cliente reciba sus productos en perfectas condiciones.
Seguimiento en tiempo real: Durante todo el proceso de envío, se ofrece la posibilidad al cliente de realizar un seguimiento en tiempo real de la ubicación de su paquete. Esta característica permite al cliente saber de forma muy precisa cuándo puede esperar la entrega.
Resolución de problemas: En caso de que surjan problemas en algún punto durante el proceso, como retrasos en la entrega o productos dañados, se debe contar con un sistema para resolver estos inconvenientes de manera eficiente. Esto puede implicar reenvíos, reembolsos o cualquier otra medida necesaria para asegurar la satisfacción del cliente.
Facilita una gestión precisa de los pedidos, asegurando que cada producto llegue a su destino correcto.
Garantiza entregas puntuales, generando confianza en los clientes al recibir sus productos a tiempo.
Eleva la satisfacción de los clientes al cumplir sus expectativas de recibir productos de manera rápida y sin contratiempos.
Reduce los costos operativos al optimizar procesos.
Minimiza los desperdicios, dado que se planifica con eficacia, evitando excesos de inventario o productos no vendidos.
Mejora la visibilidad en la cadena de suministro, ya que se mantiene un seguimiento constante de los productos en tránsito.
Contribuye a mantener un inventario adecuado, evitando escasez o exceso de productos en el almacén.
Promueve la lealtad del cliente, pues se brinda una experiencia positiva, lo que puede llevar a compras repetidas.
Fortalece la reputación de la marca al establecerla como confiable y comprometida con la satisfacción del cliente.
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