El enoturismo, turismo enológico o turismo del vino, es la actividad recreativa en zonas cuyo principal atractivo es el vino.
Se entiende por enoturismo al viaje turístico motivado por conocer y disfrutar de todo lo relacionado al vino: vinicultura, aroma, sabores, historia, etc.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) define el enoturismo como “el turismo que tiene por propósito visitar viñedos y bodegas, realizar catas, y consumir o comprar vino, a menudo en el lugar en que se elabora o en sus cercanías”
Muchos destinos aprovechan sus características vinícolas para convertir sus zonas en productos turísticos. Se valen de su propia identidad (paisaje, cultura, tradición e historia) para generar nuevas formas de turismo.
Para ello, estas zonas, además de acondicionar su propio producto, se asocian con otras entidades para ofrecer una gama de servicios capaz de abarcar las necesidades básicas de los turistas, como hospedaje, alimentación, guía y transporte.
El turismo enológico sirve como entrada para descubrir lugares rurales de un territorio. Las bodegas y tierras de vino se posicionan como elementos receptores para que las personas se empapen de la cultura regional y aprendan más sobre el vino, su elaboración, sabor, historia, y más.
Visitar bodegas de vinos.
Recorrer viñedos.
Participar en vendimias (recoger uvas).
Presenciar de primera mano el proceso de elaboración de vinos.
Aprender a catar vino.
Profundizar sobre la cultura del vino.
Visitar museos especializados en vino.
Turismo que gira en torno al vino y sus cualidades.
Es un subtipo del turismo gastronómico y del turismo cultural.
Se practica generalmente en zonas rurales.
Se plantea como una alternativa sólida y atractiva de turismo.
Está diseñado tanto para entusiastas del vino como para personas que no han tenido contacto anteriormente con esta bebida.
El vino como factor turístico se propone como una opción atractiva para impulsar la economía de zonas vinícolas. Esto, gracias a que promueve marcas de bodegas de vino, incrementa la venta directa de vinos y estimula la actividad económica de comarcas vitivinícolas.
Funciona como propulsor económico de pequeños pueblos, ya que fomenta la creación de nuevos puestos de trabajos y se obtienen, en general, nuevas posibilidades de negocio.
También, permite a hoteles, restaurantes, bares, empresas de transporte y otros agentes turísticos adyacentes generar ganancias debido a una mayor demanda en sus servicios.
En definitiva, el llamado enoturismo sirve para acercar el turista a las virtudes del vino y todo lo ello que conlleva, generando beneficios económicos a las localidades que buscan promocionar sus actividades en forma de turismo, y ofreciendo a los viajeros nuevas experiencias a través del vino.
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Turismo
Turismo
Turismo
Comentarios