En una esfera empresarial cada vez más regulada, el cumplimiento normativo (o compliance) se ha convertido en una máxima prioridad para las organizaciones, ya que garantizar la legalidad, la ética y la transparencia es un deber fundamental a día de hoy.
Se entiende por cumplimiento normativo al conjunto de medidas que una organización toma para asegurarse de que cumple con todas las normas (tanto legales como éticas) aplicables a su negocio, con el fin de prevenir incumplimientos y, por ende, sanciones legales y daños reputacionales.
Garantizar el cumplimiento de todas las leyes: El objetivo principal es asegurar que la empresa cumpla con todas las leyes pertinentes para evitar posibles implicaciones legales.
Cuidar la reputación de la empresa: Mantener una buena reputación empresarial es trascendental para ganar la confianza de los clientes, los inversores y el público en general.
Evitar violaciones legales: Este objetivo se centra en prevenir cualquier acción que pueda infringir la ley. Es decir, se trata de eludir todo aquello que podría dar lugar a multas, litigios y daños a la empresa.
Fomentar la conducta ética en la empresa: El cumplimiento normativo no se trata solo de cumplir con la ley, sino también de promover un ambiente ético en la empresa. Esto significa que los empleados deben actuar con total integridad en todas sus interacciones dentro de la organización.
Dentro de una organización, la persona encargada del cumplimiento normativo suele ser el Oficial de Cumplimiento Normativo (OCN) o Chief Compliance Officer (CCO). Este profesional tiene la función de:
Supervisar constantemente si la empresa está cumpliendo con todas las regulaciones y leyes relevantes en su industria.
Analizar aquellas áreas donde la empresa podría enfrentar desafíos legales, financieros o de reputación.
Desarrollar políticas y procedimientos internos que aseguren que la empresa cumple con todas las regulaciones.
Crear programas de capacitación para educar a los empleados sobre las políticas de cumplimiento.
Organizar auditorías internas regulares para evaluar el cumplimiento normativo de la empresa.
Reportar cualquier incumplimiento de regulaciones o riesgos potenciales a la alta dirección.
Realizar investigaciones internas en respuesta a denuncias de mala conducta o irregularidades.
Proporcionar capacitación continua para garantizar que los empleados estén al tanto de las últimas regulaciones y políticas de la empresa.
Mantener registros detallados de todas las actividades relacionadas con el cumplimiento normativo, incluyendo auditorías, capacitaciones y denuncias.
Mantener a la empresa informada sobre cualquier cambio en las regulaciones que puedan afectar sus operaciones, y ajustar sus políticas y procedimientos en consecuencia.
Regularmente, revisar y actualizar las políticas y procedimientos internos para asegurarse de que estén alineados con las regulaciones actuales.
Supervisar las actividades de la empresa para detectar posibles conductas que puedan infringir regulaciones.
Promover una cultura de ética en toda la empresa, fomentando el cumplimiento normativo desde la alta dirección hasta los niveles más bajos.
Asegurarse de que la empresa cumple tanto con los estándares internos establecidos como con las regulaciones externas impuestas por agencias gubernamentales u organismos reguladores.
Mantener registros detallados de los procesos de cumplimiento. Esto, entre otros aspectos, para facilitar la auditoría y la rendición de cuentas.
Por legalidad: El cumplimiento normativo garantiza que una empresa opere dentro de los límites legales establecidos por las autoridades.
Por ética: La implementación de prácticas de cumplimiento normativo es un reflejo de los valores éticos de una empresa, ya que esta pretende actuar de manera responsable en su entorno.
Por competitividad: Las empresas que cumplen con las regulaciones pueden evitar obstáculos que propicien retrasos en sus operaciones.
Por reputación: El compliance ayuda a mejorar la imagen de una empresa. Tal característica fomenta la atracción de clientes, inversores y socios comerciales
Por la gestión de riesgos: Cumplir con las regulaciones ayuda a mitigar riesgos potenciales en las operaciones de una empresa. Resulta importante para evitar eventos adversos que podrían afectar negativamente a la empresa.
Por la protección al consumidor: También garantiza la calidad de los productos y servicios ofrecidos a los consumidores, un aspecto esencial para proteger los derechos y la salud de los clientes. Esto, además, reduce el riesgo de demandas.
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