La estacionalidad turística describe cómo el número de turistas varía a lo largo del año en un destino específico. Por ejemplo, en verano, los turistas prefieren destinos soleados, como las playas; mientras que en invierno, la preferencia tiende a inclinarse por lugares donde la nieve es el elemento principal.
En un contexto turístico, el primer ejemplo se llama turismo de sol y playa, y el segundo ejemplo lleva por nombre turismo de nieve.
Se denomina estacionalidad turística al patrón cíclico de la demanda turística en un destino, caracterizado por períodos de alta afluencia de visitantes (temporada alta) seguidos de períodos de menor afluencia (temporada baja).
Entre las causas principales de la estacionalidad turística, tenemos:
Vacaciones escolares: Muchas familias planifican sus viajes de acuerdo con el calendario escolar. Las vacaciones de verano, las vacaciones de invierno y otros recesos escolares son momentos en los que los viajes familiares incrementan notoriamente.
Días de fiesta: Los días festivos, como Navidad, Año Nuevo, Semana Santa o festividades locales, frecuentemente generan un aumento en la demanda de viajes hacia destinos específicos.
Factores naturales: Aunque en menor medida en comparación con los anteriores puntos, factores naturales como el florecimiento de ciertas plantas, la migración de animales o la temporada de avistamiento de vida silvestre, hacen que una porción de turistas (sobre todo los amantes de la naturaleza) visiten ciertos destinos en momentos específicos del año.
Eventos deportivos: Eventos deportivos como los Juegos Olímpicos, la Copa del Mundo de la FIFA o el Super Bowl tienen el potencial de atraer a numerosos turistas de diversos sitios en un momento específico. Esto puede causar picos de visitantes en la región anfitriona durante el período en que se lleva a cabo el evento.
Conciertos musicales: Cuando artistas famosos realizan giras por diferentes ciudades, estos atraen a una audiencia global que converge en lugares específicos en fechas determinadas, generando un aumento temporal en la demanda de alojamiento, restaurantes y demás servicios turísticos.
La temporada alta y baja en el turismo aluden a los momentos del año en los que un lugar recibe más o menos visitantes.
Durante la temporada alta, hay muchas personas, los precios son más altos y en ocasiones es necesario reservar con anticipación. En la temporada baja, hay menos turistas, los precios son más bajos, y se puede disfrutar de un ambiente más tranquilo, pero algunas atracciones pueden estar cerradas o trabajar en horarios más acotados.
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