Para la toma de decisiones se sugiere poner en práctica el pensamiento 360 grados. Ya que los pensamientos inciden en las emociones, luego estas influyen en las decisiones y las decisiones afectan a las acciones. Así cada eslabón de esta cadena puede ser afinado de manera óptima.
El pensamiento de 360 grados consiste en tres componentes esenciales, que son al mismo tiempo métodos. Se pueden utilizar para un análisis eficaz de la situación, tras lo cual es más fácil tomar una mejor decisión.
Estos son los componentes:
Aplicando los tres métodos de pensamiento, se mira la vida en una perspectiva de 360 grados. Es decir, trabajan mejor juntos.
Mirar al pasado (también conocido como análisis retrospectivo) esto ayudará a evaluar críticamente el pasado. Permite comprender de manera integral la situación que ya ha ocurrido para mejorar las decisiones futuras.
Este pensamiento es útil porque ayuda a aprender de los errores, problemas, fracasos y éxitos del pasado. Como resultado de esta experiencia de aprendizaje, se puede ajustar el curso de acción para avanzar mucho más rápido.
Este es un momento muy apropiado para hacer una autoreflexión. Tomar tiempo para analizar las decisiones que se han tomado con anterioridad. Las siguientes preguntas pueden ser de apoyo:
Es necesario tener en cuenta que no se trata de un simple desplazamiento de los pensamientos negativos (como suele hacerse), sino de una autorreflexión. Se hacen preguntas, y a través de las respuestas se puede descubrir lo que se debe mejorar la próxima vez. Siendo más consciente de las decisiones que se toman y en qué condiciones se hacen.
La intención es que los problemas y las decisiones se tomen de forma más consciente y no en modo automático. También se debe tener en cuenta que cada situación es única, por lo que es recomendable no usar el pasado para tomar decisiones en el futuro. Lo que funciona hoy puede no funcionar mañana. Pero el proceso de autorreflexión en sí mismo es muy útil, porque hace pensar en el propio pensamiento, acciones y decisiones.
La previsión es la capacidad de predecir acontecimientos, cambios, tendencias y consecuencias futuras de las acciones de uno. Además, es la capacidad de explorar escenarios alternativos que potencialmente se podrían desarrollar.
Esta forma de pensar es útil porque ayuda a ver y predecir lo que puede estar por venir. Así se podrán identificar mejor las oportunidades y cometer menos errores al tomar decisiones.
La previsión funciona bien en conjunto con la mirada hacia atrás en el tiempo. Así que se puede usar el pasado como un indicador para predecir el futuro y por lo tanto tomar decisiones más efectivas.
Para desarrollar la previsión, se debe aprender a abordar con éxito las posibles amenazas e identificar las necesidades con antelación. Se trata de planificar y reunir los recursos necesarios de ayuda en el futuro.
Para ello las siguientes preguntas, pueden ser de apoyo:
La previsión no es una ciencia exacta. Más bien, es un juego en el que se intenta tomar la mejor decisión basándose en una combinación de lecciones aprendidas del pasado e ideas del presente.
Tomando en cuenta estos dos factores, se pueden generar posibles escenarios futuros que ayudarán a tomar mejores decisiones.
El discernimiento es la capacidad de distinguir la verdadera naturaleza de una situación. Es la habilidad de comprender la propia situación, así como la relación causa y efecto. En otras palabras, se trata de obtener una comprensión aproximada de las personas, los acontecimientos y las circunstancias de vida.
El discernimiento es a menudo un catalizador para la creatividad, la innovación y la inspiración. Es como si se hubiera salido de la niebla y ahora finalmente se ven las cosas de una manera completamente nueva que se abre un mundo de nuevas posibilidades.
Sin embargo, cabe decir que las ideas que vienen a la mente no son más que una interpretación de la realidad, basada en experiencias pasadas, así como en percepciones y expectativas del futuro. En resumen, la verdadera percepción viene sólo cuando se dominan las otras dos formas de pensar.
Los mejores empresarios y políticos del mundo poseen esta habilidad. Para dominarla, se debe leer mucho, conocerse a sí mismo, entender a las personas y ser curioso. Pero ni siquiera esto es suficiente. Se tienen que aprender a entender los patrones del propio pensamiento, deshacerse de las distorsiones cognitivas, estar en un estado consciente y ver la esencia de las cosas. En cierto sentido, se trata de la intuición.
Empezando por ser más observador de lo que pasa alrededor y dentro de sí mismo. Observar el mundo que se encuentra en el entorno y hacer preguntas profundas sobre sí mismo, sobre los demás y sobre las circunstancias en las que uno se pueda encontrar. Por ejemplo:
Si se empieza a hacer estas y otras preguntas similares, uno se vuelve muy atento y observador.
Hay situaciones en las que la solución se encuentra en la superficie, sólo se necesita extender la mano. Otras son complejas y consisten en muchos factores. Para tomar la mejor decisión, se necesita usar un pensamiento de 360 grados, mirando el problema desde todos los lados. No se obtendrá inmediatamente, pero ciertos resultados serán visibles después del primer uso de esta técnica.
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