Actualmente, el problema más común entre los niños y adolescentes que provoca trastornos del comportamiento y dificultades de aprendizaje es el de comportamiento por déficit de atención con hiperactividad.
La razón de esto es una disfunción cerebral mínima, que es una consecuencia del daño cerebral perinatal. Las lesiones perinatales del sistema nervioso combinan diversas condiciones patológicas resultantes de la exposición del feto a los factores nocivos antes mencionados durante el embarazo, el parto y los primeros días posteriores a éste.
Los factores patológicos también pueden ser por las enfermedades de la madre durante el embarazo, toxicosis, infecciones, intoxicación, trastornos metabólicos, la patología obstétrica (pelvis estrecha, posición anormal del feto, etc.). Además, los productos químicos y la radiación también influyen, así como factores genéticos.
Las manifestaciones de disfunción cerebral mínima se pueden combinar en varias condiciones:
En la práctica, a menudo se observa una combinación de los síntomas anteriores.
Según la moderna clasificación internacional de enfermedades, el trastorno hiperactivo con déficit de atención se caracteriza por un desajuste de las características normales de la edad, una capacidad de adaptación reducida, déficit de atención, hiperactividad e impulsividad. Los primeros síntomas aparecen antes de los 7 años de edad y persisten durante un período continuo de al menos 6 meses. Estos síntomas persisten en diferentes situaciones y en diferentes ambientes (hogar, escuela).
Los principales signos de falta de atención:
La hiperactividad se caracteriza por:
La impulsividad se caracteriza por:
Puede haber una combinación de las tres manifestaciones de este síndrome o el predominio de cualquiera de ellas.
Este fenómeno es más común en niños que en niñas y el diagnóstico se considera justificado solo en los casos en que los síntomas observados en el niño se caracterizan por un grado significativo de gravedad, constancia y se combinan entre sí. Las características individuales y temporales en el comportamiento de los niños, incluso si tienen similitudes, no pueden considerarse una base para este diagnóstico. Ya que esto puede ser en el contexto de una enfermedad, en situaciones de protesta o cuando el niño quiere llamar la atención sobre sí mismo, por ejemplo, cuando hay conflictos psicológicos, factores traumáticos. Todos estos síntomas también se manifiestan en trastornos mentales.
Los niños con hiperactividad y déficit de atención se diferencian de sus compañeros en la alta actividad motora ya en los dos primeros años de vida. Es imposible evitar que se muevan constantemente por la casa, trepan por todas partes y agarran todo con las manos. El niño está constantemente en una situación peligrosa, a menudo se lesiona si se deja desatendido.
A medida que crece, el niño se mantiene extremadamente móvil, su actividad excesiva siempre sin rumbo y no responde a las exigencias de una situación particular. Pero al encontrarse en un nuevo entorno con extraños, su hiperactividad se ralentiza en medio de la emoción.
La hiperactividad más pronunciada se observa en la edad preescolar y primaria. Más tarde, esto se manifiesta por impotencia, inquietud, ansiedad en forma de manifestaciones tales como: torcer algo en sus manos o sacudir su pierna.
La impulsividad se manifiesta en el curso de acontecimientos que no coinciden con el deseo del niño, rompe los juguetes, ofende a los niños. Estos niños no pueden aprender de sus propios errores, a pesar del constante castigo de los adultos, estas situaciones se repiten día a día. Estos niños suelen tener enuresis, encopresis.
Pero se debe tener en cuenta que estos niños todavía tienen un interés selectivo, cuando pueden pasar horas haciendo lo que les gusta.
A partir de los 7 a 9 años, la hiperactividad disminuye. Pero la impulsividad y el déficit de atención se mantienen durante todo el período de la educación escolar.
Los adolescentes con este síndrome se caracterizan por la incompetencia y la irresponsabilidad. Dificultades en la organización y ejecución de las tareas. Muchos adolescentes se caracterizan por un comportamiento imprudente asociado con un riesgo injustificado, dificultades para seguir las reglas de comportamiento, desobediencia a las exigencias de los adultos. Son propensos a involucrarse en pandillas de adolescentes, a la delincuencia, al consumo de drogas y alcohol.
Todos estos síntomas persisten en la edad adulta en un 20 al 30% de los pacientes, se transforman y se manifiestan por la distracción, el olvido, la falta de capacidad de planificación, el frecuente cambio de trabajo, los problemas en la vida familiar, los conflictos, etc.
La detección temprana del trastorno por déficit de atención con hiperactividad y la implementación de medidas correctivas con el uso de métodos modernos eficaces pueden lograr resultados significativos. Esas actividades incluyen:
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