La gestión de las emociones es la capacidad de una persona de sentir sus emociones, de caracterizarlas, de experimentarlas y de dejarlas ir después.
No existen emociones positivas o negativas para el organismo, todas se necesitan para algo. Por ejemplo, la ira, el miedo y la tristeza pueden indicar un peligro o que algo no es bueno para la persona que la experimenta en la situación actual. La insatisfacción obliga a actuar, a buscar nuevos caminos y nuevas oportunidades.
Por lo tanto, es una mala idea suprimir o ignorar las emociones. En cualquier caso, llevan información valiosa. Otra cosa es que no todo el mundo puede leer y usar este recurso, por eso se comparten los siguientes consejos para gestionar las emociones.
Los especialistas recuerdan que durante la irritación se pasa a la respiración superficial, lo que a su vez limita el acceso a suficiente oxígeno e impide la concentración. Así que se sugiere empezar a respirar lenta y profundamente, para transferir todas las emociones al proceso por el que después de un tiempo se alcanzará un estado armonioso de calma. Los amantes del yoga y la meditación, por ejemplo, saben que la respiración correcta hace maravillas y recomiendan a todos que la prueben por su cuenta.
Cuando alguien se enfada, se libera adrenalina, lo que prepara al cuerpo para una posible amenaza. Es por eso es que a menudo uno se quisiera parar y mostrar a algún delincuente quién manda. Los expertos recomiendan en este caso crear de modo ingenioso alguna actividad para liberar la energía. Por ejemplo, hacer 20 sentadillas, correr un par de vueltas, levantarse y así sucesivamente.
La risa, según los expertos, ayuda perfectamente a sobrellevar un ataque de ira, por lo que se recomienda no intensificar la situación, y con el tiempo traducirlo en bromas. De esta manera se puede mantener un estado psicoemocional sin que se estropeen las relaciones con los demás. No hacer demasiado esfuerzo, o la gente pensará que se están riendo de ellos y se ofenderá seriamente.
Experimentar continuamente emociones intensas en sí mismo, puede provocar que otros que no las han tenido las experimenten. Para evitar que esto suceda, los psicólogos recomiendan de vez en cuando dar salida a los sentimientos, lo que se llama, desahogarse. Lo principal es encontrar un momento adecuado, para que alguien no sea alcanzado accidentalmente por una onda emocional (por ejemplo, se puede practicar boxeo, el juego del equipo deportivo favorito, en algún lugar donde se pueda golpear o romper algo, etc.). Después de tales maniobras definitivamente la persona se sentirá mejor, y para no repetir la situación, es necesario tratar de no llevar todo al extremo y decir a los demás qué es exactamente lo que no ayuda.
Otra forma segura de deshacerse del estrés y frenar las emociones es salir a pasear por las calles favoritas o al parque. Esta última opción es la más preferible, porque las plantas, emiten oxígeno, lo que permite pensar con mayor claridad y ver la situación de manera más general. Pero el paseo de la ciudad también puede ser adecuado si se eligen lugares tranquilos y apartados para los paseos, de modo que pueda ser propicio para pensar en algo agradable durante el proceso.
El papel lo aguanta todo, es una frase inventada hace mucho tiempo que se ha vuelto más relevante que nunca. Muchas personas modernas han cambiado desde hace mucho tiempo a las letras virtuales, olvidando las emociones agradables y tranquilizadoras que se pueden obtener simplemente pasando un bolígrafo sobre un papel y anotar todo lo que está sucediendo internamente en ese momento. Para que esta técnica funcione con la suficiente eficacia, los expertos recomiendan escribir con la mayor precisión posible la condición actual (recordando todo, hasta el más mínimo detalle) y luego romper el escrito en pedazos pequeños. De esta manera se puede liberar enojo y también perdonar a los ofensores.
O al menos lavarse la cara con agua fría. Según los entendidos, este procedimiento ayuda a sobrellevar el calor de la emoción, enfriar los receptores nerviosos, saturar el cuerpo de oxígeno y, por consiguiente, calmarse más rápidamente. Así que, en lugar de pelear y tratar de defender la propia posición, es mejor ofrecer un vaso de agua fría, y luego ir al cuarto de baño para refrescarse un poco.
Estas son algunas de las sugerencias de los expertos para gestionar emociones como la ira, el miedo y la tristeza, de modo que estas no controlen la vida propia. Además las emociones acompañan toda la vida y saber gestionarles ayudará a mejorar las relaciones cotidianas.
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