Aquellas acciones que se realizan sin esperar nada a cambio, y cuyo objetivo es intentar ayudar y beneficiar a las personas, es lo que se conoce como acción social.
Consta de un campo de valores y solidaridad para lograr un bien común, donde dichas actividades son reconocidas, elogiadas y agradecidas por la sociedad.
La acción social es aquella actividad o acción desinteresada para procurar el bien a otras personas. Es un acto con significado para quienes lo practican, y cuya realización se hace de forma consciente e intencionada.
Es una conducta influenciada de acuerdo a las percepciones de cada individuo, y se distingue de una actividad común cuando dicha acción influye de forma positiva y notoria en las vidas de las personas.
El término de acción social pertenece al campo de la sociología, que es la encargada de estudiar a las sociedades humanas, así como su relación con diversos tópicos que intervienen en ella (economía, religión, arte, etc.).
Existen 4 tipos de acciones sociales:
Acción social tradicional: Es aquella acción que se realiza porque el individuo posee ciertas costumbres que adquirió en el pasado.
Acción social afectiva: Es la actividad llevada a cabo por impulsos emocionales y sentimentales. No es racional con sus acciones y tiende a ser impulsivo.
Acción social con arreglo a valores: Es la conducta guiada por los valores del autor. Es decir, los componentes principales son principios y las normas, y junto con un concepto de racionalidad, lleva a cabo una acción social.
Acción social con arreglo a fines: Consta de la acción racional llevada a cabo para conseguir un objetivo en concreto.
Es una actividad altruista.
La acción social se genera por las creencias e ideas de cada persona.
En la mayoría de los casos, la acción social se fundamenta en la subjetividad.
Destaca las bases que provocan la actividad, así como los resultados que produce.
Es una práctica que se lleva a cabo conscientemente, independientemente del estímulo (tradicional, emocional o racional).
Los beneficios de la acción social varían dependiendo del tipo de ayuda y del grado de necesidad de una comunidad en concreto. Pero de forma genérica, son los siguientes:
Ayuda a comunidades en situación de pobreza, bien sea económicamente, o mediante donaciones de diversos productos como calzados, ropas y juguetes. A su vez, es capaz de ayudarlos de una forma más sentimental o espiritual, brindándoles compañía, diversión y seguridad.
Mejora la educación de las personas mediante la realización de clases, el regalo de libros y otros materiales educativos. También, es posible otorgarles instalaciones y otras tecnologías pedagógicas para posibilitarles una educación efectiva.
Dona alimentos para suplir las necesidades nutricionales de aquellas personas que tienen dificultad para alimentarse apropiadamente. Es decir, trata de aminorar la inseguridad alimentaria de una comunidad.
En algunos casos, también existe la acción social dirigida a comunidades con necesidades no tan preocupantes, pero que igualmente son significativas, tanto para el autor, como para los favorecidos.
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