La importancia adquirida por el turismo rural en las últimas décadas ha despertado el interés por su conocimiento, lo que ha dado paso a numerosos estudios sobre el tema que como cabría esperar incluyen propuestas de tipologías de turismo rural. En general, las distintas propuestas hacen referencia a las tipologías de turismo que se dan en el espacio rural y que en cierto grado corresponden a la definición anteriormente descrita sobre el término de Turismo Rural.
Recomendación previa, leer:
A continuación, presentamos algunas de las tipologías clasificadas como turismo rural:
El agroturismo es la modalidad de turismo rural más aceptada y generalizada, y la que cuenta con mayor tradición, hecho que ha contribuido a generar confusión ya que es frecuente el uso del término de agroturismo para referirse al de turismo rural. En sí el agroturismo constituye una tipología más dentro de la esfera del turismo rural, que se caracteriza por la prestación de servicios de alojamiento y/o restauración en granjas.
Es una modalidad de turismo que presenta gran desarrollo en países como Francia o Italia, y que en España tuvo su germen en las Casas de Labranza en la década de los años 60.
Esta modalidad de turismo rural se localiza en granjas activas (farm tourism) posibilitando hacer partícipe al turista de las diferentes actividades agropecuarias.
Es una condición innata al término de agroturismo el hecho de que siempre se relaciona la actividad agrícola y la turística del empresario, conformándose la segunda como una complementariedad a las rentas agrícolas y ganaderas. No es posible separar la dimensión agrícola de la turística, el agricultor ofrece el servicio sin que se produzca cese en la actividad principal.
La demanda viene motivada por el carácter agrícola de lo rural, por el hecho de lo local, y por la posibilidad de establecer vínculos relacionales con la población local.
Relacionado con el hecho del agroturismo, de manera reciente, han surgido una serie de servicios complementarios que podrían englobarse dentro de este concepto, pero que desde un punto de vista estricto no son propiamente actividades de agroturismo sino más bien servicios complementarios entre los que cabe mencionar: las granjas escuela, las visitas a dehesas y las excursiones a campañas agrícolas como la vendimia, etc. Son actividades que se desarrollan en espacios agrícolas (granjas, campos de cultivo…) y que en cierto modo tratan de acercar el hecho rural al turista y/o visitante.
En 1983, Héctor Ceballos Lascuráin, arquitecto y autor, definió al ecoturismo (o turismo ecológico) como una modalidad de turismo responsable. Y lo definía como el hecho de viajar por áreas naturales sin perturbarlas, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar tanto sus atractivos naturales (paisajes, flora y fauna silvestres), como las manifestaciones culturales que allí puedan encontrarse.
En este sentido cabe profundizar en el término para diferenciarlo de otras tipologías de turismo rural como el turismo de naturaleza.
Para ser considerado ecoturismo éste debe involucrar:
En el año 2000 la OMT (Organización Mundial de Turismo) aportó la siguiente definición: Ecoturismo se emplea para designar las formas de turismo que cuentan con las siguientes características:
Hablamos de actividades turísticas donde la prioridad es la conservación del espacio natural donde se desarrolla, y cuyos ejemplos más conocidos pueden ser: birdwatching (observación de aves), observación de fauna, y el turismo botánico.
Es una modalidad de turismo rural que entraña una vinculación directa del turista con el medioambiente, al igual que la tipología anterior, pero que a diferencia de esta no se basa en las sinergias positivas que genera la propia actividad en el medio de referencia.
El turismo verde, o turismo de naturaleza tiene en el paisaje su principal referencia, y su objetivo es la integración del turista en el medio natural. Es una tipología de turismo rural especialmente vinculado con el medioambiente y el contacto con la naturaleza.
Incluimos en esta tipología actividades como el senderismo, los paseos interpretativos, paseos a caballo o en bicicleta, las rutas paisajísticas, etc.
Se basa en el empleo del entorno natural para producir sensaciones de descubrimiento y aventura en sus participantes. El turista participa de forma activa en el conocimiento del entorno local. Esta modalidad de turismo lleva anexas actividades deportivas catalogadas de riesgo (turismo activo, turismo de riesgo) como: rafting, escalada, parapente, puenting, 4x4, supervivencia, orientación, barranquismo, windsurf, etc.
La motivación principal del turista consiste en la vivencia de una experiencia única, estimulante, excitante… “experimentar la aventura”, y no en el descubrimiento del medio natural en el que se realiza la actividad, que aparece como una motivación secundaria (aunque intrínseca al hecho en sí).
Modalidad de turismo rural que se basa en el desarrollo de actividades deportivas especiales donde el espectáculo y la sensación de riesgo resultan fundamentales. Son actividades que se realizan al aire libre y alejados de las vías de comunicación, donde por regla general la pernocta se realiza en emplazamientos habilitados para tal fin (acampadas, noche a la intemperie, refugios, albergues…). Algunas de esas actividades pueden ser: piragüismo, esquí, caza, pesca, vela, motocross, etc.
Esta modalidad en ocasiones puede confundirse con otras modalidades como el turismo de aventura, o el de naturaleza; dándose el caso de aparecer de manera conjunta: turismo deportivo y de aventura, de naturaleza y aventura, etc.
La motivación principal del turista es el desempeño de la práctica deportiva.
Turismo de balneario – Turismo de salud
Hace referencia a los espacios turísticos rurales caracterizados por la existencia de centros termales, bien sea por la presencia de aguas termales que fluyen libremente, o la de espacios habilitados para el disfrute termal – lo que se conoce como balnearios.
La motivación principal del turista de balneario está relacionada con criterios de salud y relax.
Esta modalidad de turismo se da en aquellos núcleos rurales que despiertan interés turístico debido a su rico patrimonio histórico-artístico, fundamentado en la presencia de importantes monumentos, la arquitectura tradicional, fiestas singulares declaradas de interés cultural, presencia de obras de arte, museos etnográficos, etc.
La motivación principal del turista es el conocimiento de la cultura local, desde todos los puntos de vista: gastronomía, cultura en general, tradiciones, festejos, formas de vida, arquitectura, …
Es una modalidad de turismo rural reciente, que tradicionalmente ha estado más vinculada al medio urbano. Si bien los cambios en la demanda, hacen que el turismo de eventos salga del espacio urbano hacia el medio rural.
Se refiere a la organización de eventos de muy diversa índole que se traducen en la presencia en el medio rural de turistas, que generalmente vienen motivados por la vivencia de un evento singular en un paraje definido por unas características especiales que lo distingan de otro.
Dentro de esta tipología podemos incluir el turismo religioso, el turismo vinculado a la celebración de ferias, el turismo de eventos históricos y conmemoraciones, etc.
Modalidad de turismo rural de gran arraigo en América latina, cuya razón de ser reside en la presencia de turistas motivados por razones científicas, movidos por el conocimiento de lo ajeno, nuevo y exótico, que les lleva a viajar a espacios singulares, generalmente alejados de asentamientos humanos y carentes de infraestructura hotelera y de servicios asociados.
Estos turistas, que lo son en cierto grado, están motivados por el descubrimiento y el saber. Se trata de una modalidad turística muy vinculada al ecoturismo y al turismo de naturaleza, que se distingue de estas modalidades por el carácter científico.
Esta modalidad de turismo puede decirse que cuenta con una fuerte tradición, asociada a las expediciones de viajeros Europeos del siglo XIX.
Se refiere al desarrollo de una práctica turística o vacacional en un municipio de carácter rural. Generalmente existe una vinculación de los turistas con el pueblo: relaciones familiares, o segundas residencias.
De una u otra manera la pernocta se realiza en viviendas de propiedad, por lo que en algunos sectores este tipo de actividad no se llega a considerar como modalidad turística, pese a generar ingresos y contribuir a la dinamización de la economía de los lugares de destino.
El Turismo de Retorno, se da en las áreas de interior que han conocido fuertes migraciones hacia zonas urbanas, que en periodos vacacionales generan flujos de retorno hacia las poblaciones de origen.
T. Complementariedad del mundo rural con áreas litorales
Es el tipo de turismo rural que se da en entornos rurales próximos al litoral que reciben flujos diarios de visitantes, que no suelen pernoctar, procedentes de grandes núcleos de atracción turística costeros. Esta modalidad es propia de la costa mediterránea española.
La motivación del turista consiste en la búsqueda de tranquilidad, y el conocimiento de la cultura local de estos espacios: gastronomía, fiestas populares, etnografía, etc.
T. Rural comunitario
Esta modalidad del turismo rural se ha desarrollado fundamentalmente en América Latina y Caribe, desde las organizaciones de base comunitaria con el apoyo financiero y técnico de organismos de cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales.
De acuerdo con Guereña (2004) las actividades turísticas vinculadas al Turismo Rural Comunitario son gestionadas por organizaciones locales: cooperativas, asociaciones de productores, asociaciones conservacionistas, grupos de mujeres, fundaciones, comités, etc.
El mismo autor señala hasta seis características que definen esta actividad (PNUD 2005):
El turista que practica TR Comunitario se siente motivado por participar y colaborar en el desarrollo de las comunidades de acogida (pueblos indígenas, comunidades rurales en riesgo de extinción, comunidades apartadas…, que generalmente presentan dificultades de desarrollo), está implicado con los criterios de desarrollo rural y sostenibilidad, es cooperante o colaborador de organizaciones no-gubernamentales, y tiene interés en conocer y descubrir la cultura y costumbres locales, así como participar activamente de las mismas.
Tal y como señalan Juan y Solsona (2000), todos estos modelos o tipologías de turismo rural no son excluyentes, sino que forman parte de sistemas complejos en los que suelen darse varios de estos desarrollos simultáneamente.
Hay que considerar el espacio rural como un espacio que ofrece multiplicidad de opciones al turista, en el que se da un modo de desarrollo turístico que se caracteriza por su gran dispersión territorial y que, por tanto, puede evitar conflictos por masificación y otros fuertes impactos que desvirtúen el desenvolvimiento de una actividad que debe distinguirse por su sostenibilidad.
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