En líneas generales, se entiende por superávit al exceso de un beneficio.
El superávit se define como el excedente de aquello que tiene valor. Es lo opuesto al déficit, que es la escasez de algo útil.
En un sentido económico, es cuando los ingresos son mayores que los gastos. Por ejemplo, cuando durante un tiempo determinado los ingresos de una empresa superan los egresos, estamos hablando de un agente superavitario.
Un agente superavitario es aquel agente económico que desempeña alguna actividad comercial, cuyos ingresos no son agotados en su totalidad. Es clasificado principalmente en 3 tipos: Familias, Empresas, y Estado. De este modo, el concepto de superávit aplica a cualquiera de estas entidades.
En materia de Estado, el superávit se materializa en un escenario en el que la recaudación (los obtenidos por ingresos tributarios) es superior al gasto público (desembolso de dinero realizado por el Estado).
Así mismo, si una familia no consume la suma total de sus ingresos periódicos (el dinero entrante mes a mes), estamos ante un grupo familiar superavitario. En este aspecto, el dinero sobrante puede ser usado para una diversidad de fines, como ahorrar o invertir.
Esto incluye también a personas individuales, quienes reciben más de lo que gastan. Se asocia comúnmente a individuos que tienen una buena gestión de sus finanzas personales.
En comercio exterior, el término se usa para señalar que un país exporta más de lo que importa. Este contexto, que es llamado como superávit comercial, es considerado como beneficioso, ya que indica que un país vende más de lo que compra, y que además tiene los recursos necesarios para abastecerse.
Incluso, el superávit se aplica en el ámbito alimenticio, el cual lleva por nombre superávit calórico. Consiste básicamente en comer más calorías de las que se gastan. Está indicado para personas que quieren, por ejemplo, aumentar de peso saludablemente, ganar masa muscular, tratar problemas de desnutrición, etc.
En algunas ocasiones, el superávit puede ser algo negativo. Cuando una empresa produce más bienes de los que vende, podría derivar en pérdidas económicas, ya que los productos elaborados que no se venden son factibles de depreciarse o quedar obsoletos por el paso del tiempo.
Distinguir la diferencia entre superávit y déficit es muy sencillo. Mientras que superávit es algo de valor que sobra, el déficit es algo de valor que falta. Es decir, en el primer caso los beneficios entrantes alcanzan para cubrir ciertas obligaciones y quedar con excedentes; y en el segundo caso, el valor que ingresa no puede responder a cabalidad con estas obligaciones.
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