“Cuando tienes que tomar una decisión y no la tomas, es en sí mismo, una decisión” William James
Tomar decisiones es algo que forma parte de la vida diaria, solo que muchas veces no se es tan consciente al momento de hacer esas pequeñas elecciones, por ejemplo, desde el momento en que te levantas de la cama o tomas cinco minutos más, cuando eliges lo que desayunarás, cómo te desplazaras al trabajo, y así sucesivamente hasta elegir la hora en te vas a dormir. Y es así que en estas decisiones aparentemente sencillas que se realizan de forma automática son en las que se pasa mayor parte del tiempo eligiendo.
¿Pero qué sucede cuando tienes que tomar una decisión importante y no sabes qué hacer? aquí te compartimos algunas recomendaciones.
Si pretendes tomar una buena decisión, es preciso que conozcas las opciones que tienes para elegir, ya que cuando optas por algo en automático estas renunciando a las otras alternativas que se te han presentado. Por ello es primordial conseguir una visión general de la situación y examinar a fondo cuál es la circunstancia, ya que con la suficiente información y conociendo las posibilidades es como se puede tomar una decisión importante.
Nada mejor que consultar para sentirse seguro a la hora de decidir. Ya que por lo regular al estar tan envuelto en el tema, se vuelve complicado tener una visión imparcial que permita optar por la mejor opción. Además, el hecho de asesorarse con alguien más permite ampliar la percepción, dándole una presencia novedosa a lo que probablemente parecía angustioso. A pesar de ello, quien este en el proceso tendrá que decidir por sí mismo, pero hablarlo con personas confiables puede ser de gran ayuda para dar este paso importante de tomar la decisión.
No se trata de ir a extremos y ser completamente pesimista, ya que si se va a tomar una decisión importante lo más apropiado sería imaginar lo peor que podría pasar. Con frecuencia, se experimenta miedo tomar una decisión errónea y luego tener que vivir con las consecuencias. No obstante, una vez que se haya descubierto cuál es la peor situación en la que se podría estar, esto puede favorecer a calmar la presión. Porque frecuentemente es el momento en que uno se da cuenta de que ninguna decisión es realmente absoluta y, por lo general, el riesgo es mucho menos grande de lo que se suponía.
Si tienes que tomar una decisión importante, debes asegurarte de que no estén sucediendo otras varias cosas que impidan que tú puedas estar tranquilo. Ya que cuando se está cansado mentalmente, es complicado decidir bien porque hay impulsos inmoderados a flor de piel que no pueden ser procesados en ese momento. En realidad, las decisiones cansan; está demostrado por estudios que la continua toma de decisiones desgasta energía y que, finalmente, la elección se vuelve realmente mortificante. Por esta razón, debes cerciorarte de tomar las decisiones realmente importantes en un día en el que estés con pocas ocupaciones.
Teniendo presentes las recomendaciones anteriormente mencionados, tomate un momento para dar una posibilidad a tu decisión y piensa que podría ser correcta, escúchate… ¿qué sentimientos brotan?. Al estar provistos de mente y emociones es importante tener a ambas en el discernimiento, sin que alguna de ellas se salga de control. Además, la intuición es una herramienta poderosa que puede ayudar cuando se trata de decisiones, pero siempre de manera racional. Sobre todo, ella sabe lo que está bien.
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