El problema de abastecimiento afecta a los niveles ascendientes de la cadena de abastecimiento más que a los primarios es un hecho que se da en mucha medida y al que hoy en día las empresas no le están dando la importancia que merece.
Hoy en día podríamos decir que el éxito de ventas al por menor depende mayormente de la capacidad que tiene nuestro negocio para satisfacer las necesidades de compra de nuestro cliente, una vez este acuda a nuestro punto de venta (o como entregar los productos adecuados en el lugar adecuado). Dentro de este contexto podríamos hablar de la importancia que tiene la buena gestión del stock, evitando así perdidas de venta por desabastecimiento (falta de stock o stock out). Más tarde profundizaremos en esta cuestión.
Aunque el almacenamiento de grandes cantidades o cantidades extras de stock suponga flexibilidad, elasticidad, capacidad y márgenes de tiempo entre los actores de la cadena de abastecimiento también (el stock extra) es un coste adicional para la empresa, incluyendo el suministro y almacenamiento y está siempre conectado a ciertos costes. Aunque siempre es menos costoso que la pérdida de un cliente por no encontrar el producto deseado, es un hecho difícil de medir, pero puede causar la pérdida del beneficio potencial.
Las empresas prevén la demanda de un producto en particular sobre la base de períodos de ventas mensuales o anuales y de años anteriores. Sin embargo; este método es, en muchos casos, poco viable; ya que estas fuentes no son del todo viables, significando esto en muchos casos la pérdida de ventas potenciales.
La falta de stock, el desabastecimiento o el “fuera de stock”; puede significar no poder satisfacer toda la demanda de un producto y a su vez, la pérdida de clientes potenciales, aunque más tarde, dentro de este sector pueda existir un porcentaje que vuelva en un futuro siempre existirá un alto porcentaje de estos que verá a la competencia como una buena y más rápida alternativa para satisfacer su necesidad de compra
Los datos demuestran que se puede perder una gran parte del total de ventas anuales por esta causa. Aunque esta circunstancia pueda incluso afectar a las últimas etapas más que a las iniciales.
Es necesario que una empresa ofrezca la demanda teniendo debidamente en cuenta no sólo las ventas de años anteriores, pero también lo que ha dejado de vender por la falta de stock. Así, no sólo puede anticiparse a los problemas de la acción, sino también resolver los problemas que han hecho que la venta no se produjese.
Por esta razón es esencial conocer el comportamiento de nuestros clientes a partir del momento en el que se encuentran en nuestro establecimiento queriendo realizar una compra.
Adicionalmente y por si esto fuera poco, vivimos en un mundo en el que ya no se venden ni productos ni servicios, sino percepciones. Y en el que la manera en la que los consumidores compran también es enteramente diferente a como lo hacían unos años atrás, y seguirá así evolucionando.
Es decir, que el consumidor de hoy en día demanda una experiencia de compra memorable y completa, pero también rápida. Dada la exigencia del consumidor actual y siempre siguiendo el camino hacia su fidelización lo más idóneo será que pueda encontrar el producto deseado, sin necesidad de volver.
Es importante recabar tanta información sobre nuestros clientes como podamos, así como investigar sobre el comportamiento del comprador durante la realización o no de la compra en nuestro establecimiento también nos resultará interesante.
Los costes que debemos considerar para decidir la cantidad de stock que debemos tener se podrían dividir en stock sostenido y stock de pedido. Como acabamos de ver, optimizar el equilibrio entre los beneficios y costes de stock en todos los niveles de la cadena de abastecimiento se tiene que convertir un análisis prioritario en nuestro negocio. El análisis, conocimiento y estudio del efecto látigo nos será de gran ayuda.
La amplificación de la variabilidad de la demanda, también conocido como el “efecto látigo”, representa la incertidumbre causada por la falta de comunicación entre los diferentes eslabones de la cadena de suministro.
La distorsión de la información impide a las empresas para predecir correctamente la demanda, lo que resulta en costos significativos para las partes interesadas.
La mayoría de las industrias pueden ser afectados por el efecto látigo. Sin embargo, si las empresas enfrentan un cambio significativo en la demanda, pueden ser dependientes de sus proveedores o de sus distribuidores, y estar en mayor riesgo.
Hemos de ser también conscientes de los efectos “Push” y “Pull”.
Este estudio nos lleva por las diferentes decisiones de los clientes que acuden a nosotros pueden tomar una vez cruzan la puerta de nuestro punto de venta (normalmente con la intención de realizar una compra, se trate o no un producto o marca específica) y también nos dirige con ayuda de las entrevistas y estudios de mercado a entender en qué nivel de la cadena de suministros se puede realizar el fallo.
La metodología propuesta trata un fenómeno al que se debería dar mucha más importancia de la que las empresas le dan hoy en día, ya que se da en todas las cadenas de suministro y es un hecho que se tiende a subestimar. Los estudios de mercado nos guiarán para conocer cuál es el comportamiento de nuestro cliente una vez que el bien buscado no está disponible. Podremos aplicar esta metodología a todo un sector o a una compañía en concreto.
Dependiendo también de lo que lleve al cliente a comprar o no nuestro producto esto podrá afectar todos los pasos de la cadena de distribución, uno o varios de éstos. Esta metodología se trata de una lectura obligada para cualquier manager o propietario de un punto de venta o distribución. Contiene una investigación de las ventas perdidas además de un estudio sobre los posibles patrones de comportamiento de un cliente en nuestro punto de venta.
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