De acuerdo a la Guía del PMBOK (Project Management Body of Knowledge) un proyecto es "un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único".
Un proyecto, según este concepto, tiene un inicio y un final claramente definido (ya que es un esfuerzo temporal). Este aspecto temporal del proyecto es fundamental, ya que hace alusión a que existe un límite de tiempo para alcanzar los objetivos establecidos. Asimismo, esta temporalidad también sugiere que los recursos asignados al proyecto, como el presupuesto y el personal, están destinados a ser utilizados de manera eficiente durante un período de tiempo específico.
Por otro lado, el hecho de que un proyecto tenga como objetivo la creación de un producto, servicio o resultado único implica que cada proyecto es único en sí mismo. Es decir, a pesar de que un proyecto pueda ser similar a otros en ciertos aspectos, siempre existirán diferencias que lo distinguen y que, por ende, lo hacen único. Por esta razón, los equipos de proyecto siempre adaptan sus estrategias para abordar las particularidades de cada situación.
Un proyecto se puede definir como un conjunto de actividades interrelacionadas, limitadas por un presupuesto y un plazo, diseñadas para lograr un objetivo concreto dentro de ciertos criterios de calidad y alcance, y gestionadas utilizando metodologías y herramientas de gestión de proyectos.
Un proyecto dispone de 5 fases:
Inicio: En esta fase se establece el propósito del proyecto y se define qué se espera lograr.
Planificación: Durante esta etapa se desarrolla un plan detallado que guiará la ejecución del proyecto.
Ejecución: En este punto se lleva a cabo el trabajo real del proyecto según lo planificado en la fase anterior.
Supervisión: Luego, se monitorea el progreso del proyecto y, en caso de ser necesario, se toman medidas para abordar cualquier desviación con respecto al plan.
Cierre: En esta última etapa, se completa formalmente el proyecto.
Los objetivos generales representan la visión panorámica del proyecto, marcan la dirección hacia la cual se orienta el esfuerzo colectivo, y establecen el destino final al que se aspira llegar.
Los objetivos específicos, por su lado, son los puntos de referencia en el camino hacia el destino marcado por los objetivos generales. Básicamente, son los hitos intermedios que permiten alcanzar el objetivo general.
Ambos tipos de objetivos deben ser descritos claramente para evitar malentendidos, confusiones o desviaciones a lo largo del proyecto.
Se entiende por factibilidad a la viabilidad de llevar a cabo un proyecto de manera exitosa.
Esencialmente:
Se evalúa si es posible técnicamente desarrollar el proyecto con los recursos disponibles y dentro de los límites tecnológicos actuales.
Se analiza si el proyecto es financieramente viable. Se consideran aspectos como el retorno de la inversión, el costo-beneficio y la rentabilidad del proyecto.
Se examinan las leyes, regulaciones y normativas que deben cumplirse para llevar a cabo el proyecto en mente. Se evalúa si existen restricciones legales que puedan interferir en la ejecución del proyecto y se detectan posibles riesgos legales que deben ser abordados.
Se analiza si se disponen de los recursos necesarios (como mano de obra, materias primas, equipos y tecnología) para ejecutar el proyecto.
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