Lo primero que debe hacer un maestro que desee iniciar un proyecto es olvidar las deficiencias de sus alumnos y centrarse en descubrir, fomentando sus capacidades. Se pueden descubrir las áreas en las que más destacan los alumnos a través de una serie de observaciones informales.
Del mismo modo que el aprendizaje de los alumnos constituye un proceso continuo, también debe de serlo su evaluación. Cuando la evaluación forma parte de un proceso inclusivo, la naturaleza emerge, el maestro puede observar y el alumno no se siente observado punitivamente. Estas observaciones tranquilas posibilitan mostrar muchas áreas donde el alumno es bueno, documentando la dinámica y la variación de sus actuaciones en un mismo dominio o en varios. Dando así un perfil intelectual mucho más rico.
El enfoque de H. Gardner combina la enseñanza y la evaluación continua. Los estudiantes llegan al centro educativo con distintas experiencias ambientales y educativas; cuando los maestros evalúan sus capacidades para desarrollar una tarea concreta, también están evaluando su familiaridad con los materiales y su experiencia previa en el dominio. Por ejemplo, es menos probable que los alumnos que tengan poca experiencia con los materiales de expresión artística o espacial muestren una capacidad destacada en esta área.
Por tanto, para iniciar un dominio, necesitamos tiempo para explorar y experimentar libremente con los materiales. Las actividades más estructuradas que abordamos pueden servir tanto para fines educativos como evaluativos. Como muchos maestros quieren observar, pero no saben qué buscar, proponemos una lista de comprobación para empezar de estilos de trabajo el estudiante.
Una vez identificadas las áreas en las que destaca cada estudiante, los maestros podemos proporcionar el apoyo necesario para desarrollar esas capacidades. Pueden proponer tareas de carácter abierto o cerrado, solo para ese alumno. El enfoque de H. Gardner anima a los maestros a que avancen más, ayudándoles a adaptar el currículum a las capacidades más destacadas e intereses que descubran en sus clases. Por ejemplos, los estudiantes no solo pueden escoger materiales, sino también aportar otros.
El maestro puede probar qué pasa si cambia la estrategia de aprendizaje, qué haría que el alumno tuviese una sensación de mayor éxito y reconocimiento en el área. Una de las estrategias consiste en invitarle a que sea el líder de un centro de aprendizaje. El estudiante puede conducir una demostración de la actividad y asumir responsabilidades, recibiendo el refuerzo positivo, promoviendo y desarrollando el área en la que destaca.
Los padres son un punto importante en el proceso. Durante nuestra investigación, descubrimos ciertas aptitudes y puntos fuertes de varios niños, los padres a veces ni lo saben. Pero sin duda pueden ayudar reforzando positivamente la situación.
Hay que entender que el refuerzo de los puntos fuertes no significa encasillarlos solo en eso, ni que el alumno abandone las otras materias. No hay que pensar de esa manera, pero el marco es el reconocimiento y el refuerzo de los puntos fuertes, para ayudarles a desarrollar la confianza en sí mismo, la autoestima, y así aumentar sus sentimientos y vínculos positivos con el aprendizaje.
Una vez que hemos utilizado las experiencias del estudiante en las áreas en las que destaca vamos a conducirle hacia un conjunto más amplio de áreas de aprendizaje. Lo llamamos tender puentes, y se basa en que, ya que el alumno domina una serie de áreas de interés, vamos a enfocar el aprendizaje, desde esas áreas que domina, donde se sienten seguros.
Las estrategias de tender puentes no solo tienen que ser individuales, pueden ser grupales. Puede haber varios estudiantes interesados en la astronomía o en la cocina; puede haber otros que aprenden mejor en movimiento. El maestro puede animar a los alumnos a que representen y actúen con su cuerpo, y muestren cómo aprenden de esa forma.
Los alumnos no solo están motivados a mostrar sus destrezas, sino que lo ven como un reto y un refuerzo positivo. Cuanto más interesante es un problema, y desde más puntos de vista se plantea, más interesante y rico se vuelve. Ayudamos a los estudiantes a reflexionar sobre su trabajo, ofreciendo ayuda cuando estos se desconciertan, utilizando técnicas que les hagan saber presentar su trabajo...
Al principio basta con ocho áreas básicas de actividades que pueden ser las clásicas, o aquellas donde los alumnos son buenos. Estas actividades serán las que desarrollaremos para hacer un proyecto de investigación, no es un currículum completo basado en los ocho dominios, sino simplemente áreas que invitan a descubrir el aprendizaje.
Cada actividad puede realizarse individualmente, en parejas, en grupo pequeño y en gran grupo. Hay diferentes formas de implementar el enfoque H. Gardner y las diferentes maneras pueden incluirse en diversas clases de prácticas docentes.
Para garantizar que se dedica la misma cantidad de tiempo a cada dominio, optamos por el enfoque del centro de aprendizaje. Los centros de aprendizaje constituyen también una forma eficiente de iniciar a los alumnos en los principios fundamentales de los diferentes dominios. Creemos que todos los dominios pueden y deben examinarse con conocimiento y por derecho.
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