La resolución de conflictos, especialmente en el ámbito de la familia, requiere de una alta preparación. La figura del mediador, además, es cada vez más solicitada por instituciones públicas y privadas. Por eso, especializarse realizando un Máster en Mediación Familiar es una buena opción de cara al futuro profesional.
Como primera medida, es imprescindible definir lo que se conoce como mediación familiar. Se trata de uno de los tantos ámbitos donde se emplean diferentes métodos para resolver ciertos conflictos. Implica un enfoque sistémico donde se trabaja con la familia (a partir de dos personas) y está basado en algunos principios como respeto mutuo, transparencia y voluntad.
La mediación familiar comienza a estudiarse a fines del siglo XX y tiene como objetivo llegar a acuerdos. Este acuerdo no siempre es ‘justo’ si se analiza desde el punto de vista legal o jurídico, pero sí logra que las partes dejen los conflictos de lado.
A diferencia de una conciliación laboral, los mediadores deben llegar a un acuerdo donde todas las partes acepten y puedan permitir beneficio mutuo. En el caso de que en la familia haya niños, se priorizarán siempre sus beneficios y sus necesidades. La mediación familiar tiene, especialmente, dos objetivos:
El rol del mediador en casos de familia es más importante de lo que se cree y por eso en muchos países, como España, para ejercer es necesario contar con una titulación universitaria de origen o una formación específica de mediación con al menos 100 horas de duración.
En segundo lugar, el mediador debe estar inscrito en los registros autonómicos. Para trabajar en el ámbito de la mediación familiar los requisitos son más exigentes, debido a que en muchos casos hay niños involucrados y las situaciones en las que trabajan suelen ser bastante delicadas. Por otra parte, debemos tener en cuenta que un mediador en casos de familia puede aportar una salida extrajudicial a muchos divorcios o separaciones.
El mediador ha de tener un perfil objetivo, no tomar partido por una parte en particular y tomar decisiones basadas en cuáles son, según sus conocimientos, los mejores caminos para solucionar los conflictos. Esa imparcialidad y neutralidad es requerida en todos los casos, incluso cuando hay niños de por medio.
Si te interesa trabajar en el ámbito de la resolución de conflictos en el seno de familias. El CEUPE cuenta, dentro de su amplia oferta formativa, con un máster específico. El Máster en Mediación Familiar es una titulación académica de postgrado con una duración de 12 meses
Está destinado a licenciados universitarios o graduados en Psicología, Derecho, Criminología, Psiquiatría, Psicopedagogía o Trabajo Social. También pueden cursarlo estudiantes universitarios en el último año de estas carreras.
Las salidas profesionales del Máster en Mediación Familiar son muchas, tanto en instituciones privadas como públicas. Por ejemplo, es posible ejercer en servicios de protección de menores, servicios sociales, equipos psicosociales en juzgados de familia, centros de mediación, centros de orientación y mediación, comisiones de convivencia y hasta departamentos de recursos humanos en las empresas.
El temario del Máster en Mediación Familiar abarca en profundidad todos los campos en los que el profesional podrá desarrollar su labor. Desde los diferentes tipos de familia a las herramientas que permitan alcanzar acuerdos, aspectos psicosociales, comunicación y habilidades sociales, etc. Para ello, el método de enseñanza es el de evaluación es continua con casos prácticos.
Si quieres aprender las diferentes técnicas de la mediación familiar, intervenir en diferentes procesos de resolución de conflictos, manejar diversas herramientas psicológicas, ayudar en la toma de decisiones sobre el futuro de niños y adolescentes y desempeñar funciones de apoyo emocional, este máster te aporta la formación necesaria para desarrollar estas labores con eficiencia.
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