El pensamiento dicotómico se caracteriza por una tendencia a categorizar rápidamente las cosas en dos extremos opuestos, excluyendo cualquier matiz entre ellos.
Este razonamiento puede estar arraigado a la necesidad de simplificar el mundo que nos rodea para poder comprenderlo más fácilmente. Sin embargo, esta simplificación excesiva no refleja la verdadera naturaleza de las cosas y puede llevar a una visión distorsionada de la realidad.
El pensamiento dicotómico es un patrón de pensamiento que se caracteriza por clasificar las cosas en dos categorías totalmente opuestas, sin considerar posibles opciones intermedias. Es una forma de pensar extremista que tiende a simplificar la realidad, dividiendo el mundo en términos absolutos, como: “todo o nada”, “bien o mal”, y “éxito o fracaso”.
“Si no obtengo una nota perfecta en mi examen, entonces soy un fracaso total”
“Si me equivoco una vez, entonces me equivocaré siempre”
“Si no soy bueno en este deporte, entonces no lo seré en ningún otro”
“Si no me demuestra su amor en cada momento, entonces no me ama”
“Si no tengo una apariencia física perfecta, entonces nadie me encontrará atractiva”
“Si alguien no me elogia, entonces soy completamente insignificante”
Algunas de las causas más habituales, desencadenantes del pensamiento dicotómico, son:
Sesgo cognitivo: Puede ser causado por un sesgo cognitivo conocido como “polarización cognitiva”, donde las personas tienden a clasificar las situaciones en términos absolutistas, sin considerar posibilidades intermedias.
Miedo a la incertidumbre: Este modo de razonamiento puede ser una estrategia para reducir la ansiedad o para enfrentar más fácilmente el miedo a lo desconocido, ya que se categorizan las cosas de manera más definida.
Experiencias pasadas: Sucesos traumáticos o eventos significativos pueden llevar a las personas a ver el mundo de manera dicotómica. Esto, como una forma de protección y simplificación de la realidad.
Cultura: En algunas culturas, se enfatiza la importancia de clasificar las cosas en términos de polos opuestos, lo cual puede influir en el desarrollo de un pensamiento dicotómico.
Factores individuales: Algunas personas tienen una tendencia innata hacia el pensamiento dicotómico debido a factores genéticos o de personalidad. La rigidez cognitiva y la necesidad de tener respuestas claras pueden contribuir a esta forma de pensar.
En el pensamiento dicotómico, se presenta una distorsión cognitiva conocida como polarización. Esta distorsión hace alusión a la tendencia de ver las situaciones en perspectivas absolutas, sin tener en cuenta que existe una amplia gama de posibilidades intermedias entre dos polos opuestos.
La polarización lleva a una visión extremista y simplista del mundo, creando una barrera que impide al sujeto considerar diferentes maneras de ver el mundo. Las personas que caen en este tipo de pensamiento tienden a ver las cosas en blanco o negro, sin tener en cuenta las múltiples facetas de la vida (es decir, que no son capaces o se les dificulta mucho ver los matices grises).
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