El pensamiento crítico es la habilidad que tiene como objetivo encontrar la verdadera esencia de un asunto. Busca juzgar aquello por más real que parezca con tal de obtener la información que respalde su verdad. Promueve, en definitiva, el pensamiento propio.
El pensamiento crítico es la acción de poner en duda todo aquello que es afirmado y aceptado por la mayoría. Es el acto de indagar y profundizar sobre un tema para entender por criterio propio su significado.
Es un proceso que consiste en profundizar sobre un tópico para recabar información por voluntad propia.
No solo cuestiona aquello que se afirma, sino también aquello que se niega.
Se basa en fundamentos verídicos para desarrollar conclusiones lógicas. Es decir, se apoya en evidencias, datos e información que ha sido previamente corroborada.
Construye sus ideas partiendo de la objetividad para evitar conceptos erróneos.
Es una habilidad que permite valorar cada situación por muy cierta que parezca.
La importancia del pensamiento crítico radica en la capacidad de discernir entre lo verdadero y falso, buscando una respuesta más allá de lo habitual. Es una virtud que ayuda en todas las etapas de la vida, por lo que es una habilidad que prevalece en el tiempo por su gran provecho.
El pensamiento crítico, además, ayuda a componer una visión propia de la vida, mediante la reflexión y la consideración detallada de aquellos hechos que presumen ser veraces.
Permite desmontar prejuicios.
Genera una barrera contra las mentiras y el engaño.
Estimula las habilidades investigativas y analíticas.
Ayuda a conceptualizar más sólidamente una idea o noción.
Promueve la utilización de fuentes verídicas y comprobadas.
Fortalece el aprendizaje autodidacta.
Ayuda a construir argumentos sólidos.
Es el pensamiento que se basa en la lógica, la razón y las experiencias vividas para formular un criterio sobre un asunto.
En pocas palabras, busca racionalizar una afirmación con lo que conoce en ese momento, sin ir más allá de sus propios conocimientos.
Se refiere al pensamiento que utiliza la creatividad para resolver problemas. Es decir, plantea propuestas creativas y poco habituales para solucionar un problema de forma novedosa.
Dentro el pensamiento crítico, se formulan conceptos originales para responder y fundamentar ciertas afirmaciones o problemas. Para generar estas ideas, el autor se apoya de otras concepciones con argumentos sólidos.
Existen algunas prácticas que ayudan a desarrollar el pensamiento crítico:
Cuestionar todo lo que se afirma como verdadero, realizando una investigación propia que ayude a reafirmar o a negar el concepto.
Aclarar dudas de aquellos conceptos que son científicamente comprobados, no para desmentirlos, sino para consolidar conocimientos, entendiendo más en profundidad el tema en cuestión.
Procurar investigar utilizando distintas fuentes de información para sacar conclusiones fiables.
No dejarse llevar por la subjetividad, sino cuestionar las cosas desde la objetividad.
No juzgar rápidamente los hechos de un acontecimiento.
Saber desechar información poco clara y de fuentes desconocidas. Si la información disponible o encontrada no ayuda a solventar un problema, es mejor solicitar ayuda de expertos, buscar en otros formatos (libros, revistas, bibliotecas) o buscar recursos en otros idiomas.
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