Cuando empiezas a desarrollar tu propio negocio tienes que tener una estrategia clara, y también cómo va a ser tu plan de acción. Tienes que tener muy bien organizado el esquema que tienes en la cabeza para plasmarlo en papel y en la realidad, para que así tu empresa pueda funcionar de una manera correcta y coherente.
Dentro de todo este plan es muy importante establecer unos objetivos, los que tú quieras, siempre y cuando sean realistas y sepas que puedes alcanzarlos con las herramientas que tienes a tu disposición.
En este punto cabe mencionar que no es lo mismo una meta que un objetivo, algo que solemos confundir con bastante frecuencia. Una meta es algo mucho más amplio para conseguir un fin, algo mucho más general. Sin embargo, cuando tú estableces tus objetivos, la idea es que sean mucho más específicos y directos.
Por ejemplo, un objetivo empresarial puede ser aumentar las ventas un 10% en los próximos 6 meses. Las metas, sin embargo, son mucho más generales, es algo a lo que quieres llegar, pero que realmente es muy difícil de medir, es una visualización del futuro normalmente.
¿Por qué es tan importante establecerse unos objetivos? Son imprescindibles para todo en la vida, para tus metas tanto profesionales como personales. Al final, sin objetivos claros y concisos, nos podemos perder por el camino o que las metas se queden en el olvido.
Por ejemplo, cuando no tienes empleo y quieres entrar al mercado laboral, no sirve de nada decir "quiero encontrar trabajo". ¿Qué tipo de trabajo quieres?, ¿cuándo te gustaría empezar?, ¿media jornada o jornada completa?, ¿cómo voy a buscar trabajo? Este tipo de preguntas y muchas más, tienen que estar integradas en una sola frase que lo resuma todo y que se defina como tu objetivo.
¿Cómo deben ser los objetivos? Está claro que hoy en día aún hay bastante confusión a la hora de establecer unos objetivos claros en tu empresa, por lo que para que éstos sean válidos deben de cumplir una serie de requisitos: deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y establecidos en un tiempo determinado. En otras palabras, tus objetivos deben ser objetivos SMART.
Los objetivos SMART son una técnica de planificación que hace que tus metas sean mucho más claras y fáciles de alcanzar.
Cada letra de SMART representa una característica importante:
En pocas palabras, un objetivo SMART es aquel que sigue una estructura que lo hace concreto y posible de alcanzar, ayudándote a organizar tu plan de acción y medir tu progreso de manera efectiva.
Los objetivos SMART fueron introducidos en 1981 por George T. Doran, un consultor de gestión y planificación. En un artículo titulado "There's a S.M.A.R.T. Way to Write Management’s Goals and Objectives", Doran propuso este método para ayudar a las empresas a establecer objetivos de forma altamente efectiva.
La diferencia clave es que un objetivo SMART está bien estructurado y pensado para que realmente puedas lograrlo, en tanto que un objetivo tradicional suele ser vago y difícil de medir.
Por ejemplo, si dices: "Quiero hacer ejercicio", eso es un objetivo tradicional. Suena bien, pero no te dice qué hacer exactamente, cómo medir el progreso ni cuándo deberías lograrlo.
No obstante, con el enfoque SMART podrías decir: "Voy a ir al gimnasio tres veces por semana durante los próximos tres meses para mejorar mi resistencia y perder 5 kilos."
Aquí ya sabes qué harás, cómo medirlo, si es realista, por qué es importante y hasta cuándo lo harás.
Sí, los objetivos SMART son una metodología flexible que se adapta a cualquier ámbito porque se basan en principios universales de planificación y logro de metas. Al ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido, pueden aplicarse tanto en el ámbito profesional como en el personal, académico, financiero, deportivo o cualquier otro en el que se requiera establecer un propósito claro y alcanzable.
A veces la gente intenta usar SMART, pero cae en algunos errores comunes:
"Voy a bajar 5 kg en los próximos 3 meses siguiendo una dieta balanceada y haciendo ejercicio al menos 4 veces por semana."
"Voy a mejorar mis habilidades en inglés hasta alcanzar un nivel intermedio en los próximos 6 meses tomando clases online dos veces por semana y practicando 30 minutos al día."
"Voy a ahorrar $500 en los próximos 5 meses apartando $100 de mi sueldo cada mes y reduciendo lo más que pueda gastos innecesarios."
"Voy a leer un libro al mes durante los próximos 6 meses dedicando al menos 30 minutos diarios a la lectura."
"Voy a organizar mejor mi espacio de trabajo manteniéndolo ordenado al final de cada jornada laboral durante el próximo mes."
"Voy a completar 10,000 pasos diarios durante los próximos 3 meses. Utilizaré una app para medir mi actividad y me aseguraré de caminar más en mi rutina diaria."
Tus objetivos tienen que ser claros, que cualquiera de la organización pueda entenderlos. No es necesario añadirle una narrativa bonita con tal de que sean entendibles y que quede claro qué quieres.
Para implementar este tipo de objetivos, asegúrate de que sean fáciles de entender por todos. No hace falta que sean complicados ni que tengan una descripción detallada. Es más importante que todos en la empresa sepan exactamente lo que se espera lograr, sin confusión. Si tu objetivo es aumentar las ventas, por ejemplo, no basta con decir "queremos vender más". Debes ser claro en cuánto quieres vender y en qué plazo, como, por ejemplo: "cerrar al menos 50 nuevas ventas al mes a través de redes sociales". Así, todos sabrán exactamente lo que se tiene que hacer.
Lo veíamos al principio con el ejemplo de las ventas. No es lo mismo querer aumentar las ventas, que aumentarlas en un 30% en un tiempo determinado. Es muy importante medir el objetivo, ya que te dará una perspectiva clara de si es algo realista y de si realmente puedes cumplirlo.
Para hacer tus objetivos medibles, debes agregar números o indicadores claros que te permitan saber si estás logrando lo que te propones. Si no puedes medirlo, no sabrás si estás progresando. Por ejemplo, en lugar de decir "aumentar la producción", di algo como "aumentar la producción en 20 unidades por semana". Así puedes ver el avance con facilidad.
No es nada nuevo, pero está bien recalcar que tus objetivos tienen que ser alcanzables. Aunque soñar está bien e idealizar tu empresa es algo que todos hemos hecho, tienes que aterrizar a la tierra y ser consciente de lo que realmente puedes llevar a cabo. Al final, si planteas objetivos poco realistas puede que no los cumplas y que encima repercuta en tu propio bienestar emocional.
Cuando pongas un objetivo, asegúrate de que puedas alcanzarlo con los recursos que tienes. No se trata de no soñar en grande, sino de ser práctico. Si estás comenzando y quieres lograr un gran crecimiento, tal vez deberías empezar con algo más pequeño y alcanzable. Establecer metas alcanzables te dará más motivación y menos frustración.
Tus objetivos tienen que ir en línea con todo lo que pretende conseguir la empresa, con el espíritu de ese negocio. Si tus objetivos son irrelevantes lo único que conseguirás al final es ir en una dirección que no es la que tu querías desde un principio.
Para que un objetivo sea relevante, debe tener sentido para tu empresa y tus necesidades. Piensa en lo que realmente ayudará a tu empresa a crecer. Si tu empresa está tratando de mejorar su imagen de marca, un objetivo relevante quizás sería “aumentar la visibilidad online en un 20%”, en vez de algo que no esté directamente relacionado con tus necesidades actuales. Asegúrate de que tu equipo vea cómo su trabajo contribuye a estos objetivos importantes.
Esto quiere decir que un objetivo no se puede prolongar en el tiempo de una manera infinita. Tienes que calendarizarlo, saber de forma aproximada cuándo vas a conseguirlo. De esta manera, tu equipo se comprometerá mucho más con la causa.
Para establecer un tiempo determinado, define un plazo claro para lograr el objetivo. Si no pones un límite de tiempo, el objetivo puede alargarse indefinidamente y perderse en otras prioridades. Por ejemplo, si tu objetivo es mejorar la atención al cliente, pon un plazo como “reducir el tiempo de respuesta a consultas en un 40% dentro de los próximos dos meses”. Esto hará que todos trabajen con una fecha en mente, lo que aumentará el enfoque y el compromiso del equipo.
Establecer objetivos SMART te ayuda a no malgastar los recursos que tienes disponibles en la empresa. Asimismo, te permite priorizar en tus tareas al igual que puedes hacer un seguimiento sobre todas las actividades que se están desempeñando en la empresa. Te da una visión periférica y detectar posibles errores y cambiarlos en caso de ser necesario. Además, mejora la motivación de los trabajadores, así como su rendimiento profesional en el desempeño de sus funciones.
Los objetivos SMART son muy útiles, pero también tienen sus desventajas. A veces son tan específicos y medibles que pueden volverse rígidos, haciendo difícil cambiar de rumbo si surge algo inesperado. Además, pueden hacer que las personas se enfoquen solo en cumplir números y metas, dejando de lado ideas creativas o mejoras que no estaban planeadas. Si los objetivos son muy difíciles, pueden generar estrés y desmotivar a los empleados. También puede pasar que, por seguir estos objetivos al pie de la letra, la empresa pierda oportunidades buenas que no estaban dentro del plan.
Por suerte, se pueden evitar estos problemas si se aplican con flexibilidad. Es importante revisar los objetivos de vez en cuando y ajustarlos de ser necesario. Y de cara a mantener la creatividad, además de seguir los objetivos SMART, se pueden dar espacios para que los empleados propongan ideas nuevas o prueben diferentes formas de hacer las cosas. Por último, también es fundamental que las metas sean realistas, así los empleados no se sienten presionados.
Por tanto, si se logra un buen equilibrio entre organización y adaptabilidad, los objetivos SMART pueden ser una gran herramienta sin volverse un problema.
Dependiendo del plazo en el que se quieran lograr, los objetivos SMART se dividen en tres principales plazos:
Veamos ahora una plantilla de objetivos SMART. Esta plantilla es un formato simple y estructurado que te puede ayudar a definir metas de una forma clara, específica y alcanzable.
Recordemos el significado de SMART:
(Escribe aquí de manera clara y concisa lo que deseas lograr)
Voy a mejorar mi salud física y mental entrenando para correr 10 km en menos de 55 minutos dentro de los próximos 4 meses, combinando ejercicio, alimentación saludable y un descanso adecuado.
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