“Un hotel es un edificio planificado y acondicionado para otorgar servicio de alojamiento a las personas y que permite a los visitantes sus desplazamientos.”
Recomendación previa, leer:
Los objetivos de la empresa hotelera responden a la generalidad de empresas que plantean los mismos, abarcando los ámbitos económico-financiero y sociales.
Podemos agruparlos en:
Son tres: Rentabilidad, Crecimiento y Adaptación.
Del éxito en la consecución de estos objetivos, depende la continuidad de la vida de la empresa hotelera, así como el logro del resto de objetivos que puedan plantearse.
El objetivo de optimizar al tamaño de la explotación, como es lógico, debe plantearse como un estudio previo a la inversión a realizar. Para los hoteles a los que afecte poco, o no en exceso, el fenómeno de la estacionalidad, el problema de dimensión se reducirá a efectuar un concienzudo estudio de la demanda previsible y de su evolución futura, teniendo como restricción principal las normas municipales en cuanto a edificabilidad.
Todos los hoteles nacen con la idea de concurrir en un mercado determinado, entendiendo por tal, el tipo de clientes que pretenden captar. Como “objetivos de mercado” pueden plantearse, en primer lugar, la consolidación de la clientela del tipo de mercado elegido – cliente vacacional, de negocios, congresos y convenciones –, etc. En segundo lugar, el mantenimiento en el tiempo de dicho mercado. Y, por último, la permanente inquietud de búsqueda de nuevos mercados, en cuanto a la obtención de pequeñas cuotas de participación en ellos, con el fin de poder adaptarse lo más rápidamente posible a los mismos, en el sentido de minimizar el tiempo que transcurre entre la caída del mercado en el hotel opera normalmente y el aumento de cuotas de participación en dichos mercados alternativos.
Los objetivos de adaptación deben plantearse necesariamente en toda empresa hotelera, pero más a nivel de cambios en el proceso productivo que a niveles de reconversión. La adaptación en cuanto al proceso productivo puede sintetizarse en dos grandes apartados:
Como objetivos principales en cuanto al producto resultante de la explotación, podemos establecer:
Los objetivos comerciales son inherentes a la imagen que se pretende dar del producto en el/los mercados en que se vaya a operar. Es importante reseñar que las acciones comerciales y de promoción nunca deben iniciarse al tiempo que comienza el proceso productivo sino con un año o más de antelación, debido a que, en hotelería, por diversas circunstancias, los efectos de las mismas nunca son inmediatos.
Los principales objetivos comerciales pueden sintetizarse en:
Entre los objetivos sociales de la empresa hotelera, debe hacerse hincapié en lo importante que es en este tipo de industria mantener la estabilidad en el empleo, ya que esta propicia una mayor capacitación profesional del personal, factor de producción fundamental y pilar básico en cuanto al mantenimiento y progresiva mejora de la calidad de los servicios.
Como objetivos políticos deben establecerse, las buenas relaciones con medios de comunicación a nivel local, el cuidado y la preservación del medio ambiente, estableciendo acciones que no degraden y tiendan a mejorar el mismo, el mantenimiento de relaciones de cordialidad con todos los poderes políticos, sindicales, fácticos, etc. y la cooperación con la política turística institucional tanto del país como de la región, propugnando formas de operación que no vayan en contra de la misma.
Continuación...
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