“La contabilidad de costes es una disciplina de corta historia, con dos siglos de evolución que la han ido transformando y han permitido consolidar un cuerpo doctrinal importante.”
Recomendación leer:
Como disciplina se sitúa en el primer cuarto del siglo XX, como disciplina autónoma. La contabilidad de costes recobra su identidad en la década de los 60 cuando convergen diversos hechos como:
Todas estas condiciones crean la necesidad de disponer de mecanismos de gestión para hacer frente a la más compleja toma de decisiones, por lo tanto, el coste no se puede concebir como una cantidad monolítica, se debe contar con diferentes costes para diversos propósitos, es decir, que la información contable se debe adaptar a las necesidades de los usuarios, es por ello que se habla de la etapa del coste como “verdad condicional”, surgiendo diversos modelos y técnicas para diferentes tipos de información y decisiones diferentes, de esta manera la contabilidad de costes se desprende de los dominios de la contabilidad financiera y se integra a la contabilidad de gestión.
En los años 60 se consolida la contabilidad de costes y se implanta en las empresas con criterios económicos orientados hacia el análisis coste –beneficio; en esta época aparece el coste como una “verdad costosa”, denotando la importancia de conocer no sólo el valor de la información para el usuario, sino también el coste en que se va incurrir para generar y disponer de esa información.
En la década de los ochenta su rasgo característico es el enfoque positivo que se le da, se intenta instrumentar una teoría general que sirva para explicar lo que se hace y para predecir lo que se puede hacer a partir de la observación de las aplicaciones de los conocimientos y técnicas existentes. De igual manera en esta década se presenta un avance en la organización y el comportamiento de la empresa representado por la delegación de responsabilidades y en el carácter interdisciplinario de esta rama de la ciencia contable.
Los últimos años se han caracterizado por un profundo y turbulento proceso de cambio, en una época de gran crisis desde el punto de vista de tomar decisiones, que ha provocado que la contabilidad de costes se quede obsoleta e insuficiente para la generación de la información que se necesita.
Este proceso de cambio en el mundo de la empresa, se caracteriza por los siguientes rasgos:
Por todos estos rasgos las empresas requieren que los sistemas contables suministren información para abordar cuestiones nuevas y diversas, generando nuevas técnicas de gestión, entre las que se pueden mencionar: sistema de gestión de los costes basado en actividades, sistemas de fabricación flexible (justo a tiempo), gestión de la calidad total, ampliación de la contabilidad de costes hacia la vertiente estratégica de la empresa, gestión de los costes basados en el ciclo de vida del producto; permitiendo de esta manera dar repuestas a las exigencias informativas actuales.
A pesar de que la contabilidad de costes quedó retrasada con respecto a otros campos de la contabilidad, su desarrollo fue rápido cuando se comprobó que su aplicación generaba beneficios, sin embargo, este desarrollo sigue gestándose, debido a la complejidad creciente de los procesos de fabricación y del mundo de los negocios, los cuales requieren que continúen las mejoras de la contabilidad y su adecuación a los cambios en los procesos productivos.
Es así que se presenta la naturaleza de la contabilidad de costes, su necesidad como herramienta administrativa y como instrumento útil de gestión de operaciones de producción en empresas industriales o manufactureras, aunque su campo de acción se ha extendido a todo tipo de organización.
La contabilidad de costes es un fase ampliada de la contabilidad general que se encarga de predeterminar, registrar, acumular, controlar, analizar e interpretar la información relacionada con los costes de producir y vender un determinado artículo o de prestar un servicio, con la finalidad de proporcionar información relevante, suficiente y oportuna necesaria para la adopción de decisiones adecuadas por parte de la gerencia, dirigidas fundamentalmente a la maximización en el uso de los recursos de la empresa.
En este contexto, la contabilidad de costes proporciona a las empresas la posibilidad de determinar el coste de producir y vender cada artículo o de prestar un servicio, no al final del período de operaciones como lo hace la contabilidad general, sino al mismo tiempo que se lleva a cabo la fabricación del producto o la prestación del servicio; de esta manera, la gerencia puede ejercer un control efectivo y eficiente de los recursos si tiene a su disposición inmediata las cifras detalladas de materias primas, mano de obra y costes indirectos de fabricación de cada producto.
En síntesis, se puede establecer que la contabilidad de costes suministra información para uso interno de los gerentes de la organización, por lo que se señala que es una contabilidad interna, también conocida o denominada por algunos autores como contabilidad administrativa o gerencial debido a que los informes que genera son para que los gerentes puedan llevar a cabo el proceso administrativo de planeación, control, evaluación del desempeño y toma de decisiones.
Por lo tanto, la contabilidad de costes puede entenderse como una contabilidad administrativa o bien, como establecen otros autores, como una parte de la contabilidad administrativa o gerencial ya que va más allá de la mera determinación del coste de producir y vender bienes en empresas industriales.
La contabilidad de costes provee a las empresas de una herramienta valiosa e importante en el proceso de toma de decisiones especiales, así como también en la planeación y control sistemático de los costes de producción, debido a las ventajas que proporciona, las cuales se pueden resumir de la siguiente manera:
Además de proporcionar estas ventajas, la contabilidad de costes, para contribuir al éxito de las operaciones de la empresa, persigue ciertos objetivos claramente definidos que se pueden resumir en el control de las operaciones, información amplia y oportuna, y el fin primordial que es la determinación correcta del coste unitario. De estos objetivos se derivan sub-objetivos, entre los cuales se pueden mencionar: normas o políticas de operación, valuación de inventarios, decisiones de comprar o vender. A continuación, se explican los objetivos:
Continuación...
Suscríbete a nuestro Magazine
Recibe Artículos, Conferencias
y Master Class
Finanzas
Finanzas
Finanzas
Comentarios