En Inglaterra se desarrolla la forma corporativa de empresas. Se denomina corporación a las sociedades anónimas inglesas de los siglos XVII y XVIII. Un ejemplo es The East India Company, con una corte de propietarios y una corte de directores, lo que equivale, actualmente, a la asamblea de accionistas y el directorio. En 1760 se crea la Bolsa de Londres, y en 1844 se establece que todo negocio con más de 25 participantes debía organizarse como corporación. En 1855 se autorizan las sociedades con responsabilidad limitada, cuyo número aumenta de 65.000 a 1.100.000 entre 1914 y 2002 (Informe Cadbury, 2002).
Una característica de este país es el desarrollo de un mercado de control corporativo basado en transacciones bursátiles y tomas de control (Mayer, 2000). Para Jensen (1993), esto se debe a la insuficiencia de los mecanismos de control interno, que no permiten evitar los excesos de los administradores.
La creación del Deutsche Bank en 1870 sienta las bases del acelerado crecimiento industrial alemán y del sistema de banco principal. Los empresarios entregan a los bancos el control total o parcial de las empresas a cambio de financiación. Sin embargo, en la década de 1920, las empresas se liberan del control de los bancos, aunque estos siguen ejerciendo influencia. A comienzos de la década de 1990, los bancos eran propietarios de casi el 10% de las acciones de empresas que cotizan en bolsa, mientras que las compañías de seguro tenían cerca del 11%.
Las empresas que cotizan en bolsa están gobernadas por una junta de administración integrada, exclusivamente, por empleados, y una junta de supervisión, integrada al 50% por representantes de los trabajadores y al 50 % por outsiders, representantes de accionistas, ejecutivos de otras corporaciones o de instituciones financieras que tengan un interés en la empresa.
Hacia finales del siglo XIX, Japón se había convertido en una potencia económica y militar. Los zaibatsu eran grandes corporaciones monopólicas que controlaban la distribución de sus productos y mantenían fuertes lazos con los bancos. El poder lo concentraban grupos familiares. Se ha descrito este sistema como feudal (Kester, 1997). Tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los zaibatsu son reemplazados por los keiretsu, que funcionan alrededor de un banco principal, con propiedad accionaria cruzada y directorios interconectados. Las relaciones muy cercanas entre los grandes bancos y empresas, el uso eficiente del ahorro proveniente de los excedentes económicos, la alta calidad de los clientes y el bajo riesgo de crédito, constituyen la base del acelerado crecimiento económico japonés. El banco principal es el mayor prestamista de las empresas y es propietario, a su vez de casi, el 10% de las acciones.
Tiene acceso a la información, monitoreo y control de las empresas, y estas poseen entre si la propiedad cruzada o recíproca de las acciones. En la década de 1990, se reduce el rol de los bancos y aumenta la participación de los mercados de bonos y acciones. Podemos ver que todo el desarrollo del gobierno corporativo se genera y se desarrolla, fundamentalmente, en el ámbito del mercado financiero o financiero-bursátil, pero en los últimos tiempos se viene produciendo un efecto de extensión, de forma que las grandes (y las no tan grandes) corporaciones prestan atención e implantan sistemas de gobierno corporativo.
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