La logística de última milla no es más que el paso final que conecta a las empresas con sus clientes. Es en esta fase que sucede la entrega de un paquete desde el centro de distribución hasta la puerta del consumidor, ya sea a través de servicios de mensajería, repartidores independientes o drones.
En logística, el término “última milla” hace referencia al tramo final en el proceso de entrega de un producto, donde el bien es transportado desde un almacén hasta el destino final, que suele ser el domicilio del cliente.
Es considerada como una fase crítica dado que en este proceso se produce una conexión directa entre el proveedor y el consumidor, además de que puede ser determinante en la satisfacción de este último.
Recepción y procesamiento del pedido: Una vez que se recibe la orden de compra, ya sea a través de un sitio web o por medio de una llamada telefónica, la empresa logística encargada procede a procesar el pedido en su sistema. Aquí se verifica la disponibilidad del producto, la dirección de entrega, y cualquier instrucción especial proporcionada por el cliente.
Preparación del pedido: Una vez confirmado el pedido, se pasa a la etapa de preparación. En este punto los productos solicitados se recogen del almacén y se empaquetan cuidadosamente para su transporte. Es sumamente importante garantizar que los productos estén seguros y protegidos durante el traslado.
Asignación del vehículo y ruta: Una vez que los productos están listos, se asigna un vehículo adecuado para la entrega (furgoneta, bicicleta, dron, etcétera). Además, se establece la ruta óptima para minimizar los tiempos de entrega.
Entrega al mensajero: Los productos se entregan al mensajero, quien será el encargado de llevarlos hasta el destino final. El mensajero suele recibir una lista de entregas y las instrucciones de ruta correspondientes. Además, puede contar con tecnología de seguimiento y comunicación. Esto, para mantenerse actualizado y coordinar cualquier cambio necesario.
Entrega al cliente: El mensajero se desplaza hasta la ubicación del cliente final, el cual puede ser su hogar, lugar de trabajo u otro lugar especificado. Aquí es fundamental contar con una atención amable, entregar el paquete en perfectas condiciones, y obtener la confirmación del cliente para comprobar la recepción satisfactoria.
Servicio postventa: Después de la entrega, es importante realizar un seguimiento para asegurarse de que el cliente haya recibido el pedido de manera satisfactoria, además de poder solucionar cualquier problema que pueda surgir. También se pueden solicitar comentarios sobre la experiencia de entrega para mejorar continuamente el servicio.
La última milla es el punto final de entrega al cliente, por lo que su eficiencia es fundamental para garantizar una experiencia de compra positiva. Un proceso de última milla ágil mejora la satisfacción del cliente, ya que se aseguran las entregas puntuales. Hay que tener en cuenta que los clientes valoran cada vez más la conveniencia de recibir sus productos de forma rápida y sin contratiempos.
Otro punto a considerar son los costos asociados que conlleva este proceso, como el transporte, la mano de obra y la gestión de inventario. Optimizar esta etapa puede ayudar a reducir los costos logísticos globales, maximizando así los beneficios para la empresa.
Además, una etapa de última milla bien planificada y ejecutada contribuye a una mayor eficiencia operativa en toda la cadena de suministro. Una buena coordinación entre los distintos actores involucrados, como proveedores, transportistas y minoristas, favorecen un flujo fluido de productos desde los centros de distribución hasta los consumidores finales.
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