La importancia del marketing en el turismo rural

¿Qué tienen en común esos pueblitos perdidos en medio de la nada que están llenos de turistas? Ya sabes, esos lugares a los que todos quieren ir porque, de repente, son “el destino rural de moda”. La respuesta no está en lo bonitos o tranquilos que parecen ser, sino en el marketing turístico que se les aplica.

Pongámonos en situación. Imagina que tienes una pequeña casa rural, un hotelito encantador o formas parte de un pueblo con paisajes de ensueño. Tienes todo para atraer turistas: naturaleza, tranquilidad, cultura... Pero hay un problema: nadie lo sabe. No importa cuán bello sea tu destino, si no haces que la gente lo conozca, de nada te servirá, porque el turismo rural no se vende solo.

¿Por qué el marketing es tan importante en el turismo rural?

Vivimos en un mundo hiperconectado, donde los viajeros buscan atractivos turísticos desde sus smartphones y deciden a dónde ir en base a las recomendaciones que ven en las redes sociales o en los blogs de viajes. Por eso, si tu negocio o tu destino no está presente en esos espacios digitales, simplemente es como si no existieras.

El marketing es lo que permite que tu lugar pase de ser “el secreto mejor guardado” a convertirse en el lugar de moda. Y aunque no se trata sólo de estar en internet (aunque eso ya es importante), se trata de saber comunicar lo que hace único a tu destino rural. Porque lo rural ya no es solo sinónimo de "desconectar". Hoy la gente busca vivencias genuinas, historias que les conmuevan y un turismo que les ofrezca algo más que un simple descanso.

Generación de un lazo emocional

¿Por qué una persona elige pasar sus vacaciones en un lugar rural y no en una gran ciudad o en una playa caribeña? Ya no es únicamente por las montañas o la paz que transmite la naturaleza (aunque eso influye mucho, ojo). Pero, lo que realmente busca el turista rural es una afinidad emocional. Quiere sentirse parte de algo más grande, vivir una experiencia que no podría tener en ningún otro sitio. Y el marketing, cuando se hace bien, te ayuda a contar esa historia que conecta con el viajero.

El turismo rural tiene una ventaja sobre otros tipos de turismo: la autenticidad. Aquí es cuando cobra importancia el marketing emocional, pues, no es cuestión de decir que tu lugar es bonito o que ofreces paz y naturaleza, es cuestión de contar qué lo hace especial. Puede ser la historia de las personas que viven allí, las tradiciones, los platos típicos que ofreces o cómo cuidas el medio ambiente. Estos son los aspectos que debes destacar en tu marketing, porque son los que crearán un vínculo con el turista.

Cuando haces que el viajero sienta que está eligiendo algo veraz y único, no estás vendiendo solamente una estancia, estás ofreciendo, además, una experiencia. Y eso es lo que hace que el marketing sea tan poderoso en el turismo rural.

La importancia de la visibilidad

Hablemos de lo básico: la visibilidad. No puedes vender lo que nadie conoce, y en el turismo rural, donde la competencia está creciendo a pasos agigantados, ser visible es primordial. Piensa en todos esos destinos rurales que conoces y que de repente se han puesto de moda. Quizás no son más bonitos que otros lugares, pero han sabido mostrarse. Han logrado que las personas los descubran y por tanto, los elijan.

El marketing te ayuda precisamente con esto: hacer visible tu destino. Y no estamos refiriéndonos a simplemente poner un cartel en la carretera. Estamos refiriéndonos a llegar a las personas que están buscando justo lo que tú ofreces por medio de varios canales, sobre todo digitales. Si no estás en esos espacios, es como si no existieras para el turista moderno.

Y muchas veces, para lograr esto, basta con asegurarte de que estás donde tus posibles clientes te pueden encontrar. Es por ello que el marketing digital se vuelve esencial, porque es lo que te va a permitir que la gente te descubra.

Contar una historia que enganche

Ahora, algo muy importante en el marketing turístico es saber contar una historia. Ya te lo mencioné antes, pero déjame profundizar un poco más en este punto. Las personas hoy en día buscan más que solo una estancia en un lugar bonito. Quieren vivir algo, sentir que hay algo más detrás de su elección. Y aquí es donde tú tienes la oportunidad de destacar: cuéntales una historia.

Cada lugar rural tiene su propio encanto, pero lo que lo hace verdaderamente especial es su historia. Puede ser la historia de las tradiciones que han pasado de generación en generación, la de los fundadores del pueblo o la de cómo se ha mantenido el respeto por la naturaleza y el entorno. Ese tipo de cosas son las que conectan sentimentalmente con el turista y lo hacen decir: "quiero ir allí".

El marketing rural no debe centrarse únicamente en vender camas o vistas bonitas, sino en vender vivencias. Y eso lo logras cuando eres capaz de transmitir lo que hace único a tu destino. Por eso, es fundamental que el marketing no sea frío y calculador, sino que tenga un componente humano, real y cercano. Haz que el turista se imagine en tu lugar, viviendo esa experiencia que tú le puedes ofrecer.

El marketing rural en tiempos modernos

Puede que pienses que lo rural y lo moderno no tienen mucho que ver. Pero déjame decirte que en el turismo rural, adaptarse a los tiempos modernos es más importante que nunca. Hoy en día, la mayoría de los turistas busca y planifica sus viajes en línea. Si tu destino o tu negocio no están en ese entorno digital, estás perdiendo muchas oportunidades.

El marketing te ayuda a amoldarte a las expectativas del turista actual, que está más informado, que compara opciones y que busca vivencias únicas. Lo fundamental es saber comunicarte en los canales que ellos utilizan, y el marketing te concede las herramientas necesarias para llegar a tu público objetivo, para hacer que te conozcan y para convencerlos de que tu destino es el que están buscando.

Por ende, el marketing no es algo opcional si estás en el sector del turismo rural, es una necesidad. No importa cuán bonito sea tu lugar o cuán única sea la experiencia que ofreces, si no lo comunicas bien, te quedas en la sombra.

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