La gestión financiera de una organización es el trabajo de un gestor financiero que planifica, organiza y controla todas las operaciones de una empresa, analiza los cambios en la estructura y el volumen de los recursos de efectivo y supervisa los flujos financieros. Con el fin de gestionar los recursos de una organización, el gestor financiero aplica diversas herramientas del mecanismo financiero.
El mecanismo financiero (gestión) de las empresas es un conjunto de herramientas para influir en las finanzas de la empresa, tiene como objetivo organizar el trabajo de la empresa en el ámbito financiero, la gestión eficaz de la propiedad de la organización y sus fuentes, el logro del rendimiento planificado, determinado sobre la base de la competencia profesional de los empleados, los requisitos de los reglamentos, los conceptos teóricos y las realidades del mercado.
El mecanismo financiero puede ser considerado desde distintos aspectos: desde un punto de vista objetivo, como un sistema de gestión construido sobre la base de los postulados de los conceptos y leyes económicas, y desde un punto de vista subjetivo, como un conjunto de herramientas empleadas por la empresa en una determinada etapa de desarrollo para resolver problemas específicos. La aplicación del mecanismo financiero en la actividad de la empresa se lleva a cabo mediante la gestión de indicadores económicos, reglamentos y otras herramientas (como el beneficio, la rentabilidad, el coste, la base imponible, el índice de rotación de la deuda, etc.).
La finalidad principal del mecanismo financiero consiste en maximizar los resultados de las funciones desempeñadas por las finanzas, lo que incluye dotar a la organización de recursos financieros suficientes y evitar los desfases de tesorería. Del mismo modo, la financiación de las necesidades de la organización puede realizarse tanto a costa de sus propios recursos, como en caso de existir déficit a costa de los recursos prestados.
La actividad financiera de la empresa es un conjunto de acciones de los empleados del departamento financiero, lo que supone la adopción y aplicación de decisiones en el ámbito de la gestión financiera. De forma general, las actividades financieras y la gestión financiera de una empresa son categorías similares.
Los objetivos clave de la tesorería de la empresa son maximizar el beneficio, la capitalización (valor de mercado) y la solvencia (liquidez) de la empresa a satisfacción de los propietarios. La realización de estos objetivos es responsabilidad del jefe del departamento financiero de la organización.
La gestión financiera de una organización comercial tiene como objetivo la obtención de beneficios. Maximizar esta cifra, respectivamente, es el objetivo de toda empresa. Los beneficios no sólo permiten seguir desarrollando la empresa (invirtiendo en diversas áreas), sino que también reflejan el grado de eficacia de la organización. El crecimiento de los beneficios determina directamente el aumento de los ingresos de los empresarios. El beneficio se calcula como la diferencia entre los ingresos y el coste de las ventas. En términos monetarios, refleja el rendimiento de una empresa. La eficacia de una empresa en términos relativos se determina a partir del ratio de rentabilidad, que se calcula como la relación entre el beneficio obtenido y los ingresos u otros indicadores (coste de las ventas, capital, activos, etc.).
Las empresas públicas, cuyas acciones rotan en el mercado de valores, tienen interés en aumentar su valor de mercado, o la capitalización de la empresa. En primer lugar, afecta al importe de los dividendos pagados a los accionistas de la empresa. En segundo lugar, el valor de mercado de la empresa determina la cantidad de beneficios que obtendrá un accionista si vende su participación o si la empresa se reestructura o quiebra. El valor de mercado de los fondos propios de una empresa se calcula como el precio de mercado de una acción multiplicado por el número total de acciones negociadas en el mercado.
El aumento de los beneficios y del valor de mercado de una empresa va de la mano del mantenimiento de su liquidez y solvencia. La liquidez es la capacidad de una empresa para pagar sus deudas en su totalidad y a tiempo. La solvencia se gestiona mediante la formación y el mantenimiento de la disciplina de pagos de la empresa. Está basado en la gestión de las cuentas por cobrar y por pagar: análisis preliminar de la solvencia de las contrapartes, seguimiento del cumplimiento de los plazos de pago de las mercancías enviadas por parte de los deudores, constitución de provisiones para deudas vencidas y su cancelación al cabo de tres años, reembolso puntual de las deudas propias, incluso con recursos de crédito.
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Comentarios 1
Gracias excelente información, Dios la bendiga.