España es un país en el que el ámbito del asesoramiento financiero aún se encuentra en pleno despegue. Con una regulación reciente, la especialización en el sector finanzas no está tan extendida como en otros países como pueden ser EE. UU, Reino Unido o Alemania.
Sin embargo, la profesión está empezando a adquirir cada vez más valor y reconocimiento. El asesoramiento, en concreto en relación con la fiscalidad de productos financieros en España, de forma tradicional, recaía en la red de oficinas bancarias. De hecho, en 2010 a nivel europeo, era el país que más oficinas mantenía.
En los últimos cinco años, una de cada cuatro oficinas ha tenido que cerrar, y la concentración del sector continúa. Algo que está dando, a su vez, paso al desarrollo de los profesionales individuales del sector finanzas.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores define las empresas de asesoramiento financiero (EAFI) como empresas de servicios de inversión. Estas están autorizadas a prestar, precisamente, asesoramiento en materia de inversión. No se hace diferencia entre personas físicas y jurídicas. Todas deben estar inscritas en el correspondiente Registro de la CNMV y estar sujetas a su correspondiente supervisión.
Además, junto con las EAFI, también están presentes otras entidades que también pueden prestar el servicio de asesoramiento en materia de inversión. El requisito principal es que tienen que estar autorizadas para ello. En concreto, a la hora de realizar el asesoramiento financiero, el punto base de las EAFI es la emisión de una recomendación personalizada a los clientes. El profesional trabaja con distintos instrumentos financieros, pero siempre basándose en las circunstancias personales del cliente.
La idea es que la recomendación final sea acorde a cada situación. De ese modo, no cualquier recomendación, aunque esta sea de carácter financiero, puede ser considerada como asesoramiento. Por eso, las entidades enfocadas en la venta de valores e instrumentos financieros entran dentro del ámbito comercial. En concreto, porque se trata de comunicaciones genéricas y no personalizadas.
Al día de hoy, como se ha mencionado anteriormente, las finanzas y la fiscalidad de los productos financieros constituyen un ámbito en expansión y desarrollo. El estudio de los mismos puede ofrecer la oportunidad al profesional de forjar un futuro y una carrera amplia y llena de posibilidades.
Entre los motivos por los que se encuentra en auge el asesoramiento financiero está la progresiva reducción de oficinas y empleados de entidades bancarias, que antes ofrecían este tipo de asesoramiento. Junto a este factor, además, cabe mencionar el incremento de la cultura financiera de los ciudadanos.
Sin embargo, la complejidad de los productos financieros en sí impide que se pueda hacer un uso correcto de los mismos si no se poseen los conocimientos y la formación profesional adecuadas. Con ello, se llega a una situación en la que cada vez se requiere más el trabajo de profesionales independientes que conozcan a fondo la fiscalidad de los productos financieros.
Es importante tener en cuenta que la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del IRPF, ayudó a simplificar y homogeneizar el tratamiento tributario de los productos financieros en España. Esto buscaba que la inversión en uno u otro producto fuera neutral desde el punto de vista fiscal, aunque realmente dicha neutralidad nunca se ha llegado a alcanzar.
Los estudios y prácticas enfocadas en formar de forma profesional a la persona en este ámbito, en primer lugar, tratan los principales conceptos relacionados con los impuestos. También en el tratamiento fiscal de distintos productos financieros.
El asesoramiento en materia de productos financieros se ha convertido en un valor en alza. Pero no se puede dejar de tener en cuenta que la complejidad de estos productos, en concreto en materia de tributación, hace imprescindible una formación especializada.
Llegar a conocer mejor el mercado financiero y las claves para operar en él eficazmente son la base de toda persona que puede llegar a convertirse en un gran profesional. Para conseguirlo, el CEUPE ofrece un curso de Fiscalidad que profundiza en cuestiones como el IVA, el IRPF y las sociedades. Trata, por ello, tanto la fiscalidad empresarial como la personal. Un curso de cuatro meses que se imparte mediante la modalidad online.
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