“La contabilidad de costes es una disciplina de corta historia, con dos siglos de evolución que la han ido transformando y han permitido consolidar un cuerpo doctrinal importante.”
Para establecer la evolución de la contabilidad de costes es necesario considerar la evolución de la contabilidad. Desde la aparición del hombre sobre la tierra y su unión en forma organizada con otros semejantes, se empleó la contabilidad en su forma más elemental, debido a la necesidad de almacenar provisiones, aplicar métodos y en general todo aquello relacionado con el género humano que llevó a utilizar registros para determinar existencias, usos y aplicaciones.
Ante esta situación, se puede atribuir a muchos estudiosos el origen de las investigaciones contables, correspondiendo a varias naciones en distintas fechas, su aplicación concreta y la utilización de técnicas de registros de transacciones, manejo de fondos e informes financieros.
Debe tenerse en cuenta que la contabilidad propiamente dicha y la teneduría de libros son materias distintas. La contabilidad hace referencia al diseño de métodos y procedimientos de una empresa, usados para la obtención de información financiera que permita orientar a los hombres en la toma de decisiones; en cambio, la teneduría de libros, es un recurso de la contabilidad que se usa para llevar el registro metódico y ordenado de las operaciones para dejar pruebas de las actividades ocurridas en un período.
En todas las organizaciones, lucrativas y no lucrativas, el mejor sistema de información cuantitativo con que se cuenta es la contabilidad, que constituye un verdadero supra-sistema. De éste emanan otros subsistemas de información orientados a satisfacer las necesidades de los diversos usuarios, para que cada uno, según sus características, tome las decisiones adecuadas a su organización.
El concepto de contabilidad ha evolucionado a medida que aumentan las necesidades de los usuarios de la información para satisfacer los requerimientos de un mercado cambiante. Dentro de los avances que ha sufrido la contabilidad se puede mencionar su división de acuerdo a la función que cumpla en la organización y considerando a los usuarios de la información contable, es así que podemos hablar de contabilidad financiera, contabilidad fiscal, contabilidad de costes, entre otras.
La contabilidad de costes es una disciplina de corta historia, con dos siglos de evolución que la han ido transformando y han permitido consolidar un cuerpo doctrinal importante.
Su evolución está ligada a la evolución de la contabilidad de gestión. A continuación, se muestra su evolución, a través de varias etapas:
En el proceso productivo prácticamente toda la actividad descansaba en operaciones externas, el empresario compraba la materia prima y utilizaba pequeños talleres para su procesamiento, es decir no realizaba por sí mismo la actividad productiva, por lo tanto, bastaba la contabilidad financiera. Según los expertos, antes de 1.980 las empresas manufactureras consideraban sus métodos de contabilidad de costes como secretos industriales. El resultado de esto era que sus archivos de contabilidad de costes no estaban integrados en el sistema financiero y no presentaba una mejora notable con respecto a las empresas que funcionaban en la edad media. Otra causa para el lento desarrollo de la contabilidad de costes estaba representada por el uso limitado de la información de costes que hacían los directivos, limitándose únicamente a la confección de un balance de inventarios para la contabilidad financiera. La aparición de la contabilidad de costes se ubica a comienzos del siglo XIX como una necesidad para dar respuesta a los efectos de la revolución industrial donde las empresas se hicieron más competitivas, viéndose la necesidad de mantener archivos de costes exactos para utilizarlos en la estimación de precios, para presentar ofertas competitivas y otros fines.
Durante la Revolución Industrial, cambió el esquema productivo, las empresas invirtieron en sus propios talleres y contrataron mano de obra, sustituyendo las transacciones externas, lo que exigía nuevos planteamientos y soluciones a la contabilidad por lo que apareció la contabilidad de costes para calcular el coste del producto, que ya no era de fácil obtención como las compras a terceros.
A principios del siglo XIX, la revolución industrial introdujo el sistema de producción múltiple lo que hizo necesaria la determinación del coste en cada una de las etapas. A finales del siglo XIX surgieron grandes firmas de comercialización que tenían líneas de múltiples productos de consumo, las cuales requerían procedimientos que le permitieran medir su eficiencia interna.
La historia muestra un gran avance de la contabilidad de costes a finales del siglo XIX y principios del XX, como es lógico, la estimación de costes de materiales y mano de obra se desarrolló con mayor rapidez que la estimación de costes generales, pero a medida que las operaciones de fabricación se hicieron mayores y más complejas, los empresarios creyeron conveniente establecer procedimientos de distribución de costes indirectos debido a que muchos productos utilizan los mismos recursos, lo que hace que la contabilización de cada producto se haga aún más difícil.
Además, a medida que las firmas se descentralizaban, los gerentes de división asumían la responsabilidad de tomar decisiones importantes, enfrentando el problema de distribución de recursos para cumplir los objetivos de la organización. Dado que los recursos son limitados, los directivos deben basarse en la información de costes para decidir qué acciones proporcionarán beneficios óptimos a la empresa. Las empresas fueron creciendo, se expandieron en áreas geográficas muy amplias, se implantó la administración científica de la producción, se diversificaron las actividades de la empresa, todo esto hasta 1925.
A finales de 1929 se reafirma la contabilidad financiera, asumiendo ciertas características que aún se mantienen, como por ejemplo la verificación de estados financieros realizada por los auditores; de igual forma, surgen las organizaciones contables que dictan normas sobre principios contables generalmente aceptados, la contabilidad de costes no escapa a la influencia de la contabilidad financiera para la valoración de las existencias de acuerdo a los principios exigidos por la contabilidad financiera, representando uno de los principales objetivos de la contabilidad de costes, predominando hasta la década de los sesenta.
Continuación...
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