Con el paso de los años, la buena alimentación y las dietas equilibradas cada vez son más demandadas en nuestra sociedad. Parte de la población está cambiando de mentalidad poco a poco y camina hacia un estilo de vida mucho más saludable, siendo conscientes de que la buena alimentación puede darte mayor calidad de vida.
Aunque haya gente que realmente intenta ser responsable con su alimentación, sigue existiendo mucha desinformación y poca educación sobre el tema nutricional. Muchas personas aún no saben realmente qué deben de comer en su día a día para que se pueda considerar que su dieta es equilibrada. Pero, ¿qué significa tener una dieta equilibrada? “Todos los alimentos deben formar parte de la dieta, pero en diferentes proporciones”, asegura Pedro Gargantilla, jefe de medicina interna del Hospital de El Escorial.
En este punto hay que hablar de que no hay alimentos imprescindibles como tal que deban estar en la dieta, sino que hay que tener en cuenta la famosa pirámide de alimentación a la que no le solemos hacer mucho caso. Alimentos tan básicos como son la fruta, la verdura, hortalizas y el aceite de oliva. A partir de aquí, viene todo lo demás.
No hay una receta mágica y vemos que es bastante simple seguir los pasos de una buena dieta equilibrada y sana. Sin embargo, es curioso ver como gran parte de la población aunque son conscientes de estas cosas tan básicas, no las llevan a cabo en la práctica. De hecho, hoy en día se siguen demandando las famosas dietas milagro.
Son aquellas dietas que lo único que hacen es dañar tu cuerpo. Te dan resultados inmediatos, pero ¿a qué coste? Pedro Gargantilla tiene claro que este tipo de dietas son contraproducentes para nuestro cuerpo. “Cuando alguien asegura que se adelgaza un kilo por día, que no es difícil oírlo en los medios españoles, lo que se está administrando son diuréticos, laxantes o hormonas tiroideas, lo cual puede poner en peligro la vida de una persona”. Aunque todos sepamos que este tipo de dietas y prácticas no son buenas, es algo que se sigue haciendo muy a menudo y eso es por el tipo de sociedad en la que vivimos. Una sociedad en la que todo se mueve a gran velocidad y en la que queremos cambios inmediatos, que no supongan constancia ni un esfuerzo a largo plazo.
Muy ligado a esto, podemos hablar de las dietas vegetarianas y veganas. Unas dietas que se han puesto muy de moda y que se han acuñado como un estilo de vida. Hay detractores pero también hay quien piensa que es algo beneficioso para la salud de la persona, que no es algo nocivo. Gargantilla discrepa y piensa que este tipo de alimentación no funciona para el cuerpo a largo plazo. “Lo saludable, lo óptimo, es el equilibrio, si falta algún nutriente no se puede decir que la alimentación sea saludable. Por ejemplo, nuestro cerebro necesita colesterol, si no comiésemos nada de colesterol nuestro sistema nervioso no funcionaría correctamente”.
Está claro que cometemos muchos errores a la hora de alimentarnos y todo empieza con las costumbres, con lo que estamos habituados a ver desde pequeños e incluso con los valores que tiene la sociedad. Por ejemplo, como bien dice el doctor Gargantilla, en occidente se ingieren más calorías de las necesarias y eso se traduce en sobrepeso y en un aumento de la incidencia de diabetes mellitus.
Además, y como se ha podido ver, no seguimos las recomendaciones de la pirámide de alimentación donde “aparecen las frutas, verduras y hortalizas en la base, y el pescado-carne en el piso superior, con una recomendación de 1-3 veces por semana. Ingerimos mayor cantidad de productos cárnicos de lo que nos correspondería”, comenta el médico de El Escorial. Y el colofón de nuestra mala alimentación es el consumo excesivo de alimentos que no se pueden ni considerar reales, ni naturales. Asimismo, “no masticamos bien los alimentos, por lo que los problemas digestivos son muy frecuentes en nuestra población, y hay un exceso de consumo de alimentos procesados y bollería industrial”, añade Gargantilla.
Por lo tanto, la educación alimentaria sigue siendo muy necesaria en nuestra sociedad, una educación de calidad que nos enseñe a comer con fundamento. Es importante que esto se aprenda desde que eres pequeño y que comer saludable se convierta en un hábito se convierta en un hábito comer saludable. “Existe un exceso de sobreinformación y muchas veces es difícil poder saber qué tipo de información es la adecuada, por eso hay que educar a la ciudadanía y realizar campañas de divulgación científica”. Empezar una dieta equilibrada y saludable es complicado, pero estando concienciados y siendo conscientes de los beneficios que tiene para tu cuerpo, poco a poco se puede conseguir.
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