Una vez que la empresa ha seleccionado el mercado o mercados hacia los cuales dirigirá su estrategia de expansión internacional, pasará a la fase de elección de la forma de entrada. La decisión dependerá del tipo de producto o servicio a exportar, del compromiso financiero que esté dispuesto a asumir la empresa, así como del nivel de control y coordinación de las operaciones internacionales.
“Los diferentes métodos de entrada están determinados según la naturaleza del control que se puede ejercer sobre el canal de distribución, sobre los productos y las marcas que se comercializan en el país destino”
La forma de entrada en los mercados internacionales dependerá de cuatro aspectos fundamentales:
Básicamente, las alternativas para entrar en un mercado en el exterior comprenden cuatro grupos:
Aquellas empresas que por primera vez entran en contacto con los mercados internacionales, es frecuente que opten por un sistema de comercialización exploratorio, de bajo riesgo y poco costoso, en la medida del desarrollo de las actividades en el exterior, darán paso a formas más rentables y eficaces.
El proceso de internacionalización suele ser gradual o incremental. Inicialmente las ventas se realizan desde el país de origen, al desarrollarse un patrón se contrata a un representante o importador local. El paso siguiente es la instalación de filiales comerciales para apoyar el marketing de los productos en los mercados en destino con lo cual se asume un mayor control de las operaciones y estrategias comerciales.
La implantación de filiales de producción es el paso siguiente, mediante la inversión directa en fábrica, a través de empresas mixtas, o contratación de producción a empresas locales. Finalmente, la empresa puede establecer negocios nuevos en el mercado de exportación.
Por supuesto este es un esquema del proceso de internacionalización en Genaro, lo cual no significa que todas las empresas necesariamente deben pasar por todas las etapas. Existen, por ejemplo, empresas que por cuestiones de alta tecnológicas nacen internacionales.
Los diferentes métodos de entrada, como lo hemos venido apuntando, están determinados según la naturaleza del control que se puede ejercer sobre el canal de distribución, sobre los productos y las marcas que se comercializan en el país destino. También están determinados por los recursos y riesgos asumidos por la empresa.
Desde el punto de vista del control sobre el canal de distribución hay tres alternativas:
En la figura 25 se sintetizan los métodos de entrada y el grado de control que puede ejercer la empresa sobre de las actividades en el mercado destino.
Métodos de comercialización en el exterior
La elección del método de entrada depende a su vez de los aspectos de carácter, fiscal, financiero y de la estrategia de la empresa. Es importante para la organización tener en cuenta cada uno de estos aspectos en el momento de decidir cómo entrar en un mercado destino en particular.
La exportación es la forma tradicional para operar en el mercado internacional, a través de ésta es como suele iniciar la internacionalización de las empresas. Consiste en vender a un comprador final situado en un mercado exterior.
Es la empresa la que desarrolla por sí misma la actividad exportadora, desde la investigación de mercados, el contacto con el cliente, la negociación de la venta, las cuestiones logísticas, la tramitación de documentos, entre otros aspectos.
Los inconvenientes de llevar a cabo esta estrategia se relacionan con la localización de los clientes potenciales, el aseguramiento de la calidad del servicio tales como cumplir con los plazos de entrega, reposiciones de producto y el servicio postventa. Las dificultades para fidelizar a los clientes es otro aspecto complejo, el cual requiere un gasto importante de tiempo para mantener un contacto personal y constante con el cliente.
En este caso, la empresa deberá invertir para crear una organización de exportación con recursos humanos especializados y con el personal comercial capacitado para establecer contactos con clientes potenciales en los diferentes países.
A pesar de lo complejo que pueda resultar, si la empresa establece estrategias para crear valor, diferenciación y reconocimiento de marca en los mercados exteriores, la alternativa es la exportación directa. Con la exportación indirecta mantiene presencia, pero no tiene control sobre las estrategias de marketing.
La exportación directa como ya lo hemos mencionado, es propia de las empresas que inician su expansión internacional, a través de la creación de un departamento de exportación propio. Es aconsejable establecer este método de entrada cuando:
La empresa debe responder a pedido concretos, cuando se han obtenido como resultado de participar en alguna feria o misión comercial. Se trata de aprovechar la oportunidad, aunque realmente no se ha hecho un esfuerzo por vender en el exterior.
Cuando el número potencial de clientes en un mercado destino no es muy elevado, menor de 50. De tal forma que la empresa puede atenderlos directamente a través de un ejecutivo de exportación.
Cuando el producto es muy técnico y su venta no puede realizarse a través de agentes, distribuidores u otros canales.
El éxito de de esta forma de entrada depende de la cualificación y la motivación del personal encargado de realizar las operaciones en el exterior.
A medida que la empresa vaya consolidando su posición en el mercado destino podría tomar decisiones de mayor compromiso como establecer filiales comerciales propias o de joint ventures con distribuidores. En general, las empresas que han logrado posicionar sus marcas en los mercados internacionales han establecido mecanismos de control del marketing mix en las operaciones de exportación.
La exportación indirecta es desde el punto de vista operativo, la acción de contratar los servicios de un intermediario internacional, el cual se convierte en el cliente de la empresa exportadora. Este intermediario gestiona las distintas fases de la operación internacional y revende el producto a otras empresas.
Las actividades de estos intermediarios incluyen: la selección del canal de distribución, el almacenamiento y distribución física del producto, la promoción, los servicios postventa, etcétera. Éstos cuentan con la estructura necesaria para cubrir grandes áreas geográficas, cuentan con sus propias redes de fuerza de venta, sucursales, almacenes y medios de transporte.
Esta es una opción factible para la internacionalización de las pequeñas y medianas empresas, la ventaja es el escaso riesgo para la empresa exportadora y la la menor inversión que requiere. El único riesgo es el de no cobrar un pedido, ya que la única inversión es la mercancía enviada.
Sin embargo, con este método la empresa mantiene un control relativamente bajo sobre las operaciones y el marketing de la empresa en el mercado internacional. Lo cual impide la obtención de la información relevante acerca de los mercados en donde se desarrollan las operaciones. Deja poco margen de maniobra para tomar decisiones sobre el posicionamiento futuro de las marcas de la empresa.
Los agentes comerciales internacionales son personas físicas o jurídicas, que se dedican de manera continua o estable, a intermediar en las operaciones de comercio internacional por cuenta de otros como fabricantes, mayoristas o distribuidores.
El agente comercial actúa como mandatario de la empresa exportadora y suele representar los intereses de varias compañías, en un mercado geográfico determinado y en un segmento de mercado determinado, desempeñando funciones comerciales para la empresa.
El riego de pérdida lo asume el fabricante o empresa exportadora, ya que el agente sólo se limita a la promoción y comercialización de los productos de éstos. Los agentes pueden ser residentes del país de origen de la empresa exportadora y también pueden serlo del país destinado.
En este colectivo se pueden encontrar a los llamados representantes o brokers (intermediarios que ponen en contacto a compradores y vendedores a cambio de una comisión).
El broker trabaja en los dos sentidos del comercio internacional, importadores y exportadores, busca la especialización en sectores de alto valor añadido en los mercados de difícil acceso. Se añade a sus operaciones un componente conocido como lobby para la consecución de grandes operaciones.
Utilizar un agente import-export tiene tres ventajas:
Otra variante de intermediación en comercio internacional lo constituyen las compañías de trading, las cuales realizan operaciones de importación y exportación en mercados de difícil acceso o elevado riesgo.
Las grandes compañías de trading como es el caso de las compañías japonesas conocidas como Sogo Shoshas, funcionan como agentes de compras, ya que poseen filiales de compras en los principales mercados desarrollados. Muchas de ellas son además fabricantes cedentes de tecnologías y socios en operaciones de capital riesgo o joint venture.
Confiar la comercialización de los productos a un trading company puede ser la única alternativa para acceder a mercados muy difíciles o para dar salida a importantes volúmenes de ciertos productos como materias primas, alimentos básicos, energéticos, productos semifacturados, productos químicos, farmacéuticos genéricos, entro otros más.
La exportación canguro o piggy back (acuerdo de distribución recíproca), se lleva a cabo cuando una empresa con poca experiencia exportadora, o sin recursos suficientes, acuerda comercializar sus productos a través de la estructura y red internacional de otra empresa más experimentada en el ámbito internacional, remunerándola mediante el pago de comisiones sobre las ventas realizadas.
Esta modalidad puede ser unilateral, solamente se comercializan los productos de una de las empresas o bilateral, cada empresa comercializa los productos de la otra. Evidentemente, los productos a exportar de ambas empresas deben ser compatibles entre sí, procurando que se complementen, formando así una cartera de productos más completa.
Los consorcios de exportación son agrupaciones de empresas con la finalidad de abordar y desarrollar de forma conjunta sus mercados. Generalmente se forman entre cuatro o seis miembros. Es habitual que los miembros comercialicen productos complementarios los cuales comparten, un mismo canal de distribución y los costes de comercialización.
Las ventajas de utilizar este método sobre todo para las pequeñas y medianas empresas es que mejoran su capacidad negociadora con los grandes clientes en el exterior y suelen obtener ayudas económicas importantes de carácter institucional.
Existen diferentes tipos de consorcios como por ejemplo: los de origen, los cuales radican en el país de origen de las empresas miembros, aunque su objetivo sea uno o varios mercados o áreas geográficas en destino.
Los consorcios en destino son aquellos que tienen sus instalaciones y el personal en el país cuyo mercado o área geográfica de influencia es el objetivo de las operaciones del consorcio. Éstos se constituyen cuando el mercado o área geográfica elegida permiten una actividad intensa in situ. Otra clase de consorcios son los multisectoriales formados por empresas pertenecientes a sectores diversos, los hay también, de un solo sector.
Junto con los agentes comerciales, el importador – distribuidos es la forma de acceso más utilizado. A diferencia del agente comercial, el distribuidor compra directamente del exportador, asume la propiedad del producto y lo vende por su cuenta y riesgo.
Para la mayoría de las pequeñas y medianas empresas el importador – distribuidor suele ser el único cliente en el mercado, ya que éstas carecen de recursos para crear su propia red de ventas. Esta opción representa una oportunidad ya que el distribuidor ofrece una mayor cobertura del mercado, en general cuentan con la infraestructura necesaria como medios de almacenaje y distribución a nivel mayorista e incluso detallista.
Esta actividad se conoce como:
Las características de las empresas de distribución internacional son:
Hay tres aspectos importantes para tener en cuenta por parte de las empresas en cuanto a la búsqueda y selección de distribuidores:
El éxito de llevar a cabo la estrategia de entrada mediante este método radica en la elección del distribuidor adecuado, de su capacidad de gestión, así como de las relaciones que la empresa establezca con él.
El éxito de la relación empresa – exportador – distribuidor se apoya en tres puntos clave:
El tamaño de la empresa debe estar en concordancia con el del distribuidor, un distribuidor demasiado pequeño no tendrá la capacidad suficiente para abordar el plan estratégico de mercado de la empresa. Un distribuidor demasiado grande, tendrá sobrada capacidad, pero su interés será bajo con lo cual desplazará a un segundo plano la comercialización de los productos de la empresa.
Sirva de ejemplo el caso de Reny Picot, empresa asturiana en los Estados Unidos, parte de su éxito en este mercado se debe a su acuerdo de distribución con uno de los mayores importadores y distribuidores de quesos gourmet, la empresa DCI Cheese Company de Mayville, Wisconsin.
Esta empresa está especializada en quesos Premium, con una cobertura geográfica importante y relacionada con todas las grandes cadenas minoristas estadounidenses. Por otro lado, su cartera de marcas y productos permite su posicionamiento Premium para todas sus marcas.
Además, cada marca comercializa tipos de quesos que en su mayoría son diferentes a los comercializados por las otras marcas, conformando así una cartera de productos diferenciados y complementarios para cubrir el canal minorista y horeca (hostelería, restauración y cafeterías).
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