Las aplicaciones móviles (“App” es la abreviatura) son aplicaciones desarrolladas para pequeños dispositivos portátiles, como teléfonos móviles, Smartphone, tablets, etc. Y éstas pueden venir precargadas en el dispositivo, así como puede ser descargadas por los usuarios a través de tiendas de aplicaciones o Internet.
De una manera más técnica, diremos que una aplicación móvil es un software que se ejecuta en un dispositivo portátil (teléfono, tablet, e-reader, etc.) que pueden conectarse a las redes de wifi o inalámbrica, tiene un sistema operativo compatible con software y una función limitada. Es decir, un componente de software desarrollado específicamente para utilizar de una forma optimizada los recursos del dispositivo móvil.
Las Apps tienen una mayor velocidad de respuesta, calidad gráfica, efectos visuales, GPS y otras características optimizadas para dispositivos móviles, que hacen que la experiencia de uso sea superior a la que se puede conseguir si se entra directamente a la versión web.
Es importante recalcar que no todas las aplicaciones funcionan en todos los aparatos móviles, cada uno de ellos usa un sistema operativo y el tipo de aplicaciones que soportan son diferente y deben corresponder a ese aparato/terminal. Por eso es necesario desarrollarlas para cada Sistema operativo de forma independiente, así pues, las empresas que decidan desarrollar una aplicación móvil deberán previamente evaluar en que aparatos quieren estar presentes.
Los distintos sistemas operativos móviles, como Androide, IOS, Windows, etc. tienen tiendas de aplicaciones que operan on-line en las cuales se pueden buscar, descargar e instalar las aplicaciones correspondientes a cada aparato. Algunos comerciantes minoristas también operan tiendas de aplicaciones en internet. Dependiendo del teléfono móvil (modelo) podremos acceder a una tienda (ofrecida por la propia marca de móvil que tengamos) que ofrezca las aplicaciones que funcionen con el sistema operativo de nuestro aparato.
Por lo general (y más aún, hoy en día) los operadores móviles ofrecen tarifas planas de conexión a Internet para poder acceder a innumerables aplicaciones y servicios desde el teléfono, o a través de una conexión wifi. Esta competencia dentro de los operadores de telefonía, han favorecido la proliferación de esta tecnología y el gran uso de las aplicaciones.
El proliferar de los espacios con cobertura wifi, así como el gran número de contratos telefónicos de tarifa de datos, han dado lugar a que las App hayan llegado para quedarse, permitiendo a los usuarios realizar uno o diversos tipos de trabajos que pueden ir desde el mero entretenimiento personal hasta herramientas organizativas y productivas.
Desde el punto de vista del desarrollador de la App, no es tan importante el número de descargas que se consiguen (aunque sí que es muy importante) el número de usuarios activos que se consigue fidelizar a la aplicación.
Para contestar esta pregunta partimos de la base de que los dispositivos móviles acompañan a los usuarios en el 90% de su actividad diaria, en todo momento y en todo lugar. Otra peculiaridad es que el tiempo permanencia medio por sesión oscila entre 30 segundos y un minuto, esto quiere decir que la navegabilidad debe depender de un clic y añadiendo que el teclado de los móviles es pequeño. Si esto es así, es lógico pensar que se requiere de una manera diferente de navegar por medio de estos dispositivos para que los usuarios tengan una buena experiencia y repitan.
Otras de las ventajas que ofrecen las aplicaciones a una marca es el alcance comercial que presentan las Apps para los productos o servicios, pero para ello se debe desarrollar una aplicación siempre con la vista puesta en que sea útil para los clientes.
Al igual que en todo lo referente al marketing digital, lo primero que hay que saber es que hay que medir los resultados que nos aportará una aplicación. Más bien, ver el ROI desde la retención de clientes, el alcance de la marca y la frecuencia de las interacciones.
Cuando alguien se registra en una tienda de aplicaciones o cuando se descargan las aplicaciones individuales, es más que posible que se pida autorización para que se permita acceder a la información del móvil.
Algunas aplicaciones solamente pueden acceder a los datos necesarios para su funcionamiento, por el contrario, otras pueden acceder a datos que no están relacionados con el propósito de la aplicación.
En definitiva, mientras se usa el aparato móvil se está suministrando información que alguien recolecta (ya sea el creador de la aplicación, la tienda de aplicaciones) para una labor casi siempre de carácter comercial y publicitaria.
Muchas de estas empresas que acceden a información de los datos de los usuarios, a través de las App, envían dicha información a terceras empresas. ¿Quiénes son esas terceras empresas a las que se les cede la información del usuario? La mayor parte son empresas de redes de anuncios que pueden servir anuncios relevantes y relacionados con los gustos o costumbres de navegación del usuario, ya que conocen más información de éste.
Esta práctica no es necesariamente ilegal ni ilícita, siempre que vaya acompañada de los respectivos avisos de privacidad cuando el usuario se descarga la aplicación.
Si en una empresa pretendemos utilizar una aplicación dentro de una estrategia de marketing móvil, hay que pedirle datos personales.
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