Una definición de CRM es la ofrecida por Cuesta Fernández en su libro; “Fidelización; un paso más allá de la retención: el marketing directo, el despliegue CRM y la empresa virtual” ofrece una definición clara de CRM: “CRM es una estrategia de negocio que permite anticiparse a la satisfacción de las necesidades del cliente con base en el conocimiento de sus gustos y prioridades y que se soporta en una arquitectura integrada de procesos, tecnología y cultura de la organización”.
Por otra parte, Sindell establece la diferencia entre el servicio al cliente y el CRM, aclarando que el primero es normalmente “una función reactiva que tiene como meta la eficacia”, y el CRM es “una serie de continuas interacciones con el cliente que tiene como meta el valor a largo plazo del cliente para su organización, así como un desarrollo y una retención del cliente mediante una creciente satisfacción y lealtad”.
Paul Greenberg construyó a través de un proceso colaborativo con varios expertos, la que hoy es probablemente la definición más aceptada de lo que entendemos por Social CRM (sCRM) y que traducido sería algo como: “Social CRM es una filosofía y una estrategia de negocio, soportada por una plataforma tecnológica, reglas de negocio, procesos y características sociales, diseñado para conectar con los clientes a través de una conversación colaborativa de cara a generar un beneficio mutuo en un entorno de confianza y transparencia para los negocios. Es la respuesta de las compañías al actual control de la conversación por parte del cliente”.
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Y algo de análisis del cliente |
Las aplicaciones de CRM, que actualmente ofrece el mercado, facilitan todo el trabajo relacionado con la segmentación y clasificación de los clientes, automatizando procesos de gestión.
Además, si la estrategia y el programa CRM están bien implementados, supondrán una gran ayuda en las acciones de adquisición de clientes, la retención de los mismos, la venta cruzada de productos (cross selling), el incremento en ventas de otros productos (up selling), la maximización de la satisfacción y la mejora de la imagen de la organización. Siempre dirigido al nicho de cliente oportuno en el momento oportuno.
Tal y como se ha venido comentando, el consumidor se ha convertido en el eje de los procesos comunicativos de las empresas esto, basado en los avances tecnológicos en internet y las plataformas digitales, han originado que el cliente tenga el poder al tener canales directos que le permiten interactuar directamente con la empresa.
Si como punto de partida se analiza que la Web 2.0 es una web basada en comunidades de usuarios y se sustenta en una serie de servicios online como redes sociales, blog, wikis, etc., que fomentan la colaboración y el intercambio ágil de información entre usuarios.
Llegamos a la conclusión que la revolución tecnológica ofrece un nuevo perfil de cliente que no solo receptor del contenido, sino que también es dueño (es productor de contenidos digitales). Otro punto interesante es que el cliente dispone de canales para interactuar con las empresas, sabe controlar estos canales y hace uso de ellos.
Esto se transforma en una pérdida de protagonismo de la empresa en las relaciones comerciales, protagonismo que adquiere el consumidor. La pregunta sería: ¿Qué deben hacer las empresas ante esta nueva realidad?
Está claro que deberá utilizar las “4C” de la Web 2.0: Compartir-Comunicar-Conversar y Cooperar, canalizado todo esto por espacios interactivos como lo son: Blog, Redes sociales s (como Facebook, Tuenti, Google+ o LinkedIn), plataformas de videos digitales (por ejemplo, YouTube o Vimeo), Wikis, microblogging (Twitter), aplicaciones interactivas, etc.
En definitiva, la presencia de empresas y marcas en los entornos sociales es una realidad. Dichas plataformas presentan numerosas bondades en el ámbito del marketing y la comunicación empresarial, y posibilitan la orientación empresarial basada en las relaciones, segmentación y personalización de mensajes, evangelización a través de la prescripción, la viralidad y la puesta en marcha de un experiential-marketing que genere customer engagement (es decir, la vinculación entre marcas y consumidores).
Todas estas relaciones deben ser gestionadas por las empresas de la misma manera que gestiona el resto de canales. En una empresa con mentalidad orientada al cliente no puede faltar el CRM en la estrategia Social.
CRM + WEB 2.0 = CRM 2.0
El CRM, y especialmente el Social CRM, nacen de la necesidad de recuperar los vínculos personales con los clientes, especialmente en la era de las Redes Sociales, en donde cada opinión se multiplica de forma viral y afecta significativamente la imagen de la marca. Es por eso que el Social CRM difiere del tradicional, agregando la posibilidad de intercambio y conversación con los clientes.
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