“La neurociencia ha probado que el trabajo en el ámbito de la atención plena puede aportar bienestar psicológico en el ámbito de la salud, las relaciones… y, por tanto, aumentar nuestra dosis de felicidad.”
Los profesores y padres pueden aprender más receptividad, autobservación y reflexividad. De esta manera pueden adaptarse a cualquier contexto y condición.
Desde nuestra experiencia, es importante reconocer el estrés que soporta el docente, nutriéndose mediante:
Estar presente, sentir la respiración y observar los pensamientos, así como las emociones, es un proceso de transformación personal con implicaciones fuertes a nivel psicoevolutivo. MIMIND es mucho más que observar la respiración o hacer unos simples ejercicios, tiene el poder y la belleza de visibilizar las áreas más hermosas de nuestra mente.
Siendo consciente del poder de cada respiración tenemos mucho ganado. Somos capaces de focalizarnos en un pequeño tramo del proceso y modificarlo. Después de lograr ese pequeño objetivo, somos capaces de trasladarlo a objetivos mayores. Estamos tomando el control de nosotros mismos.
El simple hecho de visibilizar los contenidos emergentes tiene el poder de cambiar la mente, creamos un sistema consciente, pensamos cómo nos acercamos a aquello que está pasando en nuestra mente, en nuestras relaciones, en nuestro entorno…
La atención plena o la concentración en la respiración es más que una técnica oriental, es un proceso de conocimiento que afecta a la psique. Ahora se ha incorporado en el contexto pedagógico como un instrumento de alta valía. Es la primera de las competencias que puede llevar a un cambio significativo en la percepción del aprendizaje y en su comprensión.
Esta técnica ha tomado múltiples formas y enfoques, pero quizás el enfoque de la empatía, ecuanimidad y compasión es el que está ganando fuerza, bajo una nueva forma de conocimiento de la conciencia que emerge desde la presencia, el fluir, la contemplación o el estar.
Sabemos cultivar las habilidades y cualidades intrínsecas que habitan en nuestra mente. Comprendiéndolas podemos modificarlas. Esto puede aplicarse desde la primera sesión de la práctica. Al incorporar las habilidades intrínsecas podemos aspirar a conectar con los otros seres que nos resultan más amables, los neutros y los más difíciles.
¿Eres un docente consciente? Esta parece ser la pregunta del espíritu de nuestros tiempos, de nuestro momento. Es probable que dentro de cinco o diez años reconozcamos que el mindfulness fue una herramienta de transformación social, no conceptual, increíble. Hoy ya está teniendo un gran impacto en escuelas, hospitales, empresas, gobiernos, familias e individuos. Nos está ayudando a ver nuestro piloto automático, a ser más eficaces y cooperar los unos con los otros de manera compasiva y empática para crear un mundo mejor.
Es tiempo de ser conscientes. Todos podemos hacerlo. Se trata de cultivar cualidades universales que no exigen cambiar tu sistema religioso, filosófico o de creencias. Todo el mundo puede aprender fácilmente. Es una forma de vida que suma conocimiento, sabiduría profunda y cuidada en todo aquello que hacemos, la manera en que lo hacemos y desde la mente que lo hacemos. Como resultado, se reduce el estrés, los conflictos y hace que la vida sea mucho más fácil.
La neurociencia ha demostrado que la atención plena aporta beneficios para la salud, el trabajo y las relaciones, haciéndonos más felices. No necesitas ninguna tecnología para practicar. Frente a un mundo complejo, consumista y competitivo, ser consciente es una posición radical que puede llevar a sancionar, desde el silencio, lo que no se puede permitir. Su eficacia radica en su flexibilidad y su bajo coste hace que las respuestas sociales puedan ser muy elevadas.
Estar atentos ahora es más necesario que nunca ya que son muchas cosas las que están en transición en nuestra vida. El haber estudiado una carrera no garantiza que puedas trabajar en ella. Las guerras son financieras y el terror psicológico está sustituyendo a las bombas. La atención plena planta cara a la incertidumbre. Se trata de ser consciente de lo que está pasando en nuestra mente, cómo se conforma en el día a día, en el momento a momento, y la experiencia que me reporta en mi vida.
Nuestros docentes sufren muchos cambios y presiones, siempre acompañados de falta de medios. No saben afrontar todo esto y la mayoría sufre estrés. Planteamos la importancia del cuidado del docente como estrategia fundamental en el aula.
El síndrome de Burnout, o agotamiento crónico, es un problema ya internacional de salud pública, mental y ocupacional. Afecta a todas las profesiones, pero en especial a los docentes. Se puede definir como un síndrome de inadaptación frente al estrés laboral crónico que se presenta en las personas que están sujetas a condiciones laborales difíciles.
El colectivo de la enseñanza se considera un grupo con bastante estrés. Entre sus motivos, están las agresiones, sentirse humillados y presionados por las familias o la institución para la que trabajan. El caso es que más del 50% de los profesores tiene unos niveles de estrés por encima de la media. Existen diferentes estudios e investigaciones que lo demuestran, el más destacado es el de REDALYC, sobre la importancia de prestar atención a los docentes.
Clásicamente no se habían considerado a los docentes como un colectivo sujeto a estrés. Eran más bien sujetos de padecer estrés aquellos profesionales liberales: abogados, empresarios, políticos, banqueros… Pero el fenómeno o síndrome de Burnout es ya una auténtica epidemia en todos los sectores profesionales. Los cuidadores primarios son las personas que están en primera línea de estrés, aquellas que tienen a menudo un sentimiento de desbordamiento continuo.
Por ello, es necesario el realizar un trabajo con la mente en sí misma. No tanto para los que ya se encuentran en estados depresivos o desbordados; sino para evitar que esto suceda en el futuro e incluso prevenir. La lucha contra el estrés en el ámbito de la docencia será una de las grandes áreas de trabajo en el futuro. La presión que sufre el niño o adolescente también está repartida por igual entre docentes, directores de instituciones y personal no docente. Todos sufren estrés. Las semillas que tenemos que cultivar a diario son las que nos permitan cosechar los frutos de la calma en el futuro.
No podemos evitar que nuestras sociedades ni escuelas sean violentas, pero sí podemos compartir los beneficios de la atención plena, los fundamentos de la mente (Davidson, 2013), que nos ayudan a comprender cómo podemos modificar nuestra neuroplasticidad cerebral. Aumentando el bienestar psicológico y, por tanto, creando mayores causas de felicidad en el futuro.
Entre otras, encontramos:
Podemos promover actividades y ejercicios que ayuden al docente a disminuir el síndrome de Burnout. Tenemos que medir los niveles de estrés en el docente y también en la escuela. Conocer es saber y poder prevenir. Una vez que tengamos claro la situación, basta con ponernos manos a la obra.
Formar a los docentes en resolución de conflictos, resiliencia, habilidades prosociales y asertividad, y prepararlos para afrontar el estrés diario, no es ningún lujo, es algo absolutamente necesario. Porque esas herramientas van a poder disminuir la ratio de estrés en las aulas. No debemos olvidar que el adulto de referencia es el docente. Sabemos lo suficiente como para saber que, si un niño pasa al menos seis horas al día con un adulto que sufre estrés, el niño también lo padecerá. Por tanto, reconocer el nivel de estrés y remediarlo es imprescindible.
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