Una feria es un evento económico, social o cultural que puede estar establecido o ser temporal, y que puede tener lugar en sede fija o desarrollarse de forma ambulante. Las ferias suelen estar dedicadas a un tema específico o tener un propósito común.
En concreto, en el mundo de los eventos, nos referimos a “ferias” cuando hablamos de instalaciones donde se exponen productos de un único sector comercial o industrial para su promoción y venta, como la “Feria del Libro” o la “Feria del Calzado”.
Tanto es así, que muchas empresas realizan un gran porcentaje de sus ventas anuales solamente en ferias profesionales. Es por ello que repasaremos las características de este tipo de eventos, uno de los más celebrados actualmente en la mayoría de los países.
Las ferias se organizan al igual que cualquiera de los eventos, si bien es cierto que, bien por su complejidad o por su especificidad, presentan algunas características que pueden diferenciar su organización de la de otros eventos en algunos aspectos.
Aunque la mejor manera de conocer la organización de una feria es la práctica y el estudio de casos de éxito en producción de Ferias, repasaremos de manera rápida los elementos claves para la planificación y organización de estos eventos.
Es sin duda el primer factor que se debe tomar en cuenta al organizar el evento. El mismo involucra no solo la elección del lugar donde se desarrollará el mismo.
La distribución típica de una feria consiste en la organización del espacio de exhibición en grandes áreas denominadas pabellones, las cuales a la vez se dividen en unidades menores denominadas stands. Los tamaños de los stands pueden variar de acuerdo a las necesidades y presupuesto de cada expositor.
Para el diseño y composición del stand existen una amplia gama de sistemas divisorios, y se puede contar con empresas que se dedican a su diseño y montaje.
Para escoger la fecha de realización y el período de duración se deben tomar en cuenta aspectos como la disponibilidad de la sede elegida y la coincidencia con otros eventos similares, que puedan distraer la atención del público objetivo.
La duración esta también íntimamente ligada a la planificación de los objetivos de la exposición, y a la cantidad de público que se estime que pueda asistir a la misma.
Otro de los factores que suele afectar a la duración es la periodicidad de la feria y su antigüedad. Las ferias ya consolidadas, que cuentan con 20 o más ediciones, suelen contar con una duración de entre 3 y 5 días.
Como organizadores del evento, seremos responsables de establecer un orden y secuencialidad de las tareas que aseguren el éxito del mismo. Esto se logra desarrollando un plan que contemple todas las actividades, desde las informales como el montaje y desmontaje de las exposiciones, hasta las formales como la inauguración y atención de invitados; incluyendo también la aplicación de controles durante el evento, planificación de imprevistos y medidas de seguridad.
Como la organización de cualquier evento, una feria no es un acto improvisado, sino que se prepara durante meses, suele durar varios días y suele repetirse durante años.
Es una de las tareas más importantes del proceso de organización de la feria, pues la promoción del evento es primordial para asegurar su éxito. La elaboración de una campaña publicitaria, acompañada de una adecuada estrategia de medios es esencial para cumplir con los objetivos de comunicación de la exhibición hacia el público objetivo previamente definido, con miras de captar su atención y promover su asistencia.
Lo más recomendable suele ser contratar los servicios de una agencia publicitaria para estos fines, ya que cuentan con personal especializado, capacitado para elaborar un concepto creativo atractivo, y poseen la experiencia para sugerir la mejor estrategia de contratación de medios para la transmisión del mensaje publicitario como televisión, radio y prensa. El tamaño de la agencia de publicidad debe ser el adecuado al evento que estamos planificando, como ya vimos al estudiar la selección de los proveedores.
Para comercializar los espacios de una feria, lo más frecuente es diseñar un plano de la sala con la distribución de los módulos de un tamaño estándar (2x2 / 3x2 / etc.); pasillos y zonas de acceso, de forma que cada expositor, en función de sus necesidades, pueda contratar el número de módulos que precise para montar su stand.
Al cerrar el acuerdo, el expositor debe recibir su contrato con un plano donde figura la localización de su stand en el conjunto de la exposición, así como un plano individual de cada stand. Es importante destacar que para los expositores suele ser vital conocer qué otros expositores están participando en la feria, así como quiénes serán los expositores próximos a su stand.
La comercialización en las ferias implica, por tanto, una gran labor de coordinación de espacios y servicios, no solo con cada expositor, sino en su conjunto, ya que las decisiones de un expositor afectarán de manera directa o indirecta al resto.
Las ferias son uno de los instrumentos de promoción, marketing, comercialización y comunicación más importantes y a la vez más eficientes. Son un punto de encuentro entre la oferta y la demanda que facilita los negocios. Para los expositores, las ferias son un medio para dar a conocer sus productos o servicios, observar la competencia, probar o lanzar productos, estudiar el mercado, visitar y ser visitado por sus clientes, encontrar distribuidores y concretar ventas.
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Comentarios 2
felicidades bien desarrollado
interesante